Beijing [AFP]. China puso en cuarentena este jueves a una segunda ciudad, Huanggang, en la que viven 7,5 millones de habitantes, para frenar la epidemia del nuevo coronavirus que surgió en la metrópolis de Wuhan, también aislada por las autoridades.
La circulación de trenes de Huanggang, situada a 70 km de Wuhan, será interrumpida hasta nuevo aviso al final de la jornada, anunció el alcalde de la ciudad.
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Al poner en cuarentena a dos ciudades, Wuhan y Huanggang, para luchar contra un misterioso virus, China cambia radicalmente de actitud con respecto a la crisis del SRAS, de hace casi veinte años, cuando se le acusó de haber tardado en dar la alerta e intentado ocultar la magnitud de la situación.
En vísperas de las vacaciones del año nuevo chino, ningún avión o tren abandonará el jueves Wuhan (11 millones de habitantes), el foco de la epidemia que desde diciembre infectó a más de 500 personas y causó 17 muertes.
Las mismas medidas se aplicarán este jueves en Huanggang, en la que viven 7,5 millones de habitantes, anunció el alcalde de la ciudad.
Hasta el momento, todos los fallecidos son de Wuhan y sus alrededores. Al igual que el SRAS (Síndrome respiratorio agudo severo), esta nueva enfermedad surgida en China se transmite entre humanos y pertenece a la familia de los coronavirus.
El gobierno chino ha cambiado su actitud frente a la epidemia de 2002-2003 (774 muertes en todo el mundo, 349 en China continental y 299 en Hong Kong), que le valió las críticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Las autoridades chinas expresan la voluntad de colaborar de manera más transparente y más rápida que en el caso de la epidemia de SRAS”, explica a la AFP Antoine Flahault, director del Instituto de Salud Global de la Universidad de Ginebra (Suiza).
“Se trata de una actitud muy diferente a la de 2003, aunque persisten las preguntas sobre el número exacto de casos y la posibilidad de una subestimación”, agrega.
En la epidemia del SRAS, las autoridades chinas tardaron meses en denunciar la enfermedad e impidieron inicialmente el acceso de expertos de la OMS a la provincia de Guangdong, donde había aparecido.
El gobierno chino, consciente que su actitud se comparará con la de aquella crisis, parece decidido a no repetir los errores de 2003.