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Al nacer, la piel del bebé puede ser arrugada y cubierta por una sustancia llamada vérnix caseoso, que actúa como una protección natural, sin embargo, con el pasar de los días, tiende a suavizarse y volverse más firme a medida que se desarrolla y se adapta al ambiente.
Por tal motivo, los padres suelen preocuparse cuando en la piel de su retoño aparecen algunas imperfecciones y granitos, ya que entienden que debería ser suave, delicada y sensible debido a su inmadurez.
Pese a que no siempre requiere de tratamientos específicos y desaparecen a los días o semanas, desde Hogar&Familia te explicamos cuales son las causas más comunes de la aparición de estos granitos en la piel de tu bebé.
Miliaria
Según los expertos, la milaria es una condición común en los recién nacidos que se manifiesta mediante pequeñas protuberancias blancas y amarillentas en áreas como la nariz, la barbilla y las mejillas. Estos granitos, que se asemejan a acumulaciones de grasa en la piel del bebé, suelen aparecer durante las primeras semanas de vida y tienden a desaparecer por sí solos en los primeros meses, sin dejar marcas. Aunque puede resultar preocupante para los padres, se considera una condición benigna y no requiere tratamiento específico.
Acné neonatal o neonatorum
Se presenta en algunos recién nacidos alrededor de las 2-4 semanas de vida. Se caracteriza por la aparición de pequeños granitos o puntos rojos, que pueden tener una cabeza blanca similar al acné regular. Afortunadamente, este tipo de acné suele desaparecer por sí solo, aunque se puede proporcionar ayuda adicional mediante el uso de una pomada antibiótica como la mupirocina y manteniendo la piel del bebé limpia y seca. Estas medidas ayudan a aliviar los síntomas y promover la recuperación de la piel.
Costra láctea
La costa láctea suele aparecer en la frente del bebé o en su cuero cabelludo. Se caracteriza por ser una mancha que vuelve seca la piel de la criatura, muy similar a la caspa, que desprende escamas amarillentas. Puede existir durante todo el primer año de vida de tu hijo.
Pese a que desaparece con el pasar del tiempo, puedes mejorar su textura con aceites especiales. Su forma de aplicación es la siguiente: aplicar el aceite por la noche, dejar actuar hasta la mañana siguiente, retirar los restos con una gasa de forma suave.
Eccema atópico
El eccema atópico es una afección cutánea en la que la piel presenta enrojecimiento, aspereza, espesor y descamación, especialmente en áreas como las mejillas, el cuero cabelludo, los codos, el área del pañal y las rodillas. Se ha observado que en ocasiones este eccema se presenta en familias con antecedentes de alergias o asma. En algunos casos, puede ser necesario un tratamiento hidratante intensivo e incluso el uso de corticoides tópicos. Esta condición puede persistir durante los primeros años de vida e incluso en la edad adulta. Es importante buscar el asesoramiento de un profesional de la salud para un manejo adecuado y control de los síntomas del eccema atópico.
Sudamina
Son granitos con base roja y punta blanca, de tacto áspero, que aparecen en la parte superior de la espalda, cuello, pliegues. Están provocados por el sudor o calor excesivo. No son muy molestos para el bebé, aunque en ocasiones pueden picarle un poquito. La piel debe mantenerse bien seca, sobre todo después del baño y en las zonas de pliegues, y bien hidratada.
Se presentan pequeños granitos con una base roja y una punta blanca, de textura áspera. Estos suelen aparecer en la parte superior de la espalda, el cuello y en los pliegues de la piel. Se origina debido al exceso de sudor o al calor intenso. Aunque generalmente no causan molestias significativas en el bebé, en algunas ocasiones pueden provocarle una leve irritación. Por tal motivo, se recomienda mantener la piel del bebé bien seca, especialmente después del baño y en las zonas de pliegues.
