A inicios de la década del 70 Martha Cooper (Maryldand, Estados Unidos, 1943) decidió salir a caminar por Nueva York y retratar niños que, en distintas calles y espacios públicos, escapaban de la mirada de sus padres para crear sus propios juegos. En una de esas largas caminatas por el Lower Est Side de Manhattan se cruzó con un muchacho que le mostró un cuaderno en el que aparecía su sobrenombre dibujado una y otra vez usando un estilo particular en el que primaban coloridos trazos. Genuinamente impactada por el diseño, esta experiencia la invitó a buscar y fotografiar los grafitis de Nueva York. Y hoy, más de cuatro décadas después, lo sigue haciendo.
Conversamos con Martha Cooper durante su visita a nuestro país para la inauguración de la muestra “Martha Cooper: historia en imágenes” que acogió el MAC Lima (Av. Almirante Miguel Grau 1511). En ella podemos apreciar más de cien piezas de su trabajo fotográfico en el que destacan artistas callejeros, músicos y comunidades que fortalecen la escena urbana.
¿Qué la hizo valorar artísticamente aquellas gráficas en las paredes?
Cuando fui consciente de la creatividad que se necesita para su realización, fui viendo con otros ojos las palabras e imágenes que estaban plasmadas en las paredes de la ciudad. Ver el cuaderno de aquel muchacho, en el que practicaba una y otra vez su nombre con diversos diseños, fue el ancla que me atrapó en el mundo del grafiti y el arte urbano. En el pasado había visto sus trabajos, pero nunca me detuve a examinarlos ni registrarlos en mi memoria. No sabía todo el universo que existía detrás de estos.
Entiendo que este acercamiento fue a través del gran artista del grafiti DONDI
Así es. El muchacho que me motivó a tomarle fotos a los grafitis me habló de Dondi, y busqué conocerlo. Cuando lo entrevisté descubrí en él un hombre inteligente, y en esa conversación compartió conmigo todos los detalles de aquel vocabulario tan distinto que usan los grafiteros, y me fue explicando los significados de las ubicaciones y trazos de los tags que hacían en la ciudad. Esa experiencia fue como descubrir un universo secreto.
¿Para usted todos los grafiti son arte?
Sí, aunque también existen muchísimos que son arte muy malo. Cuando conocí este mundo no dije “Oh, esto es arte”, sino que me sentí atraída por el nivel de creatividad y la visión estética que se usaba. Poco a poco fui recolectando en mi libreto los nombres y símbolos que se pintaban en varias partes de la ciudad. Es curioso, por ejemplo, que se realicen pinturas en los trenes, pues así muchas obras viajan por todo Nueva York llevando personas que muchas veces consideran ofensivos las pinturas porque no las entienden.
Usted siempre marca una diferencia entre el arte urbano y el grafiti
Es que las personas tienden a unir todo en un mismo espacio como una categoría. Los murales, por lo general, han recibido el permiso para hacer intervenciones, mientras los grafiti se realizan de manera ilegal. Los murales tienden a no tener letras mientras que el grafiti se centra en ellas. El grafiti está hecho muchas veces de letras difíciles de entender. Hasta se podría decir que es como una lengua extranjera.
Conocerá la historia del último alcalde de nuestra ciudad que decidió borrar los murales que habían en el Centro Histórico ¿Esto es algo que sucede en otras partes del mundo?
Sí, conozco la historia. Es un tema que se repite en varias ciudades. Para mí no importa si una autoridad borra las obras porque tengo un registro gráfico que verá mucha más gente que aquellas que pasarán de frente sin detenerse en ellas. No estoy buscando la manera de convencer a las autoridades de cambiar, pues si no fuera por la tensión que existe entre artistas y gobernantes no existirían obras tan impresionantes. Para ellos lo más emocionante es la ilegalidad de los actos y el hecho de que debes hacerlo rápido. Los artistas están dispuestos a ir a la cárcel o arriesgar sus vidas para lograr perpetuar su arte y eso lo hace muy interesante.
Usted ha dicho que no le gusta que la cataloguen como fotógrafa del hip hop ¿Cómo le gustaría que se le conozca?
Tan solo como fotógrafa. En esta exhibición se puede observar otros proyectos que he venido realizando a lo largo de mi carrera más allá del grafiti y el hip hop. Hay una gran pregunta sobre si el grafiti es realmente parte del hip hop pues no todos los grafiteros están asociados al hip hop. Sobre todo los mayores aseguran haber empezado la movida antes del hip hop y afirman que nunca escucharon ese ritmo, que ellos escuchaban a James Brown y a otros cantantes.