MDN
Gonzalo García Callegari
Jorge Paredes Laos

En uno de sus cuadros hechos en acrílico varios personajes danzan en un salón palaciego. Algunos llevan la banda presidencial, otros tienen fajines de ministros (que en realidad son salvavidas) y otros visten trajes a rayas, como los presos de las tiras cómicas. Sus jóvenes parejas están vestidas de rojo y blanco. Es una especie de alegoría de la política contemporánea en la que el poder se caricaturiza, se banaliza y se degrada a sí mismo.

Desde hace una década, Gonzalo García Callegari se ha dedicado a deconstruir la peruanidad a través de una mirada que es a la vez crítica, naíf y mordaz. Un estilo que empezó a desarrollar desde chico, cuando devoraba los clásicos chistes mexicanos, y que perfeccionó en la universidad con sus estudios de Psicología y Arte. Parte de su serie Peruanismos —que va por la cuarta entrega— será expuesta desde el próximo 26 de enero en la ABLi Arte Bienal, que se desarrollará en Fugaz, Monumental Callao.

¿Siempre te interesó la historia del Perú?
En realidad en el colegio era lo que menos me interesaba. Me gustaban mucho la filosofía, la psicología, pero en Estudios Generales, en la universidad, tuve a un profesor, Juan Dejo, que me dio una visión totalmente diferente. Ahí empezó mi interés por entender el Perú. Después, entré a la Facultad de Arte y esto se volvió en algo más académico. Tuvieron que pasar varios años para desarrollar esta serie [Peruanismos], que va por su cuarta edición.

Desde entonces, el Perú no dejó de estimular tu creación.
Lo bueno y lo malo del país. Primero, me imaginé que era como una agencia de publicidad y tenía la misión de ‘vender’ el Perú. Rebusqué en su historia y salieron los personajes patrióticos, los héroes, a los que comencé a darles un giro artístico e irónico, eso que está siempre en mi trabajo: el doble sentido, lo caricaturesco. En el volumen dos, empecé a trabajar con esas frases que nos representan más, luego con los mapas y así llegué a lo político.

Ahí empiezas a jugar con los símbolos patrios.
Claro, con el escudo. Lo descompongo, lo destruyo, lo pongo en cuidados intensivos y después propongo uno nuevo. Hago lo mismo con el himno nacional.

¿Siempre con ese lenguaje irónico y pop que viene del cómic?
Sí, una cosa como de cartoon para caricaturizar lo peruano. Tenemos mucho de eso. Somos un país muy rico en muchos aspectos, pero desde afuera nos ven todavía como un sitio exótico. Un extranjero no puede entender muchas cosas. ¿Cómo alguien, por ejemplo, puede amanecer con su casa llena de excremento y desagüe? Eso parece que sucediera solo en el Perú.

En el volumen cuatro de Peruanismos has trabajado la figura presidencial como algo caricaturesco.
La empecé antes de las elecciones de 2016, sin saber todo lo que se venía [ríe]. Siempre he sentido que aquí todo se centra excesivamente en la figura del presidente, como si él fuera a solucionar todos los problemas. Y me preguntaba por qué le damos tanto valor, cuando los problemas los tenemos que resolver todos.

Tienes un cuadro en el que hay un inodoro en el que caen las imágenes de los presidentes.
Es increíble, pero ese dibujo no lo pensé como parte de la serie de Peruanismos. La idea nació a partir de unas imágenes que vi en Instagram, pero, sí, todos me dicen: “Qué bacán que hagas algo contra la corrupción”. Yo creo que inconscientemente comencé a tocar este tema. Ahora he hecho unas obras inspiradas en los avisos de defunción en las que mato ficticiamente a algunos presidentes. Después tomo frases como “La plata llega sola”, “Por Dios y por la plata”...

Y no te parece contradictorio que las expongas en Monumental Callao, un espacio que en un momento fue cuestionado porque uno de sus gestores fue vinculado con la corrupción.
La exposición se produce a partir de una invitación del curador Emilio Vargas, quien me pidió algunas obras para la bienal. El tema que mencionas está todavía en investigación. En todo caso, acepté porque me parece interesante que casualmente, en un sitio cuestionado, yo tenga la libertad de exponer estos trabajos. Mi obra siempre ha jugado con la ironía y es irónico que ahí yo pueda hablar de estos temas. Lo que me interesa de este proyecto es todo el tema social que hay detrás.

Más información:
​Arco/perú
Este es el título de la tercera edición de ABli Arte Bienal
en Lima, realizada bajo la curaduría de Emilio Vargas Vera. Cuenta con la presencia de más de 15 artistas de América Latina.
Participantes
Entre los artistas figuran María Paula Moreno, Briam Espinoza, Micaela Aljovín, Francesca Dasso, Olenka Macassi, Letícia Larín y Adrián Pijoan.
Lugar
Va del sábado 26 de enero hasta el sábado 23 de marzo en Monumental Callao (jr. Constitución 250, Callao).

Contenido sugerido

Contenido GEC