A lo largo de la historia humana, la palabra libertad ha sido invocada para enarbolar causas diversas y hasta contradictorias. Autócratas de distinto pelaje han cometido crímenes en su nombre; distintas ideologías reclaman ser sus herederas; y, en plena pandemia, algunos ciudadanos del globalizado siglo XXI la invocan para validar su derecho a no vacunarse. ¿Cuáles son las dimensiones de la libertad y por qué las ideas de un filósofo como Hegel, nacido hace más de 250 años, nos pueden servir para entender el mundo contemporáneo?
De eso conversamos con el filósofo peruano Miguel Giusti, autor de “La travesía de la libertad. Ensayos sobre Hegel”, un libro que será presentado este jueves 17 de febrero de manera virtual, a las 11:00 (hora de Lima) y 17:00 (hora de Madrid), y en formato de seminario bibliográfico. El evento es organizado por el Centro de Estudios Filosóficos de la Pontificia Universidad Católica del Perú (CEF-PUCP) y la Sociedad Española de Estudios sobre Hegel. Inscripciones al seminario en este enlace. El evento también será transmitido por el Facebook-Live del CEF-PUCP.
La vigencia de Hegel
¿Por qué debemos leer a Hegel en la época actual?
Es una pregunta que le da título al último capítulo del libro y yo sostengo ahí la tesis que la idea central de la filosofía de Hegel es la idea del espíritu. Él llama espíritu a la concepción de una racionalidad histórica, social y sobre todo de un creciente fortalecimiento de la idea de libertad. Esa noción de espíritu se pone de manifiesto en varios ámbitos de la sociedad contemporánea, por ejemplo, hoy en día tenemos una conciencia muy clara del valor de las diferentes culturas, lo que llamamos la multiculturalidad, y esa es una tesis que procede de la filosofía de Hegel. Otro aspecto de la presencia de Hegel en la sociedad contemporánea es la conciencia histórica, hoy sabemos que lo que fue considerado justo, aceptable, en una época no lo es en la época posterior, y que las ideas fundamentales para la construcción de la política o la sociedad varían en el tiempo. Y hay algo más que quisiera añadir: es sorprendente la cantidad de publicaciones y eventos que se están realizando en el mundo en torno a la filosofía de Hegel motivados por una situación circunstancial, y es que el 2020 se celebraron los 250 años de su nacimiento y en 2021 los 200 años de la publicación de su “Filosofía del derecho”, su libro principal de filosofía social y política.
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¿Cuál considera que es el espíritu del siglo XXI tomando como referencia a Hegel?
Bueno, estamos viviendo una crisis muy aguda, de marchas y contramarchas, de lo que podemos llamar la travesía de la libertad. Para Hegel, la libertad tiene tres grandes dimensiones: la libertad como igualitarismo, la libertad como opción individual o moral y la libertad como creación colectiva, como cultura. Para que exista un desarrollo del espíritu es indispensable que estas tres dimensiones se conjuguen entre sí, pero hay épocas —como ahora— en las que existe un retroceso, por ejemplo, en lo que respecta a los derechos individuales o a la ausencia de solidaridad en las diferentes sociedades en el mundo. Hay un retroceso o una contramarcha a cargo de un pensamiento reaccionario que fomenta la discriminación, que combate el igualitarismo y no respeta los avances de la solidaridad.
La conciencia de la libertad
Hegel plantea que el sentido de la historia humana es la búsqueda de la libertad, pero no necesariamente su realización, ¿cómo explicar esa idea?
Dice Hegel que en la historia de la humanidad hubo tres grandes momentos en la concepción de la libertad: en una primera etapa, en la antigüedad, se consideraba que solo un hombre era libre y ese era el déspota o el gobernante autoritario; luego hubo un segundo momento en que se tomó conciencia de que varios seres humanos podían ser libres, esa fue la época de los griegos y romanos que acuñaron los conceptos de democracia y república, aunque excluían de la idea de libertad a los siervos, esclavos y mujeres; entonces, tuvo que llegar un tercer momento, con la revolución francesa, en el que por primera vez en la historia se tomó conciencia de que todos los seres humanos sin distinción debían ser considerados libres. En esa etapa nos encontramos todavía. Por eso, dice Hegel, que la historia es el progreso de la conciencia de la libertad, y no necesariamente de su realidad. Porque todavía hoy, en pleno siglo XXI, debemos decir que no todos los seres humanos tienen igualdad de derechos u oportunidades.
Es curioso, pero regímenes políticos de izquierda y derecha han enarbolado la libertad, todos dicen defenderla ¿cuánto de manipulación hay ahí?
