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Max Hernández Calvo

Nuevos dibujos de Martín López Lam es una muestra pequeña —apenas ocupa una habitación— pero de una fuerza inusitada. La exposición reúne una serie de obras creadas por el artista el año pasado durante una residencia en la Real Academia de
España en Roma, con piezas que forman parte de su libro El título no corresponde (Ediciones Valientes, 2016).

López Lam cubre con sus imágenes las paredes de la sala en un montaje que se despliega como si cada obra fuese una viñeta de una enorme historieta experimental —su trabajo se inscribe en la tradición del cómic—. De ese modo, nos invita a establecer asociaciones narrativas entre las imágenes que, extendidas en simultáneo, hacen patente las distintas tradiciones visuales de las que se nutren.

En estas obras convergen, dialogan y debaten referencias a las artes plásticas (la pintura, el grabado, el collage), al diseño gráfico (la señalética, la tipografía, los anuncios publicitarios, la ilustración) y, especialmente, a la historieta (desde las caricaturas de difusión masiva hasta el cómic independiente).

Por ejemplo, el artista cita las formas de la historieta tanto en modos de diagramación de página, recursos narrativos, estilos gráficos e incluso personajes específicos. En un par de obras, vemos una secuencia con Mickey Mouse y Goofy en la que los personajes, fondos y globos de diálogo han sido convertidos en zonas planas de color blanco, negro y gris, gesto que abstrae la imagen, convertida en un juego de formas planas que disloca la referencia original y cancela la narrativa de la historia, convertida en un enigma.

Disney es solo una referencia dentro de un espectro amplio de alusiones a la historia del cómic. El sofisticado trabajo de dibujo de López Lam —en particular, su hábil manejo de la línea— le permite hacer guiños al underground comix estadounidense de los sesenta y setenta, así como al boom del cómic europeo de los ochenta y noventa. Pero López Lam también cita los dibujos animados japoneses, como Doraemon.

Las referencias a las artes plásticas se dan vía la pintura, a través de algunos gestos como la presencia de la pincelada; el grabado, en el que predomina el uso del esténcil; y a través del collage, simbólicamente presente en un conjunto de serigrafías que parecen retratar formas de papel rasgado dispuestas sobre una superficie de trabajo— como si estuviesen listas para ser reconfiguradas: la idea del trabajo de construcción visual que el collage encarna.

La mayoría de las obras (predominantemente en blanco y negro, aunque con algunas piezas en color, en que se evidencia un buen dominio de los juegos cromáticos) gira en torno a las metrópolis contemporáneas, agitadas y complejas, mediante referencias al paisaje urbano y comercial de la ciudad: anuncios, letreros de tiendas, carteles de cafés, pizzerías, pollerías, kebabs, carnicerías halal, etc., que sugieren un mundo multicultural, algo reforzado visualmente mediante los juegos tipográficos. Pero, además de ello, el texto de los anuncios y los globos de diálogo permiten incorporar distintos idiomas: italiano, castellano, japonés, inglés, árabe, lo que sugiere la diversidad cultural de la urbe contemporánea (algo que también se manifiesta en las representaciones de una serie de máscaras y de personas de distintas razas). Algunos de estos textos aparecen invertidos (como si estuviesen vistos en un espejo), acaso una metáfora de los diversos puntos de vista que existen y que nos exceden: ¿la perspectiva desde el “otro lado” de la imagen?

López Lam insiste en la idea de la diversidad contemporánea también a través de los tiempos que conviven en la arquitectura de sus escenarios: el pasado antiguo de las ruinas, la época clásica de las edificaciones monumentales, el presente del paisaje comercial. Más aun, esta diversidad es tal que excede a la idea de ciudad misma: los escenarios aquí retratados parecen surgir de una arqueología del futuro en la que urbe y jungla se confunden entrópicamente.

Finalmente, la experiencia de la ciudad que nos presenta Martín López Lam es no-organizable, de ahí sus juegos con la viñeta, trazada y desbordada incluso en el montaje mismo de la exposición. Estos Nuevos dibujos nos ofrecen una narrativa altamente condensada que intriga y atrae para revelarnos a un artista de enorme inteligencia visual.

Centro Cultural de España (jr. Natalio Sánchez 181, Santa Beatriz) Hasta el 16 de junio. Ingreso libre

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