La ictericia es una enfermedad muy frecuente en los recién nacidos. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el 60% de los pequeños presentan esta afección al llegar al mundo. Se identifica cuando tanto la piel como la esclera de los ojos del bebé toman una tonalidad amarillenta. Esto ocurre debido al alto grado de bilirrubina en la sangre. Un tratamiento a tiempo evitará que afecte a largo plazo la salud del niño.
¿Por qué ocurre la Ictericia?
Vamos desde el principio. La bilirrubina es la consecuencia de la degradación de los glóbulos rojos del cuerpo. En adultos, el hígado se encarga de quitarla de la sangre y es enviada a los intestinos para su eliminación. En los recién nacidos, éste órgano no se degrada y elimina tan rápido esta sustancia.
Además, aunque produce una mayor cantidad de células sanguíneas, éstas no duran mucho tiempo, al disminuirse se produce mayor cantidad de bilirrubina. La ictericia comienza a notarse entre los 2 a 4 días después del nacimiento.
¿Cómo se detecta la Ictericia?
Como mencionamos, el principal signo es el color amarillento en la piel. Según el Nemours Kidshealth, inicia en el rostro, luego se expande en el pecho y el abdomen para finalmente aparecer en las piernas. El área blanca de los ojos también toma dicha coloración. Además de ello, el pequeño se muestra adormilado, sus músculos no tienen tonalidad y no tienen apetito a la hora de lactar.
Una forma rápida de detectar la enfermedad es apretando suavemente con la yema los dedos la nariz del niño, si ésta toma el tono amarillento al soltarla, entonces significa que podría estar padeciendo. Por lo general, los médicos realizan un examen especial de la dermis y, además, análisis de sangre para conocer los niveles de bilirrubina presentes.
Son más propensos a tenerla los niños nacidos de forma prematura y los que tienen un grupo sanguíneo distinto al de su madre. También, comentan los expertos, la falta de recepción de leche materna influye en el brote.
Tratamiento contra la Ictericia
Por lo general, en casos leves, la ictericia desaparece después de 12 días, aproximadamente. Los médicos aconsejan reforzar con leche materna (o fórmula) para mejorar la situación. Por el contrario, existen escenarios en los que el tratamiento implica fototerapia, inmunoglobulina intravenosa o transfusiones de sangre.
Es importante no perder de vista esta enfermedad ya que de no ser tratada a tiempo, podría ocasionar complicaciones en el sistema neural del recién nacido.