La espera ha culminado y por fin ha llegado el gran día de conocer al pequeño ser que por nueve meses llevaste dentro de ti. Durante sus primeras horas y días de vida, los recién nacidos son vulnerables ya que su organismo no está acostumbrado a otro ambiente que no sea el útero de mamá. Por ello, es necesario brindarles cuidados y atenciones especiales a fin de garantizar su seguridad.
Sobre el cordón umbilical Durante la gestación, es el conducto por donde el feto recibe nutrientes y elimina desechos. Su función culmina después del nacimiento y se cae a los días posteriores. Aunque ya no le resulta útil al menor, se ubica en una zona delicada que de no cuidarse se infecta. Lo adecuado es limpiar el área al menos una vez al día con agua y jabón especial para bebé, también se aconseja dejarlo fuera del pañal.
Postura para dormir
La manera correcta de colocar a un recién nacido a la hora de su descanso para evitar el riesgo de síndrome de muerte súbita. Acomoda la posición de su cabecita de manera distinta todas las noches, dejarlo en un solo lado ocasionará que desarrolle zona plana. Se aconseja no incluir peluches, mantas o almohada cerca de él mientras duerme, con éste se previene episodios de asfixia. Para evitar emergencias, se pide a los padres dormir en la misma habitación que los niños durante los primeros meses de vida.
Cambio de pañal
Los recién nacidos son propensos a sufrir dermatitis de pañal, ocurre cuando en la zona aparecen erupciones rojas y con bultos que generan molestia y ardor en el pequeño, debido a que su piel es extremadamente delicada. Previene su aparición aseando el área genital del bebé con agua tibia, jabón especial y aplicando pomadas anti escaldaduras; de igual manera no aplaces el cambio o esperes que el pañal esté totalmente lleno. Una forma de saber que es hora de ir por la pañalera es cuando el pequeño mueve el vientre.
Hora del baño
El bebé puede recibir baños de esponja hasta que se le cure la circuncisión (en caso de varones) y hasta que se caiga el cordón umbilical. Consiste en limpiar con un pañito humedecido el cuerpo y rostro del pequeño. Una vez haya superado estas etapas, está listo para pasar al baño de tina, recuerda que debe ser con agua tibia (en 2 a 3 pulgadas) y con jabón y shampoo que contenga pH neutro. En ambos casos, pon atención a los pliegues de las pantorrillas,las zonas genitales, las orejitas y el cuello ya que son áreas que tienden a escaldarse. Especialistas aconsejan bañar al recién nacido de dos a tres veces por semana, de lo contrario su dermis podría resecarse.
Formas de cargarlo
Al tenerlo en brazos asegúrate de sostener su cabeza y cuello, ya que ellos todavía no desarrollan la habilidad de mantener su cabecita erguida. De igual forma al momento de colocarlo en la cama o en la cuna y al llevarlo a ti, álzalo erguido. Cuando vayas a despertarlo, por nada del mundo lo sacudas ni suave o fuerte, nada. Esto podría ocasionar sangrado en su cerebro. La manera correcta de despertar al lactante es acariciando sus mejillas o pies. Tampoco hagas movimientos bruscos con él, ya que sus reflejos todavía no están desarrollados y su cuerpo es sumamente frágil. Cualquier contacto debe ser con mucha delicadeza.
Aseo previo
Cuando un niño es recién nacido, sus defensas no están del todo desarrolladas, por lo que son propensos a contraer enfermedades. Por eso, antes de interactuar con él desinfecta tus manos y ropa. Si alguna persona de la familia se encuentra pasando un proceso de resfrío o infección estomacal, procura que no se acerque al bebé hasta que se haya recuperado del todo ya que podría contagiar con facilidad.