El sociólogo y analista político Santiago Pedraglio consideró que las campañas de Pedro Castillo (Perú Libre) y de Keiko Fujimori (Fuerza Popular) de cara a la segunda vuelta, alientan “un estado de ánimo de guerra política”. Agregó que es importante que cualquier de los dos que llegue al poder haga “concesiones para construir un gobierno que sea mínimamente sostenible”.
— ¿Qué conclusiones le dejó el debate en Chota?
De dos tipos, de las positivas y de las negativas. De las positivas, me pareció muy bien que se haga un debate fuera de Lima, y aunque salió de manera imprevista, generó la participación de periodistas de la región [Cajamarca]. Eso lo hace más nacional, involucra a la gente y es una señal de inclusión. Y en Chota, sus ciudadanos tuvieron una buena participación, muy ponderada frente a los temores de que ahí podía producirse el caos.
Los principales problemas vinieron por el lado de los candidatos, es decir creo que las propuestas siguen siendo muy generales y se apeló a las promesas clásicas de ofrecer gasto público en exceso y sin control, sin saber cómo se va a hacer. Lo negativo estuvo en los candidatos, quienes lanzaron propuestas demagógicas en algunos casos.
— ¿El Perú está atrapado- como refiere el politólogo Daniel Encinas- entre dos males?
No es una novedad que estemos ante situaciones de este tipo, ya antes [las hemos enfrentado], como en el 2006 con la presencia de Humala, también en el 2011. Y así podemos ir recorriendo parte de la historia del Perú. De lo que se trata es de mirar hacia adelante. Acá hay dos problemas fundamentales y residen en los candidatos. [Castillo y Fujimori] deben tomar consciencia de que ambos son una minoría, una minoría muy grande. Castillo con relación al conjunto de votantes representa el 14% y Fujimori, el 10%. Las votaciones de segunda vuelta son producto de trasvases de quienes han votado por otros. Incluso, de quienes se abstuvieron o votaron nulo.
Y segundo, vivimos una crisis tremenda que no se refleja en la campaña, es algo que a mí me sorprende. La campaña no refleja que estamos en una pandemia tremenda, en una crisis sanitaria que puede haber cobrado más de 100 mil muertos en el país. También estamos en medio de una crisis económica que ha anulado millones de empleos y la educación está a medias o un tercio. Esto no figura, parece que no es un problema central. A estos problemas centrales no están respondiendo las campañas.
— Durante los últimos cinco años, el país ha transitado en una permanente crisis política. En el último año y medio se sumaron otras dos: la sanitaria y la económica. ¿Cómo se le puede hacer frente a este panorama que a priori es desolador?
No se debe incentivar un clima de guerra política, me parece lo peor. Por un lado, una campaña anticomunista desatada y, por el otro, una propuesta de modificación, de cambios que no se sabe cómo. No puede haber propuestas que pretendan soslayar o insinuar que se van a realizar al margen de la Constitución. Tienen que hacerse respetando la institucionalidad en caso puedan hacerlas. Ambas campañas alientan un estado de ánimo de guerra política.
No podemos seguir con lo hecho en la administración Kuczynski y Vizcarra. Es responsabilidad del Congreso fiscalizar, pero no puede tener una política obstruccionista, no puede tener una política cuyo criterio fundamental sea la confrontación permanente, sobre todo en un momento de crisis como el que estamos viviendo. A mí me parece que no se dan cuenta [la clase política] de lo que está pasando en Brasil, en la India, la pandemia puede continuar, incluso, el próximo año. La política [peruana] está desenchufada de la realidad que tiene que ver con la pandemia, la crisis económica, la educación y el divorcio entre Limas y las regiones.
— Castillo y Fujimori son conservadores en lo social y ambos tienen credenciales democráticas que generan dudas. ¿Es necesario que ambos firmen una hoja de ruta?
La palabra hoja de ruta puede ser mal vista, sobre todo para alguna gente de izquierda que apoyó a Humala [en el 2011], pero yo sí creo, para decirlo de otra forma, que ambos requieren de un programa de gobierno para la situación de emergencia que estamos viviendo. Para el primer año o para los dos primeros, porque será bien difícil que en menos de dos años salgamos de la situación en la que estamos. Tiene que haber un gran esfuerzo de construir coaliciones, no puede cada uno mantenerse, desde su propio punto de vista. No pueden pretender gobernar como si los otros no existiesen, eso es irreal, no es posible. Es importantísimo que hagan coaliciones con los que están más cerca a ellos. Esto de mantenerse en la posición “cambio de Constitución o nada, y de mano dura o nada” francamente imposibilidad hacer coaliciones que son cruciales.
