¿Te apetece una hamburguesa de carne de células madre, con un poco de arroz genéticamente modificado? ¿Quizás con un poco de brócoli de cultivo especial que pueda sintonizar con tu metabolismo?
No es algo descabellado. Cada uno de esos platos ha sido anunciado por tecnólogos de comidas y científicos que trabajan en modificar y mejorar lo que comemos.
La hamburguesa, desarrollada en un laboratorio en vez de ser parte de una animal vivo, está diseñada para aportar carne rica en proteínas evitando la matanza de ganado.
El brócoli, muestra un estudio recientemente publicado, contiene un elemento que ayuda a las células humanas a trabajar más eficientemente.
Y se acerca la distribución en Filipinas de arroz genéticamente modificado para aumentar su contenido de vitamina A y reforzar nuestro sistema inmune y prevenir la ceguera.
Modificar nuestra comida no es algo nuevo. Desde los albores de la agricultura, hemos manipulado los cultivos para hacerlos más grandes, más dulces, para que rindan más o para que resistan enfermedades.
Pero esa tendencia ha adquirido mayor urgencia. Muchos de los suelos del planeta están perdiendo nutrientes, y con el surgimiento de los monocultivos y la pérdida de variedades de frutas y vegetales, nuestras comidas frescas contienen menos bondades que hace cincuenta años, afirman algunos expertos.
Por eso los científicos buscan aumentar artificialmente la cantidad de nutrientes en nuestra comida, particularmente para ayudar a alimentar a millones de personas desnutridas en el mundo en desarrollo.
Una tendencia paralela va emergiendo: en países desarrollados los alimentos están siendo modificados y fortificados, solo que son mercadeados y vendidos para mejorar nuestra salud en vez de para suministrar nutrición básica.
La esperanza de algunos es que esas comidas puedan llegar a mitigar el impacto de ciertas enfermedades, como el cáncer.
MANIPULACIÓN DE MICRONUTRIENTES En el caso de las plantas, hay diferentes maneras de modificar los nutrientes que contienen. Un método poderoso es la crianza selectiva, seleccionando entre variedades y cepas que sacan más nutrientes del suelo.
La mayoría de la gente no ingiere suficiente selenio, un micronutriente que ayuda al crecimiento celular.
Por eso, los científicos están tratando de aumentar el contenido de selenio en el trigo produciendo variedades que lo cosechan más eficientemente.
En todo el mundo, millones de personas tienen deficiencias en otras vitaminas y minerales. Cerca de 2.000 millones de personas tienen deficiencias de yodo y otro tanto sufren anemia por falta de hierro. Un cuarto de la población está en riesgo por no consumir suficiente zinc, vital para el crecimiento, mientras que cientos de miles de niños quedan ciegos anualmente por falta de vitamina A.
En China, los científicos intentar fortificar diez tipos de vegetales con yodo, ya que añadir yodo a la sal no está ayudando lo suficiente a la dieta de la gente.
Tanto los vegetales de hojas como la fruta absorben yodo del suelo, y un estudio reciente encontró que añadir fertilizantes con yodo al terreno, en la forma de algas orgánicas, aumenta los niveles de ese mineral en los alimentos.
El cofundador de Microsoft, Bill Gates, participa en el financiamiento de HarvestPlus, un programa internacional que contempla la modificación de los alimentos para mejorar la alimentación de los pobres.
El programa ha desarrollado una patata dulce rica en vitamina A, y está usando métodos tradicionales para mejorar seis especies: maíz y yuca ricos en vitamina A, fríjol y mijo perla ricos en hierro, y trigo y arroz ricos en zinc.
Mientras tanto, el Arroz Dorado genéticamente modificado (GM), que se cultiva para producir betacaroteno está siendo cultivado en Filipinas. Sus productores están a punto de someterlo a evaluaciones sanitarias.
El cuerpo humano convierte el betacaroteno en vitamina A y los científicos estiman que una taza de Arroz Dorado puede aportar hasta 50% de la ingesta diaria recomendada para un adulto.
CON CAUTELA Algunos son cautelosos sobre modificar comidas de esta manera.
Todavía hay mucho que no conocemos, dijo Emma Hockridge, jefa de políticas de Soil Association, una organización británica de beneficencia que aboga por los cultivos orgánicos.
