Con estimulación temprana el bebé puede activar algunas funciones cerebrales que favorecen su desarrollo psicomotor desde sus primeros meses de vida. La idea es guiarlo a través del juego e ir impulsando su crecimiento, respetando sus procesos y su tiempo. En este periodo, los padres son las personas más adecuadas para llevar a cabo los ejercicios, pues son quienes más conocen las señales de atención y sensibilidad del menor.
¿Cuáles son los beneficios de la estimulación temprana?
Este tipo de actividades ayudan a tu hijo a adaptarse con mayor facilidad a cada etapa de su vida. Fortalece su capacidad de memoria y concentración, contribuye al aprendizaje del lenguaje, influye en sus habilidades sociales, despierta su curiosidad y la retención de conceptos, entre otros beneficios. También te permite detectar si tu menor hijo posee algún trastorno de aprendizaje.
¿Cuándo empezar la estimulación temprana?
Un menor de edad está listo para ser estimulado a partir del día 45 de su vida (mes y medio de edad). Estudios apuntan que en ese periodo su cerebro se encuentra aún más receptivo a aprender determinados gestos y movimientos, ya que es cuando mayor actividad cerebral posee.
Además, mientras más temprano empieces a estimularlo, tu hijo desarrollará con mayor facilidad y rapidez su actividad física y mental. Expertos sugieren ser constantes con la estimulación hasta que el niño tenga la edad de seis años.
Estimulación temprana para recién nacidos
En esta etapa, el bebé se encuentra conociendo un mundo totalmente ajeno al que conoció en el útero de su mamá. Por ello, los ejercicios a realizar se enfocan en el reconocimiento de sonidos y en movimientos. Toda actividad a realizar tiene que ser suave a fin de no dañar al recién nacido.
- Boca arriba, coge una manito y llévala hacía el hombro del otro brazo, y viceversa. Otro ejercicio a realizar es coger sus piecitos y llevar sus rodillas al pecho. Repite la acción cinco veces por cada pierna.
- Toma sus manos y masajea suavemente cada uno de sus dedos. En otro momento realiza la misma acción en sus pies y observa su reacción al hacerlo.
Estimulación para bebés de 3 a 6 meses
- Enséñale a realizar palmadas y una vez haya captado la idea, incítalo a realizarlo por el mismo.
- A diferencia del primer mes, coge sus piernas y muévelas como si estuviera manejando una bicicleta.
- Refuerza su autoidentificación colocándolo frente a un espejo, hazle señas y gestos para que poco a poco vaya reconociendo.
- A partir del cuarto mes (no antes), ya puedes ir desarrollando movimientos psicomotrices más avanzados, como por ejemplo el gateo. Practica con él colocando un objeto frente y proponle que lo alcance gateando.
Actividades para los 6 a 11 meses
- A esta edad los pequeños desarrollan más su capacidad de habla y se lanzan a decir ciertas onomatopeyas como pa, ta, da, ma y ha intentar imitar a sus padres. Por ello es ideal estimularlo para que complete sus palabras, empieza con las más básicas como lo son “papá” y “mamá”. De igual manera, enséñale a llamar e identificar a los animales.
- Estimula el sentido del tacto empleando diversas texturas y dáselas para que pueda interactuar con ellas.
Al llegar el doceavo mes…
- El niño ya cuenta con las herramientas para iniciar ejercicios más interactivos y que impliquen un mayor desplazamiento. Dale una pelota pequeña y que le sean sencillo manipular y dile que te la lance, repite el ejercicio las veces que al bebé le sea atractivo.
- Ponle un circuito de almohadas, cojines o mantas y dale la indicación que lo cruce gateando.
- Abre un cuento y dile que te ayude a reconocer qué personajes se involucran en la historia.
Recuerda siempre consultar con un especialista sobre los ejercicios más adecuados según las condiciones de tu pequeño. Si quieres una atención aún más personalizada, existen centros de estimulación temprana en donde podrás encontrar el acompañamiento que deseas para el niño.