Nicolás Duarte presentará su primer disco como solista este sábado 26 en La Casa del Auxilio en Cercado de Lima. [Foto: Jessica Vicente]
Nicolás Duarte presentará su primer disco como solista este sábado 26 en La Casa del Auxilio en Cercado de Lima. [Foto: Jessica Vicente]
Dante Trujillo


Luego de muchos años compartiendo el frente de dos de las bandas con más arraigo en la escena local —La Mente y Cuchillazo—, Duarte (Lima, 1977) está a punto de lanzar su primer disco solista: Seis canciones para el fin del mundo, del cual circulan ya en redes sociales los videos de los temas “Hielo y fuego” y “La reina”. Aquí las reminiscencias folclóricas o el rock más muscular se unen a través de unas letras urgentes, sentimentalmente comprometidas. El resultado supera incluso las expectativas. La presentación en sociedad, con invitados de lujo, como Los Protones y Radiopostales, será este sábado 26 en La Casa del Auxilio (jr. Chota 1475, Cercado).

Tienes dos bandas en plena actividad, y tocas en una tercera (La Prensa). ¿Por qué mandarte como solista? ¿Tenías pendiente una necesidad personal, creativa, emocional al respecto?
De hecho antes conocí impulsos parecidos que se han quedado en el tintero porque, efectivamente, tocar en dos bandas como Cuchillazo y La Mente deja muy poco espacio para hacer más. Y siendo objetivo, tal vez estos temas no buscaban más que ser solo ‘demos’. Pero ahora había algo que empujaba todo. Una necesidad emocional, sin duda, son canciones muy personales; pero también creativa, la búsqueda de un sonido propio.

En el disco hay todo un catálogo rockero: ¿cómo debía ser ese sonido propio?
Creo que la constante es mi relación con la guitarra. Nunca me he considerado un gran guitarrista, a nivel ejecución por lo menos. Pero es un instrumento al que le debo muchísimo. En La Mente lo abandoné por completo, terminé siendo uno de los frontman y componiendo las secuencias electrónicas; y en Cuchillazo me remito a un uso que busca efectividad y solidez, es más un sonido que suma y se vuelve uno con el bajo. Con este disco retomé una relación más íntima, de confesiones y compañía absoluta. Cuando le mostré los primeros demos a Rafael Otero (productor inicial del disco), que tenían de todo, secuencias, teclados, etc. —una costumbre que me quedó de La Mente—, me pidió que regresara solo con mi guitarra acústica. Entonces todos son temas que han sido compuestos sobre la base de un cantante y su guitarra, y sobreviven así sin problemas. Para el disco, claro, se han construido encima más capas de sonido, arreglos y demás, pero en esencia lo que espero que le quede a la gente es eso, canciones que nacieron de una guitarra de palo.

Nicolás Duarte forma parte de las bandas "La Mente" y "Cuchillazo". [Foto: Jessica Vicente]
Nicolás Duarte forma parte de las bandas "La Mente" y "Cuchillazo". [Foto: Jessica Vicente]

Pero no son —o no han terminado siendo— canciones tan sencillas. Hay influencias bastante variadas, desde el rock de garage hasta el folclore, la canción a la francesa o el reggae. ¿Así brotó, o fue algo que salió durante la producción?
Son un poco lo que soy yo como músico. O sea, viajan por las distintas músicas que me gustan o me han gustado. Pero siempre a través de la guitarra. Con los años he aprendido a dejar que las canciones cuajen solas. No me gusta forzarlas. Lo interesante es verlas crecer y darles lo que tienes a la mano, ya sea por talento o por experiencia. En mi caso, como seguramente el de todos los músicos peruanos, tengo un arroz con mango musical en el alma que suena a todo lo que alguna vez escuché, desde música folclórica hasta rock.

Canción "La reina" del disco "Seis canciones para el fin del mundo", de Nicolás Duarte.


Hay otra constante en las canciones del disco: las letras van del amor, del desamor, de la nostalgia, casi de la melancolía. ¿Era tu intención al momento de escribirlas?

Era mi intención exorcizarme. Hace un par de años pasé por una separación muy dolorosa, pero en realidad lo que cuentan las canciones son experiencias de toda mi vida. Todas relacionadas al amor y al desamor. Era un tema sobre el que dejé de escribir porque se me hacía demasiado personal para compartirlo en las bandas con las que toco. Este disco me permitió regresar a todos esos sentimientos que tenía pendientes. Algo que sí estuvo presente en mis primeros trabajos con Camarón Jackson.

¿Has considerado probar con la poesía o la narrativa?
No tengo la disciplina. La música te permite ser un poco disipado. Me imagino que escribir debe ser más riguroso. Si hubiera existido en mi época, de todas maneras me daban Ritalín. Tampoco tengo el hábito de la lectura. Cosa que me apena porque alguna vez lo tuve.

Nicolás Duarte también está al frente de las bandas "La Mente" y "Cuchillazo". [Foto: Miguel Bellido]
Nicolás Duarte también está al frente de las bandas "La Mente" y "Cuchillazo". [Foto: Miguel Bellido]

¿Cómo fue el proceso de grabar tu solo, esta vez —por primera, creo— en pleno control de la producción?
Ha sido revelador. Siento que me conozco más y que he encontrado un sonido y una expresión que no sabía que tenía. También ha sido (y es) un reto. Después de tanto tiempo uno se ubica en una zona de confort donde todo es conocido y manejable. Me he reencontrado con los nervios, la ansiedad, la inseguridad, el miedo, pero también con la fuerza y la libertad que sientes cuando superas todo eso. Cabe resaltar que en esa búsqueda me han ayudado muchísimo amigos músicos de toda la vida, como Rafael Otero; y Juan Carlos Polo, que grabó las baterías y fue clave dándole ritmo a las canciones.

Ya con el disco en estreno, ¿qué sigue por ese lado? ¿Vas a alternar todo?
Armé una banda para presentarlo este 26 de agosto, y ha resultado otro gran hallazgo. Me provoca tener más tocadas, siento que las canciones se comportan distinto en vivo y me gusta. Por otro lado, ya tengo una base para un segundo disco. O sea sí, voy a ver cómo hago.

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