Por eso es importante definir el sentido de la libertad y por eso es que la filosofía de Hegel ha adquirido relevancia. Hegel plantea el concepto y el problema de la libertad, como digo también en el libro, en un nivel de complejidad mayor al que normalmente estamos acostumbrados. Por eso decía que para Hegel la libertad es tridimensional. Muchas de las concepciones políticas, diría Hegel, producen aspectos unilaterales o limitados de la idea de libertad. Por ejemplo, el liberalismo apela, como su nombre lo indica, a una idea de libertad, pero considerada solo como iniciativa privada o defensa de derechos individuales y más bien considera que el Estado o la sociedad son un obstáculo para el ejercicio de la libertad individual y solo promueve una libertad egoísta o atomizada. Diría Hegel que esa es una interpretación unilateral de la idea de libertad. Por supuesto que tiene valor la libertad individual, pero no puede ser extrapolada o considerada como la única forma posible de desarrollo de la libertad. En el sentido inverso, hay quienes identifican la libertad con la realización colectiva de una sociedad y con las instituciones que en nombre del Estado restringen las libertades individuales. Ahí también hay una limitación de la idea de libertad… Hegel mismo se refería a que, precisamente, porque la sociedad estaba en continua evolución había siempre nuevos reclamos o reivindicaciones. Pongo un ejemplo: en las últimas décadas hemos asistido a dos tipos de reivindicaciones como las luchas a favor de los derechos de la comunidad LGTBI y de las comunidades originarias que han sido sometidas durante siglos, eso ha pasado en el Perú, a los dictámenes de las culturas hegemónicas. Esas reivindicaciones son conquistas que se deben alcanzar e indicadores de como la idea de libertad está en continuo movimiento y en perpetua corrección.
La colectividad
Pensaba en quienes apelan a su libertad individual para no vacunarse, eso colisiona con la idea de libertad como creación colectiva.
Esto me trae a la mente un episodio de hace dos semanas ocurrido en el parlamento alemán. Ahí hubo un debate, como en todo Europa, sobre la supuesta libertad que tienen los enemigos de las vacunas, y el ministro de Salud de Alemania, a diferencia del nuestro, en su defensa de la necesidad de la vacunación de toda la sociedad, citó a Hegel en su discurso. Dijo la libertad según Hegel es el reconocimiento de la necesidad; es decir no consiste simplemente en que cada quien puede hacer lo que quiere, sino implica el reconocimiento del bien de la colectividad. Cuando los seres humanos reconocemos una obligación con respecto a un bien común no estamos limitando nuestra libertad —decía Hegel y lo repitió el ministro— sino estamos realizando nuestra libertad. La libertad no es solo mi propio beneficio individual, sino el reconocimiento de las necesidades de una comunidad.
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En el libro menciona el caso del primer artículo de la Constitución Política del Perú y cómo se invirtió una idea aristotélica para resaltar solo una idea de libertad, ¿puede explicar eso?
Es un punto muy interesante porque tiene que ver directamente con la noción de libertad y con el debate entre Hegel y los filósofos de su tiempo. Hegel es un filósofo que pertenece a la edad moderna y polemiza mucho con otros de su época, entre ellos los filósofos del liberalismo. Para la filosofía moderna, la libertad es casi exclusivamente la libertad del individuo, no de la colectividad. Por eso considera que la sociedad debe promover la libertad del individuo en contra incluso de las instituciones sociales. Entonces, en nuestra Constitución está el artículo primero que dice que “la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado”. En esa frase se sostiene que el valor principal de una sociedad es el individuo y que el Estado es un medio para el cultivo del interés individual. Resulta que esa es una frase que acuñó Aristóteles, pero justamente al revés: “el Estado es el fin supremo del individuo”. Aristóteles pensaba que los intereses individuales debían regularse al valor más importante de la vida humana que era el bien común. Hegel retoma esa idea aristotélica, no para reinstaurarla por completo, sino para combinar de manera más articulada la relación entre la libertad del individuo y la libertad de la comunidad. En el caso de la filosofía hegeliana el valor central que marca la definición de la libertad es el bien común o el reconocimiento de los derechos y los valores de una sociedad en su conjunto.
La lucha por el reconocimiento
El año pasado celebramos 200 años de esa frase sanmartiniana del Perú es libre e independiente, ¿cómo analiza el momento político del país?
Hace poco se realizó en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa el Congreso Nacional de Filosofía y ahí intervine con una conferencia que titulé “La larga lucha por el reconocimiento en el Perú”, era una alusión directa a la filosofía de Hegel, quien considera que una manera de definir cabalmente la libertad es a través del concepto de reconocimiento. Es un concepto muy interesante que yo, además, contrapongo al de reconciliación. A mí me parece que la palabra reconciliación es inadecuada para la situación nuestra porque en sentido estricto solo pueden reconciliarse entre sí personas o grupos que hayan tenido previamente una relación de conciliación o de igualdad, mientras que en el Perú lo que ha habido es una discriminación, una relación inequitativa de muchos años, por eso me parecía más adecuado hablar de reconocimiento. Reconocimiento en sentido estricto quiere decir que nos consideramos todos con iguales derechos y capacidades de participación política y eso en el Perú no ha habido, por eso se ha polarizado tanto la situación de tal manera que el representante, digamos así, de un sector pobre, campesino, rural, de la población peruana, fue tratado por el otro sector de la sociedad de una manera tan racista; luego, nos hemos percatado en los últimos meses, que la situación es bastante más compleja y que la corrupción ha corroído por completo también a los sectores de la izquierda que están en este momento en el poder, entonces todo esto nos ha llevado a una situación muy difícil.
Más información
El libro “La travesía de la libertad. Ensayos sobre Hegel” (2021) ha sido publicado en Madrid por Abada Editores, y tiene 398 páginas.
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