Son pocos los músicos nacionales que logran posicionarse como intérpretes de primera línea en el extranjero. Esto debido a la altísima competitividad que se da en el género clásico, en el que destacar es una proeza. Tenemos, como ejemplo, las voces de Alejandro Granda, Luis Alva, Ernesto Palacio y Juan Diego Flórez; en la dirección, a Miguel Harth-Bedoya; en la interpretación, a Oscar y Claudio Bohórquez; en la composición, al recordado Enrique Iturriaga y Celso Garrido-Lecca; y, actualmente, en el piano a Juan José Chuquisengo y a Claudio Constantini, nominado al Grammy este año.
Por eso, el caso de la pianista Priscila Navarro es encomiable, pues a su corta edad es una de nuestras más destacadas intérpretes en el ámbito internacional. Desde el inicio de su carrera, cosechó triunfos en las principales salas de concierto de Estados Unidos y Europa.
Nacida en 1994, en Huánuco, se inició a los cinco años en el piano. Luego siguió estudios en Trujillo y después en el Conservatorio (actual Universidad Nacional de Música) y en la Florida Gulf Coast University, de Estados Unidos. Se cuenta que, al ver el talento de Priscila, una de sus maestras en el Conservatorio se contactó con el pianista Michael Baron, quien le ofreció una beca integral. Gracias a esto, ella pudo presentarse en el Carnegie Hall de Nueva York y en el Festival de Tanglewood, por donde han pasado las más grandes leyendas del último siglo. A sus 25 años, ha cursado una maestría y un doctorado, y divide su tiempo entre ser intérprete y asistente de enseñanza en la Universidad de Miami.
—Emoción a través de las teclas—
En las oportunidades que he podido comprobar su evolución, percibo a una artista de técnica aplicada e involucrada en la correcta interpretación de los estilos compositivos, que transmite emoción a través de las teclas. Hace algunos años, ella dio que hablar con su soberbia interpretación de las Variaciones Goldberg, de Bach. Esto le valió ser considerada por dos años consecutivos como solista de la Sociedad Filarmónica de Lima. También se enfrentó en el Gran Teatro Nacional (GTN) a una obra colosal como es el Concierto n.° 3 para piano y orquesta, de Rachmaninov, con la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) y la dirección de la japonesa Tomomi Nishimoto. Cuatro años después, Navarro interpretaría, otra vez, un concierto en el GTN, con la OSN dirigida por Miguel Harth-Bedoya, en el célebre Primer concierto para piano, de Tchaikovsky.
Actualmente, también participa como jurado en certámenes como el concurso Chopin que se dio en Lima recientemente. “Mi compromiso con el Perú va más allá de tocar aquí todos los años”, dice. “Me gustaría compartir más lo que he aprendido, pues lo que se puede lograr en una clase maestra es muy limitado”, detalla.
Navarro ha ganado también el concurso Heida en Westport, Connecticut; y en marzo próximo participará en el prestigioso certamen internacional Liszt, con solo 14 competidores, logro que marcará una nueva etapa en su carrera. Sobre su éxito, afirma: “El mundo de la música clásica está evolucionando y se requieren muchas habilidades para lograr un lugar en la escena. Usualmente, recibo mensajes con preguntas o pidiéndome consejos sobre el piano, sobre todo de jóvenes peruanos. Soy feliz por ello, pero creo que es importante distinguir el éxito en las redes del progreso artístico. Para ser popular se puede contratar a un publicista, hacer videos llamativos o tener carisma. Tocar piano es muy distinto; uno tiene que ser juez de su avance. Lo hermoso de la música clásica es que siempre se puede mejorar”.
Participación en concursos
- Países bajos: Más información sobre el Concurso Internacional de Piano Franz Liszt y la participación de Priscila Navarro en https://liszt.nl/.
- Reconocimiento: Navarro ganó el Gran Premio de la Competencia Heida Hermann International 2019.
- Jurado: Fue parte del jurado del V Concurso Internacional de Piano Federico Chopin Lima 2019, que se realizó en la Universidad Nacional de Música.