Dice un viejo dicho que los bebés siempre vienen con un pan bajo el brazo. Pero no solo eso, las pequeñas personitas llegan a nuestras vidas también cargadas de curiosidades que, en algunos casos, por la rutina o por supervisar que se encuentren cómodos y bien alimentados no nos detenemos a apreciar.
Por ejemplo, durante sus primeros meses de vida los menores son capaces de llorar sin derramar ni una lágrima, o que todo el tiempo tienen las manos y los pies fríos. Estas y otros pequeños grandes detalles de un niño durante su primera etapa de vida. Lee con atención, y si tienes un nene en casa no desaproveches la oportunidad para contemplar y tomar en cuenta cada una de sus características.
Un bebé posee vellos por todo el cuerpo
El embrión posee vellosidad en el rostro, las piernas, los brazos y las orejas, y se conoce también como lanugo. Cumplen la función de ser una capa protectora durante la gestación. Una vez que el niño nace, ésta se cae con el pasar de los días o también el bebé puede deshacerse de él mientras poco tiempo antes del nacimiento.
Los bebés expulsan leche
Un menor de edad puede botar leche del pezón. Según especialistas esto se debe a la presencia elevada de hormonas de la madre. Si notas esta reacción en tu pequeño niño, lo adecuado es que visites al médico para que te recomiende cómo proceder respecto a ello y así evitar la aparición de bolitas de grasa.
No poseen lágrimas
En sus primeros días de vida los niños lloran sin derramar ninguna lágrima. Esto ocurre porque a esa edad sus glándulas lacrimales no están totalmente desarrolladas. En algunos casos se forman en los primeros quince días del mes, pero en otros casos su aparición demora hasta cumplirse el segundo mes de vida.
Sus manos y pies son frías
Se produce porque su sistema circulatorio no se encuentra del todo maduro y por ello no regulan la temperatura total de todo el cuerpo, la prioridad se la otorgan a los órganos vitales dejando las extremidades en un segundo plano. Conforme va creciendo el niño, ésto se va regularizando.
Tienen ojos grandes
Un menor nace con los ojos con el 70% del tamaño que éstos tendrán cuando crezcan. Durante su desarrollo incrementan un 30%. Eso quiere decir que los niños llegan al mundo con los ojos de la misma dimensión que una persona adulta.