¿Somos capaces de absorber los nutrientes extra? Para hacerlo, en el caso de algunos nutrientes necesitamos también otras vitaminas y minerales para que trabajen. No sabemos exactamente qué hay (en los vegetales modificados), afirma.
Para el mundo en desarrollo, Hockridge quisiera ver una aproximación diferente para resolver la desnutrición.
Se trata menos de aportar vitaminas y minerales particulares y es más sobre el acceso a los alimentos o ayudar a la gente a cultivar su propia comida, explica.
Hockridge destaca que alguien que coma mucho Arroz Dorado puede estar ingiriendo demasiado de algunas vitaminas y minerales, mientras que hay otros cultivos no genéticamente modificados, como los plátanos, que contienen mayores niveles de vitamina A.
Pero la modificación de comidas para añadirle nutrientes y beneficios, un proceso llamado biofortificación, es cada vez mas popular en países desarrollados.
En julio el gobierno de Reino Unido puso en práctica la llamada estrategia Agri-Tech, un programa de US$ 240 millones para incentivar el estudio científico de la comida del futuro.
En 2011, uno de esos alimentos salió a la venta en supermercados británicos. Beneforte es un tipo de brócoli cultivado en East Anglia, región del este de Inglaterra.
La especie fue desarrollada con tres veces el nivel normal del componente glucorafanina, que reduce las inflamaciones e inhibe la división celular asociada con algunos estados tempranos de cáncer.
Un estudio del impacto de la ingesta de este brócoli acaba de ser publicado por la Revista Estadounidense de Nutrición Clínica y nuestra que su consumo aumenta el metabolismo, al tiempo que reduce los niveles de ácidos grasos y otros lípidos.
El cultivo tardó casi 20 años en desarrollarse, dijo el líder del proyecto, el profesor Richard Mithen, del Instituto de Investigación Alimentaria de Norwich, Reino Unido.
Fue cruzado con especies silvestres de Sicilia, eso es cultivo de plantas y no modificación genética, dice Mithen.
Observamos personas que comieron Beneforte y sus metabolismos trabajaron ligeramente mejor. Comían cuatro porciones de 100 gramos por semana durante 12 semanas.
El brócoli toma más azufre del suelo para crear más glucorafanina. El brócoli es la única planta que produce este compuesto.
VARIADO ES MEJOR Emma Hockridge de la Soil Association, teme que mercadear productos a las masas puede significar que las personas empiecen a buscar salidas fáciles.
Hay el peligro de que las personas reciban el mensaje de que si como menos brócoli, puedo hacer cualquier otra cosa que quiera.
Aunque el brócoli se vende en dos grandes cadenas de supermercados, el profesor Mithen advierte que no solucionará los problemas asociados a una mala dieta.
La gente necesita tener un modo de vida saludable y eso incluye un poco de brócoli junto a otras frutas y vegetales. No es la varita mágica, no va a curar todas las enfermedades
Mithen quiere explorar cómo poner más ácido fólico en nuestras dietas y dice que un brócoli alto en ácido fólico podría ser interesante, porque sería mejor que tomar suplementos.
Hockridge preferiría que la gente consumiera productos orgánicos, que considera que son más ricos en nutrientes, una opinión que respalda Katty Mottershead, de Better Food Organic Food Company, una firma de Bristol, en el este de Reino Unido.
Los calabacines llegan a nuestra tienda 24 horas después de ser cosechados a 12 kilómetros de ahí. No toma mucho en que llegue aquí, y las vitaminas de los vegetales se degradan al cosecharlos dicen Mottershead.
Nos llegan a nosotros antes que los supermercados obtienen sus envíos aéreos. Eso significa que tienen más nutrientes. Yo ciertamente siento que saben mejor.
Los datos más recientes muestran un aumento de la venta de productos orgánicos en Reino Unido, particularmente en el sistema de envíos a casa.
Investigadores de la Universidad de Stanford en EE.UU., encontraron que ingerir comidas orgánicas no necesariamente hace a las personas más saludables, más allá de reducir su exposición a los pesticidas en un 30%.
Así que la búsqueda de los súperalimentos con altos nutrientes seguirá. Mientras tanto, hay un enfoque sobre comida saludable en el que muchos expertos concuerdan.
En vez de buscar un único súperalimento, es mucho más sano comer una amplia variedad de comidas como frutas y vegetales, que en conjunto deberían ser suficientes para el aporte de nutrientes que necesitamos.