Existen muchos factores preexistentes antes de que una persona decida acabar con su vida. La mezcla de problemas psicológicos —depresión, trastorno límite de la personalidad, trastorno bipolar, consumo de alcohol, episodios de trauma, esquizofrenia o desórdenes alimenticios— más un momento de crisis como la actual pandemia por el COVID-19 puede desencadenar la tragedia.
“Las personas que piensan acabar con su vida lo hacen por un cúmulo de razones psiquiátricas y psicológicas severas, a las cuales se les suma problemas económicos, experiencias de vida al límite y relaciones de maltrato. Sería muy reduccionista e irresponsable asumir que una persona se suicida solamente por un motivo, como la crisis del coronavirus, porque no es así”, dice Álvaro Valdivia, director del Centro Peruano de Suicidología y Prevención del Suicidio ‘Sentido’.
Valdivia afirma que para reducir los casos de suicidios en épocas de crisis (y tiempos ‘normales´), primero se tiene que combatir contra el estigma que carga el tema de salud mental en el Perú. Y eso, según él, puede solucionarse con la educación en los jóvenes, es decir, “hablar de prevención de depresión y del suicidio al igual que se habla de salud física o de métodos anticonceptivos”.
Por otro lado, el médico psiquiátrico José Pablo Bullard, sí considera que se está visibilizando el tema de salud mental, sobre todo en las redes sociales. Sin embargo, “solo falta llamarla por su nombre”, pues muchas de las publicaciones de los usuarios las titulan como ‘recomendaciones antiestrés’ en vez de llamarlas salud mental.
Invalidación de sentimientos y reacciones
Como en ningún momento de la educación tradicional se aborda el tema de salud mental, está de moda —sobre todo en redes sociales— dar consejos motivacionales y psicológicos sin ser un especialista de la salud. Muchos bloggers hablan con sus seguidores sobre cómo no ser una ‘persona tóxica’, ver siempre el lado positivo de las cosas y concentrarse solo en sonreír ante una situación difícil. “Con esas ideas le dices a la otra persona que no está permitido sufrir y eso es invalidar sus sentimientos”, explica Valdivia.
Esto genera muchos teman expresar sus inseguridades, pues “se sentirán juzgados y tendrán vergüenza al no ser comprendidos”. Dar estos consejos sin la adecuada preparación es peligroso para el público, pues hay una serie de técnicas especiales sobre cómo abordar a una persona depresiva.
Los colegios y universidades tampoco enseñan cómo reaccionar ante un caso de crisis suicida de un familiar o de una persona cercana. Por eso, el especialista en suicidiología aconseja conversar con ellos y “preguntarles —con mucho respeto y empatía— si está pensando en acabar con su vida. Después, preguntar por sus sentimientos y reconocer sus emociones”. Al contrario de la creencia popular que dice que hablar de suicidio puede influenciar al otro con esta idea, Valdivia explica que sucede lo contrario, las personas con tendencias suicidas “piensan hacerlo desde antes de hablar contigo. El suicidio es multicausal”, agrega el especialista. Y, por último, recomienda estar preparados para no juzgar si la respuesta es afirmativa.
También, advierte, estar atentos a las señales sutiles que se manifiestan a través de la comunicación. Por ejemplo, las personas en crisis suelen dar mensajes ambiguos como “quisiera no despertar", "quisiera no estar acá" o se despiden como si se fueran de viaje, o dejan notas de despedida, pagan todas sus deudas o tienen cambios bruscos en el estado de ánimo. Estas señales son también intentos de pedir ayuda.
Estrés postraumático
Pero el pasar por un periodo de cuarentena no solo afecta a las personas con tendencias suicidas, sino a todos, a unos más que a otros definitivamente. Durante las dos primeras semanas de aislamiento se habló mucho sobre cómo tratar el estrés, la ansiedad y la depresión generada por la soledad y el escenario de incertidumbre de la pandemia.
Ahora se puede hablar de estrés postraumático.
Además, hay un sector de la población que, debido a su profesión, está expuesto constantemente a situaciones de estrés. Médicos, bomberos, policías, militares, periodistas. Ellos, y sobre todo los médicos, “son los que tienen las tasas más altas de suicidios fuera de cualquier escenario de crisis”, aporta Bullard. La constante exposición al estrés los puede llevar a consumo de alcohol drogas. Y en tiempos de crisis, el riesgo es mayor, pues las personas están constantemente escuchando noticias desagradables, esto puede puede causar estrés postraumático, aunque no hayan sufrido directamente una situación fuerte”, explica el psiquiatra.
Así como se recomienda a los psicólogos clínicos hacer terapia para no cargarse con los problemas de sus pacientes, se aconseja a estos profesionales ir al psicólogo para reducir un posible estrés postraumático.
Recomendaciones durante la cuarentena
- Recordar la razón del aislamiento: preservar la vida de la mayor cantidad de personas posibles. Esto se llama en psicología el ‘sentido de sufrimiento’. Esta técnica busca encontrar un propósito ante una situación de sufrimiento que no se puede cambiar como el diagnóstico de cáncer en un paciente. Esto hará que el dolor sea más tolerable.
- Para las personas con ansiedad y depresión: tratar de tener ciertas cosas por hacer, pero también permitirse darse un respiro. No debe sobresaturarse de actividades, sino balancearlas para que al final de la jornada no se choque con la realidad que continúa en cuarentena.
Más información:
El centro de salud ‘Sentido’ está realizando transmisiones en vivo para orientar a los ciudadanos. También brinda ayuda a los profesionales de la salud con sesiones terapéuticas. https://www.facebook.com/sentidoperu/ y http://www.sentido.pe/