Las últimas dos semanas han sido las más difíciles para el Partido Morado desde su inscripción oficial, en marzo del año pasado. En los últimos 14 días, la agrupación recibió dos golpes mediáticos inesperados: la denuncia por violencia familiar de Daniel Mora, fundador y una de sus principales cartas al Congreso, y la revelación de videos en los que se ve a Julio Guzmán “saliendo con prisa” de un amago de incendio.
Ambas situaciones, aunque distintas entre sí, dan luces sobre la unidad y la capacidad de reacción del partido. Los especialistas consultados por El Comercio coinciden en que uno de los ejes claves para la bancada que el partido tendrá en el nuevo Congreso –según el flash de América TV e Ipsos Perú, que le da 8,1%– será su habilidad para mantenerse unidos y decidir en consenso. El otro será su relación con el gobierno.
-La primera vez-
Quienes finalmente alcancen una curul serán las primeras autoridades electas del Partido Morado en su historia. Esto significa que estarán encargados de construir la narrativa política de la agrupación en términos prácticos.
“A diferencia de lo que ocurre con Acción Popular o Alianza para el Progreso, que tienen alcaldes en todo el país, el Partido Morado todavía no tiene ningún punto de referencia. La bancada será la forma de definir la narrativa, el discurso y los ejes programáticos en la realidad”, explica el analista político Jeffrey Radzinsky.
Fuentes cercanas al comité político del Partido Morado comentaron a El Comercio que en la interna se había pronosticado lograr alrededor de 30 congresistas: 10 por Lima y 20 en las regiones. Aunque lo pronósticos del flash de América TV e Ipsos Perú indican un número final menor, el principal reto para que la bancada cree una una narrativa creíble, según los analistas, será mantener la cohesión. Incluso, pese a la inexperiencia en estas lides políticas.
“Todavía el partido morado no le ha ganado a nadie. Ha recibido el apoyo de miles de peruanos, pero todavía no le hemos ganado a nadie. Le vamos a ganar a alguien cuando hagamos nuestro trabajo, cuando hagamos las propuestas que le hemos prometido al país”, afirmó Guzmán luego de conocerse el flash de América TV e Ipsos Perú.
“Esta será la primera vez que el partido tenga personas en el poder. Hasta ahora ha sido solo un proyecto. El tema es con qué experiencia llegan. Ninguno de los posibles congresistas ha sobresalido como una figura de liderazgo que pueda mantener la unidad al estilo de un ‘whip’ [el que mantiene la disciplina partidaria en el parlamento inglés]”, opina Omar Awapara, director de la carrera de ciencias políticas de la UPC.
“¿Quién asume el liderazgo en esa bancada? ¿Va a poder haber cohesión? ¿Hay un ala liberal y un ala de izquierda? Es un partido cuyo gran liderazgo es Julio Guzmán, ¿pero qué otra figura reconocible hay?. Todas las bancadas tienen uno o dos que asumen ese liderazgo”, dice Radzinsky.
A ello se suma el posible ingreso de un congresista desterrado, pero que ha dejado entrever que aceptaría el cargo de ser elegido: Daniel Mora. Desde el primer día, la bancada morada tendría allí un pasivo político que manejar frente al resto de bancadas, incluidas las rivales. “Va a ser un estigma: recuerden que este golpeador de mujeres llegó gracias a ustedes, les dirán siempre”, explica Radzinsky.
Además, sería una fuente constante de inestabilidad. Luego de que los principales candidatos deslindaran con Mora en conferencia de prensa, por ejemplo, un presunto dirigente morado de la “macroregión sur” declaró en RPP que sus líderes habían actuado con deslealtad. Se trata de William Zosino Carreño Pérez, quien no registra siquiera militancia en el partido, pero que fue asesor de la Comisión de Educación del Congreso cuando Mora la presidió.
-La unidad del centro-
La cohesión parlamentaria en sí misma no ha sido un tema menor en años recientes. En el último Congreso, las seis bancadas que iniciaron el periodo parlamentario se convirtieron en doce, más tres congresistas no agrupados, cuando este fue disuelto. En ese contexto, la construcción de un discurso “de centro republicano” sin grietas resulta complicado pero posible, opinan los analistas.
“Los morados tienen dos cosas a su favor desde el lado de la unidad: han construido un proyecto partidario durante un buen tiempo, y la capacidad de reacción a lo que pasó estas semanas ha sido rápida. Se ha mostrado un frente relativamente unido”, dice Awapara.