Y la última encuesta de Ipsos Perú, el 32% pide un cambio radical [del modelo económico] y el 54% uno moderado, en total hay un 86% que pide un cambio. Ambos tienen que dar señales, acercase a ese clima, a ese ánimo, no pueden mantenerse cada uno fijo en su posición original. Deben hacer una propuesta viable y sostenible pensando en la mayoría de las personas y no incrementando la incertidumbre y desconfianza.
— Castillo dice no ser “comunista” ni “chavista”, pero el plan de gobierno de Perú Libre apuesta por el estatismo y el control de mercado. ¿Puede un candidato como él ir hacia el centro?
Mira, yo creo que siempre es posible. No sé cuán chavista será Castillo con toda la franqueza te lo digo. Y [en América Latina] no solo ha habido un Evo Morales, o un Rafael Correa, también estuvieron Lula, Mujica, Bachelet y Lagos. Es decir, hubo diferentes formas de izquierda en la región como también de derecha, como Duque ahora en Colombia. Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, en la política peruana, sería casi un izquierdista. Ha incrementado los impuestos para los ricos y al fortalecido a los sindicatos.
Yo sí creo que hay un problema de responsabilidad de Castillo, la gente ha votado por él, y en el caso hipotético que gane, la responsabilidad la tiene él, y no Cerrón. Si quieren cambiar la Constitución que se haga en el marco de la Constitución. Y en el caso de la señora Fujimori algo similar, no puede pretender regresar a los noventa, no puede pretender que la historia no existe, como eso de borrar los textos escolares, eso es negacionismo. Reivindicar los noventa como un ejemplo de gobierno, no pues, ese es un gravísimo error.
— Perú Libre propone la instalación de un Asamblea Constituyente, pero no tiene los votos en el próximo Parlamento para ello. ¿Si él resulta elegido, se puede repetir un escenario como el del 5 de abril de 1992?
Mira, yo lo veo muy difícil, yo casi lo desecharía. En 1992, Alberto Fujimori tenía una minoría en la cámara, pero había dos hechos clave: Sendero Luminoso actuaba y cuando Fujimori hizo el autogolpe tuvo el apoyo militar. También al día siguiente casi el 75% u 80% de la población dijo que estaba de acuerdo.
El otro [camino] es el modelo chileno de cambio de Constitución. Las movilizaciones que comenzaron hace 12 años y que terminaron en el 2019. Eso lleva a que los partidos tengan que aprobar el llamado a referéndum. Fue una movilización tan fuerte y sostenida que obligó a todos los partidos a encontrar una fórmula de consensos. Y próximamente se va a realizar la elección de una asamblea. Y, en paralelo, todas las fuerzas políticas trabajaron en el mismo sentido para sacar adelante su programa de vacunación, que es un ejemplo en la región.
— ¿Es Vladimir Cerrón un lastre para la candidatura de Castillo? El exgobernador regional de Junín ya habla de disolver el Congreso si este se niega a reformar totalmente la Constitución.
Bueno, será una opinión del señor Cerrón. Que sea un lastre o no, no lo puedo adelantar, eso va a depender del señor Castillo. Francamente no va a poder cerrar el Congreso. En Chile no se ha cerrado el Congreso para hacer este cambio constitucional, allá no se ha pateado el tablero.
— A diferencia del 2011 y 2016, Fujimori Higuchi ahora solo carga con los pasivos de su padre, el encarcelado expresidente Alberto Fujimori, sino también con una mochila propia: el rol de su bancada en el Congreso que fue disuelto y la investigación por el Caso Odebrecht…
Yo creo que la segunda [mochila] le pesa más, en estos momentos, que la primera que es directamente [responsabilidad] de su padre. La otra es responsabilidad de ella, sobre cómo se manejó el Congreso hasta antes de su disolución [en el 2019] con 73 congresistas, el no poder aceptar su derrota, el tener una política de obstrucción, es un pasivo de ella. Y la señora Fujimori no asume esa responsabilidad, bueno ha pedido perdón, pero los perdones en los políticos son prácticos, son cambiar de actitud, pero yo veo una actitud en ella, esta historia de la mano dura, por ejemplo, es regresar a los noventa.
— Según la última encuesta de Ipsos Perú, Fujimori Higuchi solo tiene ventaja sobre Castillo en Lima. ¿Por qué cree que la capital vota diferente al resto del país?
