En "La Granja Azul" se vendió el primer pollo a la brasa. (Foto: El Comercio)
En "La Granja Azul" se vendió el primer pollo a la brasa. (Foto: El Comercio)
Redacción EC

La historia del pollo a la brasa gira en un horno con mecanismo especial desde el año 1949.

El origen de este plato, uno de los preferidos por su sazón y rendimiento, es la zona de Santa Clara, en el distrito de Ate, donde Roger Schuler inauguró "La Granja Azul", el primer recinto donde se empezó a vender el hoy famoso pollo a la brasa.

Gracias a Franz Ulrich, el experto que ideó el horno con barras giratorias, Schuler fundó el primer restaurante de pollos a la brasa tras varias pruebas con diferentes mecanismos hasta que, finalmente, quedó el modelo que se usa y fabrica hasta la actualidad. La idea partió luego de que Schuler viera a su cocinera hornear pequeños pollos de una manera similar, pero más rudimentaria.

Desde entonces, el emprendimiento de Schuler creció a niveles nacionales y se masificó en todas las zonas del Perú.

Hoy, de acuerdo a datos brindados por la Asociación Peruana de Avicultura, se estima que para este 2017 se tiene previsto colocar más de 140 millones de pollos, cifra que representa el 20% de la producción avícola anual, en las pollerías del país para la preparación del pollo a la brasa.

Del mismo, fuera de nuestras fronteras el sabor del pollo a la brasa se ha extendido a países como Estados Unidos, Argentina, Venezuela, Chile, Bolivia, Brasil, Canadá, Ecuador, España, Japón, China, Emiratos Árabes Unidos, entre otros, gracias a cocineros peruanos que se encargan de su preparación en estos territorios. 

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