Libro de la semana: "En mi cuarto", de Guillaume Dustan
Libro de la semana: "En mi cuarto", de Guillaume Dustan

Teniendo como antecedente próximo el clásico moderno Las noches salvajes, de Cyril Collard, En mi cuarto, del también francés Guillaume Dustan no es una lectura fácil. Su dificultad no se encuentra en el estilo de su prosa (descarnado, literal, directo), sino en lo que se propone: relatar, sin tapujos, los encuentros de un homosexual entregado plenamente al sexo casual y a las drogas luego de enterarse de que es VIH positivo. Siendo un recuento autobiográfico (autopornografía, la nombra el autor) de la vida nocturna gay más extrema del París de los noventa, la novela puede resultar difícil de recomendar. Quienes no se escandalicen al leer descripciones explícitas de encuentros sadomasoquistas, sin embargo, no solo encontrarán un testimonio brutalmente honesto que en su momento ayudó a visibilizar (y humanizar) a una población estigmatizada. Encontrarán también, tras una narración cínica y desapegada, un relato perturbador en que la desesperación ante la inminencia de la muerte hace que entren en tensión el refugio de la satisfacción inmediata y el deseo (caótico, violento) de ser amado.

En mi cuarto es una novela llena de silencios. Son contados y lacónicos los momentos en los que el narrador examina su propia frustración, su estilo de vida y el dolor que este ocasiona en su pareja. Las descripciones lascivas y detallistas se silencian cuando se aproximan a la interioridad del propio Guillaume (el pseudónimo bajo el que el autor publicó toda su obra), pero bastan un par de escenas para colmar el texto del peso de lo no dicho. Las culpas de Guillaume se nos presentan solamente a través de sus acciones, y sus mayores decepciones solo merecen un comentario corto para no ser mencionadas más. Los intentos de suicidio y los estallidos de violencia siempre les ocurren a los otros miembros de la escena que frecuenta el narrador, pero resuenan en su vida. Así, la novela no solo retrata con honestidad una experiencia particular, sino que ilumina críticamente la forma en la que muchos construimos nuestras propias vidas: fijándose en los focos de placer, intentando ignorar los miedos y frustraciones que asoman, inevitablement

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