Carolina Trivelli, economista, investigadora del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) y la primera ministra de Inclusión Social de nuestro país, ve en la evidente crisis que supone la pandemia, una oportunidad para, por fin, hacer las cosas de manera correcta y mirar que Perú queremos construir en el presente y para el futuro.
La desglobalización, idea que se refiere al retroceso de la globalización, no es un concepto nuevo. Ya que quienes lo usan suelen relacionarlo exclusivamente al tema económico, Carolina Trivelli habla de ella y de cómo podría afectar al mercado en general y al Perú en particular.
¿Hablar de desglobalización es hablar solo de economía?
Me parece que hoy más que nunca las nuevas tendencias hacia una menor globalización van más allá de la economía, pero combinadas con redes sociales de carácter global. No creo que sea una desglobalización, sino un cambio en las maneras de globalizarnos. Hay una extraña combinación entre globalización de la información y de las interacciones junto con una peligrosa explosión de nacionalismos.
¿Qué oportunidades de reordenar la forma en la que nos manejamos como sociedad ve usted en esta pandemia?
Creo que hay un cuestionamiento al individualismo salvaje y una fuerte revalorización de la comunidad, de la familia y las redes sociales (las reales y las digitales) y sobre todo de la comunidad. El capital social y comunitario se ha valorizado.
Si es cierto que el neoliberalismo desmanteló al Estado, ¿cómo deberíamos recuperar ese Estado?
Más que nunca hoy vemos la necesidad no solo de más Estado, sino sobre todo de un Estado capaz de velar por el bien común, de organizar la vida en comunidad y de imponer reglas a los individuos para favorecer ese bien común. En ello, asegurar una provisión de servicios de salud como al alcance de todos, de buena calidad y eficaz es el ejemplo más popular hoy en día de lo mínimo que debe garantizar el Estado.
¿Qué oportunidades tiene el Perú en este contexto?
Enormes oportunidades de volver a discutir el país que queremos ser y que queremos para nuestros hijos. Oportunidad de revalorar temas como la formalidad, el cumplimiento de las normas, el respeto al otro y la solidaridad. Oportunidad sin duda de repensar como queremos que sean los próximos doscientos años de vida republicana.
TE PUEDE INTERESAR
La desglobalización, el nuevo orden mundial después del COVID-19