El domingo 22 de octubre de 8 a.m. a 5 p.m., miles de empadronadores recorrerán el país para el Censo 2017. (Foto referencial: Archivo de El Comercio)
El domingo 22 de octubre de 8 a.m. a 5 p.m., miles de empadronadores recorrerán el país para el Censo 2017. (Foto referencial: Archivo de El Comercio)
Jaime Bedoya

                                             Uno
Propinarse la más amorosa, prolija y minuciosa cepillada de dientes que uno se haya dado en la vida. Repetirlo tres veces durante el día con infantil nostalgia y vehemencia higiénica, como quien se prepara para masticar hielo o clavos.

                                             Dos
Contabilizar honestamente cuántas veces entra a Facebook en un día. Considerar al final de la jornada de qué le sirvió hacerlo.

                                              Tres
Buscar en la cédula censal la sección III, pregunta 1, y detenerse en la opción 6 (“¿Cocina usted con bosta o estiércol?”), y considerar la cantidad de compatriotas para quienes esa será la alternativa a marcar. No volver a quejarse jamás de nada.

                                           Cuatro
Intentar tener una conversación interesante con quien comparta el techo. Prohibidos los reproches o ajustes de cuentas, o prender el televisor como anestésico telón de fondo. Si se vive solo, escuchar música y dejarse llevar sin necesidad de tener que abrir la boca o sonar ingenioso. Babear un poco.

                                           Cinco
Encender la PlayStation y jugar un abusivo pero tranquilizador Perú versus Nueva Zelanda en el que nuestra selección gane de visita por una diferencia mínima de ocho goles. Sin Claudio Pizarro.

                                            Seis
Buscar en la cédula censal la sección V, pregunta 9 (“¿Tiene usted alguna dificultad o limitación permanente para…?”), y saber que, si bien la verdadera respuesta veraz será la opción 6 (“relacionarse con los demás por sus pensamientos, sentimientos o conductas”), usted marcará cualquier otra para no inquietar al empeñoso y voluntario censor.

                                              Siete
Tomarse 15 minutos para recordar que mientras la China Tudela no existe, la expresidenta de la Comisión de la Mujer del Congreso si es una persona real, que vota y es votada. Eso tampoco es gracioso.

                                            Ocho
Desarrollar un juego de salón en torno a la famosa pregunta de autoidentificación, la número 25 de la sección V (“Por sus costumbres y antepasados, ¿usted se siente o considera…?”). El divertimento consiste en imaginar cuáles serían las costumbres de quienes se consideren blancos. Por ejemplo, tener como muletilla “no sabes con quién te estás metiendo”.

                                          Nueve
Aceptar hidalga y realistamente que el jefe o jefa del hogar siempre será el miembro de menor edad de la familia. De no existir este, el cargo recaerá sobre la mascota o planta favorita.

                                            Diez
Quítate el sombrero
si lo tienes
quítate el pelo
que te abandona
quítate la piel
las tripas los ojos
y ponte un alma
si la encuentras (sugerencia de Blanca Varela)

                                         Once
Hacer una lista de todas las personas con quien se tenga agradecimientos o disculpas pendientes. El lunes por la mañana olvidar dónde dejó la maldita lista.

                                         Doce
Honrar por sobre todas las cosas la etiqueta del buzo pijama. ¿Qué es el buzo? Un frenesí. ¿Qué es el pijama? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son.

Feliz censo.

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