Luego de que se revelara la denuncia por violencia familiar de Mora, el deslinde fue rápido y unificado: se le había exigido la renuncia por no revelar antes su situación legal. Distinto fue el caso de Julio Guzmán. Zenaida Solís, secretaria de comunicaciones del partido, dijo en Canal N que la decisión de respaldarlo se había tomado solo “por mayoría” y que algunas “voces” pidieron que se alejara momentáneamente del partido. Luego José Elice, candidato invitado, dijo en Latina que la decisión había sido “ajustada”.
Las fuentes cercanas al comité político, sin embargo, aseguraron a El Comercio que las discrepancias fueron expresadas solo por algunos candidatos invitados en una reunión previa, pero que la decisión de dicho comité –integrado solo por militantes– fue tomada por unanimidad a favor de Guzmán. Señalaron, además, que cuando habló de “voces” discordantes, Solís se refería a la reunión previa.
“Suelen irse siempre primero los invitados. En el Partido Morado, sin embargo, hay un fuerte componente orgánico. Intencionalmente hay mucha presencia en las listas de gente que milita y fundó el partido, y eso da predictibilidad. Son parte de una propuesta que sienten suya y tienen una lógica más institucional, un espacio de discusión interno, pertenecen a la organización”, dice Radzinsky.
Pese a que, según lo relatado por las fuentes, entre los invitados habría cierto disenso, Radzinsky asegura que incluso allí el Partido Morado tiene puntos a favor. “Han llamado invitados con un comportamiento bastante similar a los principios del partido. Sobre todo los de más proyección electoral, que son Gino Costa y Alberto de Belaúnde”, dice.
Luego de anunciado el flash de América TV e Ipsos Perú, Guzmán declaró a la prensa poniendo énfasis en la unidad partidaria. “Porque somos una institución, les aseguro que vamos a ser una bancada unida, que va a presentar propuestas en equipo y no van a ver lo que ha pasado en la política tradicional”, aseguró.
Pero todo esto, advierte Radzinsky, constituye una análisis bastante limeño. De la proyección interna del partido, 20 parlamentarios eran del interior. Y pese a que los sondeos indican una relativa debilidad en las regiones, el partido sí obtendrá representación fuera de Lima. “En Lima no conocemos mucho a las figuras que hay en regiones. Entiendo que sí ha habido militancia postulando, pero allí el partido es un poco más débil”, dice Radzinsky.
Al final, coinciden los especialistas, el Partido Morado busca en este Congreso lo que El Comercio adelantó en noviembre: exposición de sus principales figuras para la campaña presidencial del 2021. Pero el Parlamento es una vitrina caliente donde es fácil quemarse. “Deben evitar el escándalo. Cumplir con renunciar a sus gastos de instalación, por ejemplo, es el primer paso”, explica Awapara.
-¿La bancada de gobierno?-
La muletilla repetida por los rivales del Partido Morado en las últimas semanas de campaña ha sido que su bancada será la que el presidente Martín Vizcarra no podrá tener en el Congreso. Francisco Sagasti, cabeza de lista por Lima, ha negado esta posibilidad en entrevista con El Comercio, precisando que tampoco repetirán “la política de resentimiento que caracterizó al Congreso anterior”.
Pero plegarse al discurso del gobierno podría no ser un mal negocio. “Si lo más importantes es tratar de no verse contaminados por la desaprobación natural del Poder Legislativo, sería muy tentador sumarse a la popularidad de Vizcarra”, dice Awapara.
“Hay una paradoja grande. Vizcarra es un presidente con 58% de aprobación, pero su gobierno tiene una desaprobación alta, de 46%. Políticamente es reputable defender al presidente, pero las bancadas deslindan al instante porque la mayoría no respalda al gobierno en sí mismo”, explica Radzinsky.
“El Partido Morado va a apoyar todas las iniciativas positivas que tenga el presidente Vizcarra, que debe terminar su mandato al 2021”, aseguró Guzmán tras el anuncio del boca de urna.
Pero más allá de las sumas y las restas políticas, ambos analistas consideran que las coincidencias discursivas entre el proyecto morado y Vizcarra son evidentes. “Hay coincidencias expresas. La última y más potente, el saludo al cierre del Congreso. Pero creería que van a tratar de construir más su narrativa más como antagónicos a Fuerza Popular que como progobierno”, dice Radzinsky. Awapara, sin embargo, advierte que al partido no le conviene “ser una mesa de partes del Ejecutivo”.
Por encima o por debajo de su pronóstico interno de 30 congresistas, que el Partido Morado logre capitalizar su presencia en el nuevo Congreso de cara al 2021, según los analistas, dependerá de su capacidad para mantenerse unidos y para manejar su cercanía con el gobierno. La piedra en el zapato podría llamarse Daniel Mora.