La presidenta de la Asociación Civil Transparencia, Adriana Urrutia, remarcó que la “Proclama Ciudadana” no es una hoja de ruta, sino un documento que busca que Pedro Castillo (Perú Libre) y Keiko Fujimori (Fuerza Popular), candidatos a la presidencia, asuman compromisos mínimos para garantizar la democracia en el país.
— ¿Cómo se aterrizaron los compromisos de la llamada Proclama Ciudadana?
La Proclama Ciudadana fue inicialmente promovida por cinco organizaciones, la Conferencia Episcopal Peruana, la Unión Nacional de Iglesias Cristianas y Evangélicas del Perú, la Unicef, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos y Transparencia. Los puntos de acuerdo fueron definidos en función de consensos respecto a cuáles deben ser nuestros valores democráticos y sobre qué debemos exigir desde la sociedad civil como garantías mínimas de la democracia. Entonces, esas garantías mínimas son los 12 puntos que quedaron como parte del juramento.
En primer lugar, se trata de priorizar la respuesta a la pandemia [de COVID-19], garantizando sobre todo la salud y la vida de los peruanos. Y luego se trata de garantías mínimas que tiene cualquier régimen democrático, como el respeto a los diferentes poderes del Estado y a instituciones, como el Tribunal Constitucional y la Junta Nacional de Justicia. Pero también está la obligación de dejar el poder en el 2026. Y el respeto a derechos que se ejercen en democracia como la libertad de expresión, y de organización.
— ¿Es la proclama ciudadana una nueva versión de la hoja de ruta?
No, esta Proclama Ciudadana es un documento que busca que ambos candidatos por igual se comprometan a jurar ante la ciudadanía en cumplir un número de principios que buscan garantizar las condiciones democráticas para desarrollo. La democracia si bien puede sonar como algo abstracto, es la capacidad que tiene un estado de retribuirles a los ciudadanos la capacidad de ejercer sus derechos.
También creo que la proclama está asociada a hacer énfasis a un conjunto de puntos que la pandemia nos ha revelado, como que persisten las brechas en el país en salud y en educación. Se acoge las inquietudes de diferentes sectores de la sociedad. Y ya vienen sumándose más de 15 mil ciudadanos. Es importante que los ciudadanos que nos lean se puedan sumar a este movimiento.
— ¿Y quiénes son los garantes de este compromiso?
[…] A ver, los garantes, yo entiendo que los primeros garantes son quienes se comprometen y quienes juran, que son los candidatos presidenciales. A su vez también garantes los propios partidos políticos, la sociedad civil en su conjunto, en el sentido de que no vamos a dejar de lado los compromisos que se están aquí firmando. Hay un conjunto de organizaciones que van a trabajar para diseñar los mecanismos de seguimiento no solo en el marco de la campaña, sino para los próximos cinco años. Debemos tomar esto como la posibilidad como sociedad de encontrarnos en una agenda que ponga por delante la defensa de la democracia.
— Keiko Fujimori firmó la proclama ciudadana en un programa de televisión. En el 2016, también asumió un compromiso que no cumplió…
Aquí creo que es necesario separar las iniciativas que se promueven y los esfuerzos que se hacen desde la sociedad civil con lo que ocurre desde los propios actores políticos. Los actores políticos deben tomar responsabilidad de sus acciones y asumir los costos que eso representa. Desde la sociedad civil no vamos a dejar lado las tareas que tenemos. Aquí hay la posibilidad de acercarnos al ejercicio del poder buscando garantizar el cumplimiento de los acuerdos inscritos en la proclama.
— Castillo, en Iquitos, también suscribió el documento. Pero la mayoría de los puntos contradice su discurso. Por ejemplo, el respeto a las instituciones, entre ellas el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo y la Sunedu. ¿Se puede confiar en un cambio de postura?
Saludamos el compromiso de ambos candidatos en este momento de la campaña, creemos que es saludable que incluyan ahora en el debate los puntos [de la proclama] y que puedan, además, plantear caminos claros para la ejecución de estos. En ese sentido, se respeta lo que se señala en materia económica desde ambas propuestas, pero ellos sin duda tienen la oportunidad de darle más explicaciones a la ciudadanía. Es necesario que ambos candidatos actualicen sus planes de gobierno y los presenten a la ciudadanía.
Sobre la pregunta, le corresponde al candidato rendir cuentas sobre sus declaraciones. Nosotros no podemos más que saludar la suscripción de este pacto por ambas posturas.
— En términos económicos, la proclama ciudadana compromete a los candidatos a trabajar por “un mayor crecimiento del país estimulando la inversión privada”. ¿Por qué no se incluyó un acuerdo a favor del respeto a la propiedad privada?
Mira, nosotros nos hemos centrado en los mínimos democráticos y cada partido es libre de señalar el mejor camino para resolver los temas públicos, es parte de la democracia. Está incluido el derecho a las libertades civiles y hay un párrafo con foco en el crecimiento con inversión. Y hay tres temas de la proclama que están conectados: el respeto de los tratados internacionales, aquí se pueden incluir a los TLC; el respeto a la Constitución; y mantener la autonomía del BCR. Esto es bastante más de lo que se les había pedido a los candidatos en otras oportunidades.
— Rafael López Aliaga, excandidato de Renovación Popular a la Presidencia, dijo “muerte al comunismo, muerte a Cerrón y a Castillo”. ¿Qué tan peligrosos son esta clase de discursos radicales?
