Al nacer, un niño depende 100% de sus padres para su supervivencia: comer, vestirse, asearse, y más. No obstante, conforme va creciendo y desarrollando sus habilidades psicomotrices, adquiere un mayor y mejor dominio de sus acciones, decisiones y emociones; todo ello forma parte de la construcción de su personalidad. En este escenario es conveniente fomentar en su persona hábitos que fortalezcan su autonomía.
Cuando hablamos de independencia no nos referimos a darle una apertura sin límites al niño. Todo lo contrario, se propone convertir al menor en protagonista de su aprendizaje realizando actividades acordes a su edad y a su vida cotidiana por sus propios medios; y de esta manera reforzar la confianza en sí mismos, también su liderazgo, iniciativa, empatía y responsabilidad. A continuación, te damos algunas alternativas sencillas para incluir en las rutinas de tus hijos.
Permítele elegir la tenida que se pondrá
Los expertos señalan que se puede comenzar con las actividades de reforzamiento desde que el menor cumple los tres años. Inicia dándole la opción de elegir la ropa que va a usar y deja que se la ponga. Salvo que la prenda sea complicada de colocar, permítele que se coloque la pieza como decida, con la práctica en poco tiempo logrará hacerlo a la perfección. No cuestiones o te burles de sus combinaciones, de este modo le estás mostrando respeto.
Pide que te acompañe el mercado
Llevar al niño a hacer las compras de la comida desarrollará su sentido de pertenencia pues le hace saber que su ayuda es importante para la familia. Dale tareas pequeñas como mover el carrito de la compra, elegir algunos alimentos que se le antojan para comer durante la semana, pesar las frutas y verduras, entre otros. Hazlo al menos dos veces al mes y en un momento que no tengas tanto apuro.
Dale protagonismo en las tareas domésticas (acorde a su edad)
Los menores necesitan sentirse útiles y desarrollar una comunicación positiva con sus padres. Una manera de formarse es otorgándole una responsabilidad dentro del lugar que vive. Procura que ésta sea entretenida y no le tome mucho tiempo (recuerda que los niños se aburren rápido). Considera labores como poner la mesa, regar las flores, organizar una sección de la alacena o poner la ropa en la lavadora. No olvides reconocer su esfuerzo y felicitarlo cada vez que haga algo innovador durante su función.
Permítele expresar su opinión
”Los niños no intervienen en las conversaciones de los adultos”, es una frase que debemos desterrar de nuestro vocabulario. Dale el espacio para emitir sus comentarios y posturas frente al tema que se está tratando, siempre con respeto claro está. Una vez concluya, denle apreciaciones acerca de su discurso. Este ejercicio permitirá fortalecer su liderazgo y autoestima y le será muy útil para desenvolverse sin problema en la escuela y con sus círculos sociales.