Una semana antes de las elecciones, el simulacro de votación de El Comercio-Ipsos mostraba que el 43,1% del electorado votaría blanco o viciado. Los resultados oficiales de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), al 96% de actas contabilizadas, arrojan que la cifra final de blancos o viciados fue de 19,2%. Es decir, en la última semana,un importante número de electores se decidió por una opción y esto generó una dispersión que acabó con la elección de nueve bancadas legislativas.
Este Diario realizó un análisis comparativo entre los últimos procesos electorales congresales, con el fin de determinar cómo varió la cifra de nulos y viciados entre las encuestas publicadas una semana antes de las elecciones y los resultados oficiales. El resultado arrojó que, en el 2011, la cifra de nulos y viciados se redujo en 3,27%. Por el contrario, en el 2016 la cifra aumentó en 4,97%. Al menos en los últimos nueve años no existe registro de una variación tan alta como la de este 2020, donde la cifra se redujo en un total de 23,9%.
Alfredo Torres, presidente de Ipsos Perú, agrega un elemento para la comparación: el último simulacro de votación realizado el día anterior a la elección. Los votos blancos y viciados sumaban 27,4% para esa fecha. Si tenemos en cuenta que los resultados arrojan un 19,2% de nulos y viciados, eso quiere decir que un 8,2% del electorado habría decidido su voto el 26 de enero, el mismo día de la elección extraordinaria.
“Hubo una corriente de opinión muy grande de que no debía votarse nulo porque eso representaba el retorno de personas que ocasionaron el cierre del Congreso. Al mismo tiempo, ese sector que pensaba votar en blanco o nulo no le entusiasmaba votar por marcas conocidas como Acción Popular, Alianza para el Progreso o Somos Perú. Se terminaron inclinando por opciones de partidos que no estaban en el Congreso anterior. Podemos en Lima, Unión por el Perú en el interior, Frepap en Lima y en el interior”, dice Torres.
El presidente de Ipsos Perú indica que se podría hablar de un “voto del mal menor”. “Hablamos de esa persona sin entusiasmo por ninguno de los partidos y que pensaba votar en blanco. Pero ante la evidencia de que si votaba de esa manera podía facilitar el regreso del Apra o Solidaridad [Nacional], optó por votar por un partido nuevo”, señala.
La politóloga Maria Alejandra Campos advierte que la campaña contra el voto blanco y nulo se dio principalmente en las redes sociales, lo cual solo impacta a nivel de zonas urbanas. Ello no explicaría en su totalidad el porcentaje de electores que en la última semana decidió optar por una candidatura.
“Tiene que ver con que estamos en un escenario pos Lava Jato, que ha sido una avalancha contra el ‘establishment’ político de hace 20 años, donde el único que queda es Fuerza Popular, como el único árbol lo suficientemente fuerte para soportar el embate. A todos los demás partidos tradicionales se les dijo adiós”, dice Campos.
Del 23,9% de nulos y viciados que cambiaron de opinión y se decidieron por una candidatura, el voto se dispersó casi de igual manera para todos.
Solo Podemos, Frepap y Unión por el Perú lograron aumentar su caudal en cuatro puntos porcentuales cada uno. Además, el Frepap logró subir dos puntos porcentuales el mismo día de los comicios, al comparar el simulacro de votos hecho en la víspera de la elección con los resultados al cierre de esta edición.
-El nuevo ‘prime time’-
La politóloga Maria Alejandra Campos advierte que esta situación de volatilidad electoral podría repetirse en las elecciones generales del 2021, tras lo sucedido en esta elección congresal y en los comicios municipales de Lima 2018.
“Podría repetirse esta campaña de baja intensidad que no le importa a nadie y donde ningún candidato logra un gran porcentaje. No hay líderes con capital político, tampoco jóvenes figuras”, afirma.
Campos agrega que nuevamente tendremos una campaña sin publicidad en radio y televisión, con lo que habrá poca exposición. La única ventana de exposición será el Congreso: “Pasos Perdidos será el nuevo ‘prime time’”.