Yo creo que este tipo de invocaciones al odio y, en este caso, a la muerte son ciertamente condenables y es lamentable que estemos en un punto en la campaña donde la polarización ha llevado a desear el fin de la vida de alguien. El mismo López Aliaga intentó explicar sus declaraciones hablando de que se trataba de la muerte política, pero creo que es necesario cuidar las palabras en un momento tan polarizado y grave para el país. Es necesario que se marquen estos intercambios en un ejercicio democrático donde se busque respetar al contrincante, reconocerlo como adversario, pero no contemplarlo como un enemigo al cual hay que aniquilar. Es ciertamente condenable esta actitud.
— En diciembre, usted refirió, en una entrevista con El Comercio, que la democracia estaba “al borde de un abismo”. ¿Esta segunda vuelta refleja ello?
Lo que hemos vivido en el Perú a lo largo de los últimos años es un deterioro de la democracia desde varios aspectos. El primero y retomando a algunos puntos centrales de la Proclama Ciudadana diría que tiene relación con la capacidad de retribuir a los ciudadanos algunos derechos fundamentales, como la salud y la educación. La pandemia nos ha resaltado lo difícil que es garantizar estos derechos en nuestro país. Este es un punto de fragiliza la confianza de los ciudadanos en el régimen democrático.
Sin duda, el deterioro de la democracia también tiene que ver con el alejamiento de los ciudadanos de sus representantes. Siete de cada diez ciudadanos en el Perú no confían en su Parlamento, según el Barómetro de las Américas, y eso es muy grave, es la cifra más baja de toda la región. Y eso no es todo, uno de cada dos peruanos estaría dispuesto a cambiar la democracia por otro régimen.
— Castillo ha dicho que indultará a Antauro Humala, mientras Fujimori a su padre, el expresidente Alberto Fujimori. ¿No deben comprometerse ambos candidatos en no utilizar el poder político para contradecir dos sentencias firmes?
Bueno, la proclama tiene un punto que señala que se respetará a los otros poderes del Estado, se entiende que también al Poder Judicial […] En caso tomen esta decisión, se verán los mecanismos para hacerle saber a los candidatos la postura de la ciudadanía.
— La Constitución le da la facultad al presidente de brindar indultos, pero después de la anulación de la gracia a Fujimori se establecieron una serie de mecanismos a seguir. ¿Se necesita que ambos postulantes se comprometan a seguir estos caminos?
La proclama indica que se debe respetar los fueros de otros poderes del Estado, y cuando se habla de fuero se habla de competencia. Y si bien los indultos son un atributo del presidente también deben respetar un conjunto de digamos elementos que tienen que ver con labores previas del Poder Judicial, [como] el cumplimiento de penas, entre otros.
— Según la última encuesta de Ipsos Perú, el 54% quiere cambios moderados al sistema económico. ¿Cómo se explica que ninguno de los dos candidatos represente a este sector? Castillo plantea una reforma radical y Fujimori la continuidad del status quo.
El resultado de una elección polariza tiene que ver con una respuesta, a través del voto, desde la ciudadanía al momento de crisis que estamos viviendo. Y estos momentos de crisis, como la historia lo revela, tienen que ver con la necesidad de cambios radicales para adoptar con rapidez un cambio que permita salir de esta. Y eso es un poco como lo entienden los electores. Entonces, las propuestas que están en diferentes lugares del espectro tienen que ver con una misma demanda que es la necesidad de superar esta crisis en la que se encuentra el país y que, además, viene siendo muy difícil por la pandemia.
— ¿Cuáles son los límites de un eventual gobierno de Castillo?
[…] Es muy probable que se repita el escenario de los cinco años pasados, de confrontación entre el Ejecutivo y el Legislativo. Otra cosa que preocupa en el caso de Perú Libre más que en Fuerza Popular, es que todavía no hay señales claras de quiénes conformarían su equipo de trabajo. Tampoco hay señales claras de una actualización de su plan de gobierno. Entonces la pregunta que queda en el aire es cómo ocuparía este partido la dirección del Estado de llegar al poder, eventualmente.
— ¿Y los de Fujimori Higuchi? ¿Qué le preocupa de Fuerza Popular?
En el caso de la señora Fujimori puede estar llegando a la mayoría [en el Congreso] con todas las adhesiones que va logrando Fuerza Popular, se teme que haya una actitud de no respetar un sistema de pesos y contrapesos. Pero sin dudas se espera ver el desempeño en el futuro de ambos partidos, y se espera también, como lo han señalado adhiriéndose a la proclama que respeten los compromisos que ahí han suscrito.
— ¿Basta que Castillo y Fujimori hayan firmado la proclama por separado? ¿O tiene que ser en un acto oficial?
Estamos viendo, efectivamente, cuál va a ser la ruta de formalización. Nos vamos a poner a la brevedad posible en contacto con [los representantes] de ambos partidos para conocer cómo podemos formalizar esta suscripción del pacto que ambos candidatos ya han hecho cada uno en momentos diferentes.
— En los últimos cinco años, el Perú ha afrontado una crisis política permanente. ¿Cómo salimos de esta?
Como lo han señalado varios historiadores y varias personas que está reflexionando sobre el bicentenario, la crisis es parte de la institucionalidad, pero creo que ahorita sí tenemos una oportunidad de replantear lo que significa la política para nosotros y ponernos a discutir consensos mínimos como ciudadanos para tener una agenda compartida a lo largo de los próximos cinco años. Aquí no se trata de algo que quiere un grupo pequeño de ciudadanos, estamos hablando que más de 15 mil ciudadanos han firmado la proclama en 48 horas, es un número que sin duda va a seguir creciendo. Importa mucho que podamos seguir discutiendo este tipo de iniciativas, que generemos consensos y que en el país exista un debate sobre las garantías mínimas de la democracia.
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