Aarón López, “Nación” (2005)
Aarón López, “Nación” (2005)
Max Hernández Calvo

Desplazamientos: identidad e interculturalidad. Miradas migrantes desde la ciudad escindida, curada por Luisa Fernanda Lindo, reúne las miradas de ocho artistas a las problemáticas de Lima, cuyo franco desborde —de cara a la inopia del ayuntamiento—parece explicar la recurrencia del tema en el imaginario artístico local.

Tres videos de Ishmael Randall Weeks, “Volquete”, “Aplanadora” y “Pukusana Tractor”, abren la muestra. Un camión vierte árboles por la ladera de un cerro en un gesto que ironiza la informalidad y desidia con la que se atienden los reclamos ciudadanos (casi como un “¿No querían árboles? ¡Aquí los tienen!”). Una aplanadora aplasta un triciclo. Dos modelos de desarrollo cuya colisión revela igualmente anárquicos: la construcción sin urbanismo y el comercio sin regulación. Un tractor empuja una vivienda a medio construir por el arenal: las necesidades de vivienda migran con las poblaciones (y llaman a los negocios y negociados inmobiliarios). La informalidad parece casi una fuerza atávica del país.

“La (no) ciudad de ella”, de Rudolph Castro, un dibujo en grafito sobre papel, muestra un perfil de ciudad hecho de piezas de Lego, una alegoría a los relatos familiares sobre la migración. Recuerdos de la ciudad y de la infancia convergen en una obra sobre la evocación (la representación de una representación de la ciudad) cuyo guiño expresionista y aire sombrío insinúa la violencia que precipitó las olas migratorias de los ochenta.

Juan Salas presenta “Monumentos”, seis severas imágenes en blanco y negro que trazan el perfil de una ciudad cuyos monumentos son las vallas publicitarias y las torres de agua. El encuadre central, el bajo punto de vista y las relaciones de proporción “dignifican” a estos marcadores urbanos que, antes que patrimonio de la ciudad, son un recordatorio de sus problemas: la falta de agua, la contaminación visual, la desigualdad. Salas invierte el sentido del monumento para darle realidad sociopolítica: lo que nos enorgullece son nuestras limitaciones, de otra forma no perpetuaríamos nuestros problemas.

En “Ejercicios de un retorno imposible”, Kathryn Páucar parte de su historia personal para abordar la experiencia migratoria. La artista reconstruye colectivamente la casa familiar en Chincha vendida en la mudanza a Lima: el padre hace una maqueta de la casa (construida por él mismo), el hermano un dibujo de memoria de la fachada, y la madre narra un recorrido por sus ambientes. La instalación habla de las transacciones afectivas implícitas en un proceso migratorio, y de la experiencia de pérdida que sostiene estas apuestas familiares por un futuro mejor.

En “Ediciones Cemento”, Alejandra Ballón interviene bolsas de cemento mediante la pintura, el dibujo y el collage para generar imágenes en las que la naturaleza, el patrimonio arqueológico y la agricultura se contraponen al desarrollismo urbanístico (basado en el cemento). “Yura Ediciones” y “Ready made editado” resultan especialmente interesantes, dada su simplicidad enigmática que hace de los logos y gráficos del soporte la base de composiciones austeras y cautivantes.

Aarón López construye con 112 envoltorios de pasta básica de cocaína la palabra nación, en una potente pieza. El tipo de periódico de los ketes (prensa de 50 céntimos), el comercio implícito (narcotráfico) y las mismas noticias de los recortes (las celebrities low-cost de la TV local, actores, delincuentes, víctimas de crímenes) forman este retrato de la nación. El pixelado de la tipografía evoca la idea de progreso (digital), pero su fabricación análoga esconde un submundo fuera de los discursos oficiales, aunque detrás de muchas agendas políticas.

“Lima integrada”, de Juan Manuel Bermúdez, celebra el trabajo de distintas personas (diseñadores, artesanos, gestores culturales), poniendo énfasis en la comunidad que da vida a la ciudad; y Andrea Saito crea en “A mi Lima” una plataforma participativa para transformar la urbe, preguntando por nuestra percepción de sus problemas y por nuestros compromisos para solucionarlos.

La pieza de Saito sirve de recordatorio de la idea que la curadora pertinentemente nos plantea: la ciudad la construimos entre todos y todas. Ahora bien, los problemas que enfrentamos no se agotan en la gestión técnica de la ciudad, sino que conciernen a su gestión política, porque la política es la gestión de los valores. Pero cuando las autoridades de la ciudad carecen de ellos, dicha gestión se torna necesariamente imposible. Estos ocho artistas dan testimonio de ello.


Más información
Sala de exposiciones de la Universidad del Pacífico
Jr. Sánchez Cerro 2121, Jesús María.
Hasta el 15 de julio. Ingreso libre.

Contenido sugerido

Contenido GEC