Un choque de puños y un breve diálogo selló la confrontación de ideas entre Castillo y Fujimori. Según comentó esta última, le dijo a su rival que lo esperaba en los próximos debates organizados por el JNE. (Foto: Hugo Pérez)
Un choque de puños y un breve diálogo selló la confrontación de ideas entre Castillo y Fujimori. Según comentó esta última, le dijo a su rival que lo esperaba en los próximos debates organizados por el JNE. (Foto: Hugo Pérez)

Lo del último sábado se trató de un evento improvisado, organizado en solo horas y una clara vulneración a las restricciones sanitarias por la pandemia, quizá una muestra de las tantas imprudencias que se cometen en la política peruana. Aún así, el encuentro entre y se llevó a cabo en medio de una gran expectativa, pues era la primera ocasión en la que los candidatos presidenciales de y medían cara a cara sus propuestas y gestos, en el marco de una polarizada segunda vuelta electoral.

Pero lo que se vio por poco más de una hora en la Plaza de Armas de , más que un debate propiamente dicho, fue una especie de doble mitin a la vieja usanza, en donde los mensajes para la tribuna primaron sobre las propuestas concretas y aterrizadas. El formato era propicio para ello: cinco bloques para exponer ideas en torno al combate contra el coronavirus, la educación, la reactivación económica, la lucha contra la delincuencia y la política anticorrupción. Cada candidato tuvo cinco minutos para intervenir y luego un minuto y medio –no planeado inicialmente– que sirvió para ampliar sus intervenciones, mas no para generar un espacio de réplicas o de mayor interacción. Cada alocución se hizo sin mascarilla de por medio.

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Esos distintos espacios sirvieron para las generalidades, algunos ofrecimientos y los infaltables pullazos. Empezó Castillo al dirigir un saludo por el Día Internacional del Trabajo y señalar: “Me gustaría hacerle el saludo correspondiente a la señora Fujimori, pero ignoro desde cuándo y dónde trabaja”. La exlegisladora respondió luego acusando a su rival de poner “excusas” para la definición del encuentro de ayer y de los otros cuatro que ha planteado el JNE.

Luego vinieron más intercambios. Fujimori se dirigió a los maestros “que enseñan, no a los que están con licencia sindical y dejaron abandonados a los niños”, reclamó haberse enterado de las reglas de la cita recién en el estrado, e indicó que su rival significaba “un salto al abismo”, que se esconde de la prensa y oculta a su equipo técnico y al líder de su partido, el sentenciado por corrupción Vladimir Cerrón.

Por su parte, Castillo dijo que para ser candidato solo solicitó licencia en su trabajo, mientras que “otros para estar aquí tienen permiso del Poder Judicial”. Luego, remató diciendo “no me voy a correr como se corrió su padre” ante la insistencia de su contrincante para siguientes debates.

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El local y la visitante

Si Castillo y Fujimori fueran miembros de un equipo de fútbol del torneo nacional, el de Perú Libre sería el local y la de Fuerza Popular la visitante. La jornada incluyó símbolos también en esa perspectiva.

Por un lado, los simpatizantes del candidato chotano lo vitorearon, y pifearon a su rival. Esto opacó a la portátil que arengaba a la postulante de Fuerza Popular, y que llegó en un bus. “Bienvenido, Pedro Castillo, a tu pueblo. Y bienvenida, Keiko Fujimori, al pueblo de Chota”, se le escuchó decir a uno de los moderadores. El docente aprovechó también el escenario al resaltar que la polémica se daba “desde mi tierra natal”.

A Fujimori se le cuestionó en redes sociales que, durante el debate, mencionara hasta en tres ocasiones el hecho de haber venido “hasta aquí”, en referencia a Chota. En declaraciones posteriores a la prensa, explicó que lo dijo por lo difícil que fue su llegada a la ciudad luego de que un derrumbe en la vía de Jaén a Chota la obligara a tomar una ruta de 11 horas desde Chiclayo.

Por ello, Castillo fue el que arribó primero al estrado, hacia la 1 p.m., hora programada para el encuentro. Vestía una casaca de colores blanco y rojo, y su acostumbrado sombrero. Esperó sentado a su contendora por unos minutos; luego se paró y hasta hizo impacientes gestos como señalar la hora en su reloj. “El candidato Castillo indica que cinco minutos espera la llegada de la candidata Keiko Fujimori”, dijo también un moderador.

(Foto: Hugo Pérez)
(Foto: Hugo Pérez)

La candidata fujimorista arribó vistiendo una camiseta de la selección peruana de fútbol. La polémica se inició unos 40 minutos después de lo pactado. Alrededor de 2.000 personas siguieron el evento aglomeradas tras el cordón policial frente al estrado. En la víspera, el Ministerio del Interior informó que destinarían a unos 200 agentes para custodiar el encuentro.

Un choque de puños entre los contendores y un breve diálogo con gestos de reclamo selló el primer encuentro de dos políticos con posturas muy contrapuestas respecto de su visión del país.

Cuando Keiko Fujimori se retiró de la Plaza de Armas de Chota, hubo un breve conato de pelea entre sus simpatizantes y los de Perú Libre, que incluyó agua y algunas botellas de plástico. Pedro Castillo se dirigió a su local partidario en medio de un tumulto. A casi un mes de las elecciones, aún está por definirse cuándo se volverán a encontrar.

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