La nutrición infantil debe de ser un tema a seguir por los papás y mamás para asegurar el crecimiento y desarrollo saludable de los más pequeños del hogar. Uno de los desafíos más comunes en esta etapa es evitar la anemia, una condición que afecta a un gran número de niños en todo el mundo.
Sin embargo, la prevención y el tratamiento de la anemia infantil pueden ser abordados de manera efectiva a través de una alimentación adecuada y rica en hierro.
¿Qué es la anemia y cómo afecta a los niños?
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la anemia es una enfermedad caracterizada por la falta de glóbulos rojos o hemoglobina en la sangre, lo que lleva a una disminución en el suministro de oxígeno a los tejidos del cuerpo.
En los niños, esta condición puede ser especialmente preocupante, ya que el hierro es esencial para el desarrollo cognitivo y físico adecuado. La falta de este mineral puede ocasionar fatiga, debilidad, dificultades de aprendizaje y retraso en el crecimiento.
Importancia del hierro en la dieta infantil
El hierro es un mineral clave para la formación de hemoglobina, el componente principal de los glóbulos rojos. Durante la infancia, los niños necesitan un aporte adecuado de hierro para cubrir las demandas de crecimiento, desarrollo y actividad física.
Sin su ingesta suficiente, los niños pueden estar en riesgo de desarrollar anemia, por lo que algunos padres optan por recurrir a suplementos para no descuidar el consumo de este mineral, como el “Chocolate fortificado con hierro hemínico”, de Forticao, que no solo provee de hierro, sino también brinda calcio, zinc y proteínas.
Alimentos ricos en hierro para prevenir la anemia:
Para combatir la anemia infantil, es fundamental incorporar alimentos ricos en hierro en la dieta diaria de los niños. Algunas opciones de alimentos que son excelentes fuentes de hierro son:
Carnes magras: El pollo, el pavo, la carne de res y el cerdo son ricas en hierro de fácil absorción. Se recomienda incluir pequeñas porciones de carne en las comidas principales.
Pescados: Algunos pescados como el salmón y la caballa son buenas fuentes de hierro. También aportan ácidos grasos omega-3 que son beneficiosos para el desarrollo cerebral.
Huevo: La yema del huevo contiene hierro, vitamina B12 y proteínas, lo que lo convierte en un alimento nutricionalmente valioso.
Legumbres: Las lentejas, los garbanzos, los frijoles y las alubias son excelentes opciones vegetarianas ricas en hierro.
Verduras de hojas verdes: Espinacas, acelgas y brócoli contienen hierro no hemo, que es una forma de hierro presente en alimentos de origen vegetal.
Cereales y panes fortificados: Algunos cereales y panes están enriquecidos con hierro, lo que los convierte en una opción práctica para aumentar el consumo de este mineral.
Es importante destacar que la absorción de hierro se mejora cuando se consume junto con alimentos ricos en vitamina C, como naranjas, kiwis, fresas y pimientos. Por lo tanto, es recomendable incluir estas frutas y verduras en las comidas de los niños para aumentar la eficiencia de absorción del hierro.