El 25 de enero pasado la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) realizó el sorteo de 25 ciudadanos por cada una de las 86,488 mesas de votación. Esa fue la primera etapa del farragoso proceso de todas las elecciones peruanas. De esos 25 se eligen los 6 titulares y suplentes para conducir la mesa en el día D. Todo el procedimiento está claramente establecido en la Ley Orgánica de Elecciones (LOE) 26859.
El sorteo para elegir a los 6 fue el 29 de enero. Ambos sorteos, por cierto, son públicos y pueden ir los personeros de los partidos por si quieren revisar el procedimiento y tachar a los sorteados. En el Perú siempre hay una invitación formal a tachar a quien uno se le antoje. Pero son tantos los tachables que demandaría demasiado tiempo pasarlos por el tamiz de las sospechas.
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Si es posible tachar es porque existen varios impedimentos para ser miembros de mesa. El art. 57 de la LOE menciona la lista negra: Personeros y dirigentes de los partidos que postulan, autoridades políticas en general, funcionarios de los organismos electorales, efectivos de las FFAA, la PNP, fiscales y bomberos que laboren en la custodia del proceso, familiares directos de los postulantes y, también, se dice expresamente que los miembros de mesa no deben ser parientes entre ellos. El inciso h dice: “Los cónyuges y parientes dentro del segundo grado de consanguinidad o afinidad dentro de una misma mesa”. Y el inciso i reza: “Los cónyuges y parientes dentro del segundo grado de consanguinidad o afinidad de los candidatos que residen en el ámbito de la jurisdicción en la cual postulan”.
Patriotas o estafadores
Cada hito del proceso electoral, incluyendo los sorteos del 25 y 29 de enero y la publicación definitiva de la lista de 518,928 miembros de mesa, entre titulares y suplentes; ha sido acompañada de notas de prensa de la ONPE. En ellas, se mencionan varios aspectos del marco normativo electoral, incluyendo algunos de los impedimentos mencionados. Se menciona, a la pasada, el veto a los parientes de los candidatos pero en ninguna de las notas se menciona el veto entre parientes dentro de la mesa.
Si la ONPE le da poca importancia al impedimento de la parentela, mucho menos se la da quien no está familiarizado con la LOE. Ello se evidenció en la primera vuelta, cuando supimos que tres jóvenes hermanos habían conducido una mesa. La noticia se celebró como ejemplo de patriotismo. Varios canales y periódicos, incluyendo El Comercio, contaron la historia de los Cotrina. Sebastián, de 21 años, salió sorteado y concurrió a cumplir con su deber a un aula del colegio Círculo de Ingeniería en Los Olivos. Fue el único miembro de mesa presente y esta no se podía instalar, así que llamó a sus hermanos Mathías (18) y Ángela (30), con la venia del personal de la ONPE.
Entre la angustia por la gran cantidad de mesas que no se instalaban y el desconocimiento de los recovecos de la LOE, a los efectivos de la ONPE les pareció un toque cívico irresistible el de los jóvenes Cotrina. Sin embargo, ahora, por los recursos de nulidad de Fuerza Popular (65 casos según anunciaron los voceros del partido en su primera conferencia de prensa, pero no sabemos exactamente cuantos pedidos de nulidad reposan sobre ese motivo), reparamos en que es una irregularidad.
Entre los recovecos de la LOE, en el Art. 250 hay una abierta contradicción con los impedimentos. Dice este artículo que, en ausencia de titulares y suplentes, “quien asuma la presidencia”, completa la mesa “con cualquiera de los electores presentes”. No se menciona a los impedidos, pero una interpretación amplia que beneficie a la necesidad de realizar el acto electoral como el bien mayor, sería legítima.
Por cierto, que nadie se sorprenda que 3 hermanos estén en el mismo grupo de votación. Es muy común que familias enteras tramiten juntas la renovación de su DNI y acaben votando en la misma mesa. Por eso la probabilidad de que estén entre los 25 y luego entre los 6 sorteados no es nada remota. Es mayor en pequeñas localidades donde las mesas son más pequeñas y los parentescos más territoriales.
Ahora conocemos de estos casos gracias al barrido que ha hecho el equipo de abogados que apoyó a Fuerza Popular, solo en mesas en las que ganó Castillo, con la presunción de que esa irregularidad pudiera ser parte de un fraude, es decir, de manipulación de resultados para favorecer a ese candidato. Sin embargo, falta saber si similar ocurrencia de familiares sorteados o que completan una mesa en ausencia de los titulares (como en el caso de los Cotrina), se da en mesas donde haya ganado Keiko Fujimori o los resultados sean parejos.
Pedí varias veces a la ONPE que me alcanzara, si lo había, un manual de procedimientos que estableciera un filtro para detectar casos que incurrieran en los impedimentos. No tuve una respuesta. Lo que sí me dijo una fuente de ese ente es que, en realidad, sí hay dos filtros para detectar los impedimentos y los ponen los políticos y la ciudadanía: El primero, es la posibilidad de que los personeros de los partidos puedan tachar a miembros de mesa. El segundo, que cada sorteado, si se percata de que incurre en un impedimento, puede excusarse de ser miembro sin que ello le acarree el pago de una multa. Tenues filtros que acaban por normalizar lo que, en esta polarizada segunda vuelta, algunos quieren ver como un escándalo.
La hermana de Pedro
Para quienes quieran escandalizarse con las mesas sanguíneas, ¿qué les parece que doña María Amelia Castillo Terrones, hermana de Pedro, haya ejercido como miembro de mesa el pasado domingo 6 en el colegio Víctor A. Olano del distrito de Anguía, provincia de Chota, Cajamarca, en abierta violación del inciso i del artículo 57 de la LOE?
Pues la señora salió sorteada como segunda suplente, pero ejerció como secretaria el pasado domingo 6 pues, presumimos, se ausentó el segundo titular. Pudo ser tachada en su momento o excusarse de ser secretaria pues estaba incursa en un impedimento; pero no sabemos si era consciente de ello. En su mesa, tal como se aprecia en el acta, votaron 98 de 218 votantes, es decir menos de la mitad; su hermano tuvo 78 votos y no hubo personeros de ningún partido. Keiko Fujimori tuvo 2 votos; y Podemos, APP y JPP cada uno sacó 1 voto. Hubo 15 votos entre blancos y viciados. Que Castillo haya arrasado con 78 votos no es extraño en el que también es su distrito de residencia. Su hermana hubiera tenido que ponerse de acuerdo con los otros miembros de mesa para favorecerlo y el alto ausentismo y el porcentaje no desdeñable de votos nulos, hacen más difícil pensar en manipulación.
Sin embargo, la señora Castillo no debió ser miembro de mesa. Fue otra irregularidad normalizada en el proceso electoral y el apuro por instalar mesas. Y, también, por la economía electoral de los partidos que consideraban a Chota una plaza donde no había mayor cosa que vigilar porque la creían segurísima (Castillo) o irremediablemente perdida (Fujimori). Tampoco podríamos apostar que un eventual personero fujimorista se hubiera percatado del parentesco y la hubiera vetado al conocer el impedimento de ley.
Quedará para una próxima elección que la ONPE vea si incorpora filtros y procedimientos para evitar la alegre ocurrencia de las mesas sanguíneas; o sea, para dejar de normalizar lo irregular según la LOE. O, podría irse al otro extremo y plantear un cambio normativo para reducir la cantidad de impedimentos del art. 57 y eliminar del proceso electoral la cultura de la sospecha sanguínea; para tener una regla menos que cumplir en un país lleno de reglas que no se cumplen.