Tras varios intentos por clonar al mejor amigo del hombre, el 24 de abril de 2005 se logró el cometido. Dentro de la Universidad Nacional de Seúl (SNU), nació Snuppy, el primer perro clonado del mundo. Sus padres, por así decirlo, fueron el equipo de más de 40 científicos de la universidad junto con Hwang Woo-Suk, líder de la investigación.
Como en el caso de su predecesora, la oveja Dolly, se empleó el método de transferencia de núcleo. Es decir, “se clona un individuo a partir del núcleo que se le extrae a una célula. Esta se transfiere a otra célula —sin núcleo— y se coloca en un diferente organismo”, explica Martha Valdivia, jefa del laboratorio de Fisiología de la Reproducción, de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En este caso se utilizó la piel de la oreja de un perro afgano.
Sin embargo, la concepción fue complicada. El diario español El País informó que se necesitaron 1.095 embriones de perro en 123 hembras. Con esto se logró tan solo tres embarazos: uno terminó en aborto, el segundo cachorro murió a los 22 días y el tercero fue, felizmente, Snuppy. Todo este esfuerzo se realizó con un objetivo: utilizar al can para la investigación de enfermedades humanas, pues los caninos también son afectados por la diabetes, el cáncer y la demencia senil, al igual que las personas.
Experimentos en el reino animal
A diferencia de lo que se piensa, la oveja Dolly no fue el primer animal en ser clonado. La especie pionera fue la rana, clonada en 1952 por los científicos Robert W. Briggs y Thomas J. King, a través de la inserción del núcleo celular de un tejido adulto hacia otro organismo.
Después de este experimento, el proceso de clonación fue mejorado por John B. Gurdon, en 1970, insertando los núcleos celulares en embriones no fertilizados. Esto fue la base para crear a la oveja Dolly en 1996.
No obstante, antes de la aparición de Dolly, “en 1991 ya se habían clonado cerdos”, afirma la doctora Valdivia. En el Instituto de Investigación de Ganado, en Taiwán, el doctor Wu Ming- Che clonó cinco cerdos de una especie en peligro de extinción.
Entonces, ¿por qué Dolly se robó la atención de los medios? Porque su creación marca un antes y un después en la ciencia. “En los casos anteriores a la oveja Dolly, la clonación se hacía a partir de los embriones. En cambio, aquí se comienza a hacer una transferencia nuclear de una célula a otra que no tiene núcleo. Antes de los trabajos de Ian Wilmut, responsable de la clonación de Dolly, solamente era posible lograr el experimento a través de las células que ya estaban cultivadas”, explica la experta.
Alpacas, clones y Perú
El Perú no se queda atrás en estos avances. Desde el 2018, está en marcha un proyecto liderado por la doctora Valdivia para clonar alpacas mejoradas. Este experimento es posible gracias a que el equipo investigador ganó – a través de un concurso – fondos estatales para equipamiento científico. Con esto se logró implementar una unidad de biotecnología reproductiva de alta complejidad en la facultad de Ciencias Biológicas en San Marcos.
El experimento actualmente se encuentra en la fase de “maduración ovocitaria”, es decir, la célula germinal femenina está en proceso de convertirse en un óvulo maduro. De ahí, la idea es dividir el embrión en dos – a partir de la micromanipulación embrionaria – para crear gemelos. De esta manera, se podrá aumentar la tasa de natalidad de las alpacas en un 50%, pues el periodo de gestación de la especie es durante un año y dan a luz a solo una cría.
“Queremos continuar con las investigaciones ganando proyectos para hacer la clonación de organismos del camal de Huancavelica, lugar donde sacamos las muestras de ovocitos de ovarios de hembras sacrificadas para el consumo humano”, dice Valdivia.
El objetivo de la clonación es para el consumo y para conservar el reservorio del material genético de la alpaca peruana, ya que nuestro país es el primer productor de alpaca del mundo. “Lo que nosotros necesitamos es garantizar que podemos conservar el linaje genético”, enfatiza la jefa del laboratorio.
Además, Valdivia revela que para el año 2023 el país podrá ver la primera alpaca clonada.
Cuestiones éticas
Otro hito en esta historia fue la clonación de los hermanos gemelos Zhong Zhong y Hua Hua, dos monos cangrejeros que nacieron en 2017. A diferencia de su predecesora, la mona Rhesus ( 1999 ), ellos fueron creados bajo la técnica de transferencia nuclear, la misma que se utilizó en la oveja Dolly.
En el caso de los gemelos, científicos de la Academia Nacional China de Ciencias desarrollaron clones idénticos a partir de una sola célula de un individuo (que vendría a ser la madre). El núcleo de esta célula se introdujo en óvulos vacíos —previamente fertilizados— y estos fueron incubados por madres nodrizas hasta que nacieron los dos clones. Es decir, se obtuvieron dos hermanos gemelos a través de distintos vientres.
Sin embargo, al ser los monos la especie más parecida al ser humano, este éxito significó para la comunidad científica estar más cerca de la clonación de personas. Felizmente, la Unesco mantiene en vigencia una Convención Internacional contra la clonación de seres humanos con fines de reproducción desde 2004.
Si estos experimentos continúan y progresan, ¿seremos capaces de ver nuestro reflejo mejorado caminando algún día por las calles?
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