Recientemente, el nombre de Dalai Lama se posicionó en los noticieros de todo el mundo. Esto se debe a que el Premio Nobel de la Paz, quien protagonizó un evento de la Fundación M3M en la India, invitó a un niño a subir al escenario y le dio un beso en los labios. Posteriormente, el líder espiritual le pidió al infante que le diera ‘un poco de lengua’ y, cuando intentó acercarse, el muchacho se alejó.
En esa línea, en Hogar&Familia El Comercio, consideramos que este hecho es de suma utilidad para recordar la importancia de, como padres, establecer y educar sobre los límites que deben conocer los niños con respecto a su cuerpo. Por ello, conversamos con Alexandra Sabal, psicóloga de la Clínica Ricardo Palma, quien recalcó la importancia de mantener una comunicación activa y constante con los más pequeños de la casa.
“La presencia de los padres en conversaciones ‘incómodas’ es fundamental. Los adultos, a veces, nos hacemos problemas para tocar estos temas con los niños. No obstante, es una responsabilidad social. Tenemos que hacerlo. Me parece importante que esto haya pasado, pues tenemos esta idea de endiosar a los líderes y figuras públicas. Por ello, esta situación es precisa para recalcar que no porque sea un adulto - o un ídolo- significa que siempre estará en lo correcto”, estableció la experta.
¿Cómo saber cuándo hablar con mi hijo sobre sus partes privadas?
Según la especialista, los comportamientos sexuales en un niño son comunes entre los 3 y 6 años. En esta etapa, el niño empieza a desarrollarse y empieza a tener otros tipos de curiosidades. “Es algo totalmente normal. Puede ser que empiece a tocarse, frotarse los genitales e, incluso, tratar de ver a otros niños mientras se cambian. En la mayoría de casos, pueden hacerlo como una forma de brindarse cariño hacia sí mismo o responder sus propias dudas”, agregó.
En palabras de Alexandra Sabal, desde muy chicos, debemos enseñarle a los niños qué acercamientos están bien y cuáles están mal. “Es vital tener esta conversación desde que el pequeño aprenda a hablar”, resaltó. En esa línea, la psicóloga afirmó que la inocencia de los niños hace que sean más propensos a quedar confundidos o creer que todo lo que dice o hace un adulto está bien. Por ello, es de suma importancia darles a conocer los límites y la seguridad corporal lo antes posible.
Para tener esta conversación, es preciso tener en cuenta ciertos factores. En primer lugar, Sabal enfatiza en la importancia de nombrar a las partes privadas por su nombre. “Lo mejor es no utilizar diminutivos, pues puede hacer que los niños crean que son palabras ‘tabú’ y, al comunicarse, creer que lo relacionado a estas palabras debe ser ocultado”, aclaró.
También, indicó que, como familia, deben brindar el ejemplo y modelar lo que está bien y lo que está mal. “Si el niño tiene un hermano mayor, él puede pedir privacidad y el pequeño debe entender que es algo totalmente normal”, adicionó.
Por otro lado, los padres deben dar a conocer la diferencia entre los tocamientos debidos e indebidos. “Debemos dejarles en claro que algunas personas pueden tener ciertos contactos con él, pero que son totalmente normales. Por ejemplo, los cuidadores a veces los ayudan a bañarse o ir al baño. Igualmente, un doctor puede tocarles el pecho para medir el latido de su corazón. Sin embargo, estas acciones deben saber diferenciarse”, destacó.
Los niños deben tener presente que si un tocamiento lo asusta, lo incomoda o lo hace sentir dolor, entonces no está bien. De la misma manera, deben ser conscientes de que pueden decir ‘no’ y esa palabra debe ser respetada. “Además, tenemos que darles la seguridad de que pueden confiar en sus papás o profesores. Siempre debemos dejarles claro que se les va a creer”, subrayó.
No forzar el afecto
Hoy en día, algo que sucede múltiples veces es relacionar la educación con el afecto que los niños brindan a los demás. “Los padres no pueden hacerlo sentir culpable si, sin importar quién sea, no quiere dar besos o abrazos. Él debe saber que él es dueño de su cuerpo y no tiene por qué recibir un tratamiento si no desea tener ese contacto”, añadió.
Asimismo, especificó que se pueden enseñar distintas alternativas para mostrar afecto, las cuales no necesariamente deben incluir un acercamiento físico. Por ejemplo, un choque de cinco o unos pulgares arriba pueden ser suficientes para algunos niños.
Para concluir, la psicóloga Alexandra Sabal hizo hincapié en lo vital que es enseñarle a los niños repetidamente la importancia de sus padres privados. “Ellos deben entender que nada ni nadie, sin importar el peso de la persona, debe ir en contra de lo aprendido. Muchas veces estamos dejando de lado el reforzar a los más pequeños sobre los peligros que hay afuera y cómo estos riesgos vienen en distintos tipos de envoltura. Puede ser cualquiera, incluso, como una personalidad glorificada mundialmente”, concluyó.