Aisha Ascóniga: “He tratado de reflejar la época en la que vivimos, tiempos de consumo e individualismo”.
Aisha Ascóniga: “He tratado de reflejar la época en la que vivimos, tiempos de consumo e individualismo”.
Jorge Paredes Laos

Sus obras tratan de cuestionar lo establecido. O mejor dicho, buscan mostrar eso que subyace debajo de los cánones occidentales del consumismo, la moda o la belleza. Por eso, desde sus primeros trabajos, Aisha Ascóniga ha apelado a la técnica del collage para trastocar imágenes; para transformar —por ejemplo— fotografías glamorosas de mujeres en figuras defectuosas en las que salta a la vista una realidad inquietante y nada complaciente.

Su último proyecto —un trabajo conjunto con la artista cusqueña Delfina Nina— se titula Sincronía y es una búsqueda de la identidad en un mundo marcado por la persistencia de la imagen. Una sociedad —como ella dice— en la que importa más la aprobación del otro que la propia realización personal. En su taller de San Isidro, Ascóniga da los últimos toques a sus obras. En una de ellas, se ve a un grupo de mujeres jóvenes que marcha en fila india. “Las he reunido digitalmente a partir de varias fotos que tomé en un desfile —cuenta— y son como esas almas en penumbra que están buscándose, para saber quiénes son”.

¿Cuéntame cómo ha sido tu formación en una casa que era a la vez una galería de arte?
Sí, mi papá tenía la galería Praxis, en Barranco, y vivíamos ahí. Desde que tengo uso de razón, lo veía trabajar en los montajes de las exposiciones. De chica, él me hacía memorizar los nombres de los artistas; y el hecho de que él sea filósofo y mi madre educadora creo que me llevó al mundo de la lectura y los libros... Yo sentía el arte tan parte de mí que, cuando salí del colegio, no lo veía como una carrera. Es más, pensé estudiar Historia o Arqueología; fue recién cuando entré a Corriente Alterna que me di cuenta de que el arte era una opción para mí.

Tus trabajos siempre parten de una base conceptual. ¿Cuál es la idea que impulsa esta nueva exposición en Cusco?
En mi caso, el proceso creativo es largo y se inicia mucho antes que la ejecución de las obras. A veces me paso tres meses leyendo e investigando sobre un tema para recién empezar los cuadros, algo que me puede tomar un mes. Esto tengo en común con Delfina [Nina], con quien hice una residencia en Miami. Ambas leemos mucho, nos interesa la filosofía, y nuestras obras tienen siempre una carga conceptual. Creo que siempre hemos tenido esa curiosidad por la búsqueda de la existencia o la identidad, la cual podemos materializar ahora en este proyecto. Es la búsqueda de la existencia en medio de la soledad, cuando se produce ese diálogo interno que nos lleva a la confrontación con lo que somos.

Y tus obras tienen siempre un sentido irónico, por ejemplo, las referidas a la belleza.
Siempre me he cuestionado lo establecido, en realidad. Eso me ha llevado a la deconstrucción. No es que me interese la belleza como tal, sino que muestro mujeres porque yo soy mujer y occidental, y para mí es más fácil hablar de ello. Diría que oculto lo bello para mostrar, no sé cómo decirlo, el horror o algo que no está bien. Pero, como te digo, en los últimos años he mutado más hacia la búsqueda de la identidad.

Y en esa deconstrucción has apelado a recortar imágenes como si estuvieras sacando capas…
Sí, como capas que escarbas hasta llegar a la esencia. Siempre he tratado de reflejar la época en la que vivimos, tiempos de consumo, de individualismo, de relaciones difíciles. Todo parece una apariencia, una actuación. Por ejemplo, esta obra [un cuadro con el rostro deformado de una mujer] se llama “La lucha contra las tinieblas”... Esas tinieblas son esa parte inconsciente que no vemos o reprimimos, no solo como personas, sino también como sociedad.

Una sociedad que ha sobredimensionado la imagen en las redes sociales…
La constante demostración. De eso también habla mi obra. De la aprobación a través del otro. Parece que existimos a partir de la validación de ese espectador que nos hace tangibles.

¿Vivimos a la búsqueda del like?
Sí… A partir de eso se desencadenan desórdenes psicológicos que, si los analizan bien, son un horror.

Para tener en cuenta
Fecha

La exposición bipersonal
Sincronía se puede ver del 12 de setiembre al 21 de octubre.

Lugar
En el Museo del Convento Santo Domingo-Coricancha, del Cusco. Plazoleta Santo Domingo s/n, Cusco.

Artistas
Delfina Nina y Aisha Ascóniga. Piezas individuales y una instalación conjunta sobre el tema de la identidad.

Contenido sugerido

Contenido GEC