Es un problema histórico y, lamentablemente, no superado. Ahí hay una responsabilidad particular de la élite limeña, que no es nueva. Hay esta visión de Lima como centro. Y hay una visión casi minusválida de las regiones. A mí lo que más me llama la atención es que en Lima no sé es consciente de ello, se le echa la culpa a alguien más, ahora es Castillo, antes fue Humala. Es un tema crucial que se debe plantear con seriedad. El problema es que no existe una cultura de acuerdo a largo plazo. Me parece que esto tiene que ser superado con urgencia y no echarle la culpa a alguien.
— Fujimori Higuchi- de acuerdo a Latina Noticias- no ha ido al sur del país, donde Castillo ganó. ¿Tiene posibilidad de disputarle esa zona?
No, yo creo que no va a ser posible, más aún con esa actitud. Ella, seguramente, con sus asesores está haciendo el cálculo político de que ir al sur no tiene mucho sentido, porque no va a ganar votos. Y, por eso, su estrategia es concentrarse en el norte. Calcula que, con Lima, el norte y subiendo un poco de votos en otras regiones puede ganar.
— En el 2016, el norte respaldó a Fuerza Popular, hoy Castillo tiene 41% de intención de voto. ¿Si Fujimori Higuchi no “recupera” esa zona sus opciones son bastante limitadas?
Son bien pocas. Y por supuesto que debería ir al sur, que es una región con identidad y fuerza, donde está el mayor número de quechua hablantes y de aimara hablantes […] La otra diferencia es entre los sectores sociales. En A y B, votan por Keiko Fujimori; y en el D y E, por Pedro Castillo. Los que trabajan en diferentes ámbitos tienen que tomar consciencia de estas diferencias marcadas, los políticos primeros. Hay una diferencia clarísima entre Lima y las regiones y entre los sectores A y B con respecto al D y E. Los pobres votan por un lado y la clase media y alta por el otro. La elección aún está abierta, faltan cuatro semanas, es verdad que Castillo, de acuerdo a la última encuesta, está 9% arriba, pero la elección está abierta.
— Perú Libre ha recibido el respaldo de Juntos por el Perú, Runa, Democracia Directa y UPP; mientras que Fuerza Popular del PPC, Apra, Avanza País, Renovación Popular, Victoria Nacional y el PPS. ¿Existe una real capacidad de endose de los partidos políticos?
Es muy poca. La gente optó [por una de las dos opciones] antes de que los partidos por los que votaron [en la primera vuelta] les digan sus opciones. En la primera encuesta de Ipsos [una semana después de la elección] ya se veía un desplazamiento marcadísimo. Castillo tenía 42%, ya había habido una corrida de votos. Igual en el caso de Fujimori [con 31%]. El compromiso que tiene el votante con su candidato, salvo una minoría, es frágil. Al mismo tiempo, la gente sabe que el candidato tiene un compromiso frágil con ellos. Por lo tanto, es fácil que se desplacen, y no requieran que los partidos les digan por quién votar. La capacidad de endose [de las agrupaciones] es muy limitada.
— Mario Vargas Llosa ha llamado a votar por Fujimori Higuchi al considerarla el mal menor. ¿Deja al antifujimorismo sin su mayor representante del sector intelectual?
Pero creo que no cambia la situación con toda franqueza, que Mario Vargas Llosa diga que va a votar por Keiko Fujimori bueno, es su responsabilidad y su opinión. El antifujimorismo se puede reducir por otras razones, pero yo no creo que [una opinión] de Vargas llosa lo reduzca, el impacto que él pueda tener es muy poco.
— En una columna que escribió en El Comercio en marzo último, usted refiere que esta elección tiene semejanzas importantes con la de 1990. ¿Cómo salimos de esta nueva crisis?
Creo que tiene una semejanza, en esa época, como dije en ese artículo, había una crisis económica tremenda producto de la hiperinflación, había mucha violencia producto de la lucha con Sendero Luminoso, y había una crisis política muy grande. Los problemas son similares, pero no iguales. La forma de salir es bien compleja. No alentemos un clima de guerra política, ya hemos tenido varios de momento de esos en el Perú y no lleva a nada bueno. Y cada uno debe medir sus propias fuerzas y hacer el esfuerzo de concretar coaliciones, porque eso también significa conceder y es importantísimo hacer concesiones para construir un gobierno que sea mínimamente sostenible.
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