En nuestro país, cada año se diagnostican alrededor de 60 mil casos de cáncer, según cifras compartidas por el Ministerio de Salud (2022). Asimismo, datos recogidos por la Liga Contra el Cáncer señalan que diariamente mueren cien peruanos a causa de la enfermedad. Otras lamentables cifras revelan que tan solo un 30% de casos pueden ser detectados en una etapa temprana, con la posibilidad de poder llevar un tratamiento a tiempo. El cáncer no distingue edad, sexo, raza o condición social, y cuando aparece no solo ataca al paciente, sino que también afecta directamente a los integrantes del grupo familiar.
Bajo la sombra del cáncer
Eso es algo con lo que Silvia Miró Quesada, fundadora de la ONG “Unos días con Bobby”, ha aleccionado durante toda su vida. “Tuve cáncer dos veces. A los 37 años me diagnosticaron cáncer al colon, en el año 2015, fui nuevamente diagnosticada con cáncer, a la mama [El cual se lo detectaron a pocas semanas de la boda de su hija]. Mi madre [Isabel Ferrey-ros de Miró Quesada, fundadora de la Liga Contra el Cáncer] también lo padeció, al igual que mi hermana, que falleció por cáncer al pulmón y mi esposo que falleció hace poco a causa de la enfermedad”, comenta Silvia Miroquesada con una resiliencia única que ha visto el umbral del dolor desde todos los ángulos.
Silvia define su relación con el cáncer como “muy especial”, desde que era muy pequeña, siempre estuvo vinculada a la enfermedad, debido a que participaba activamente en las campañas de recaudación que lideraba su madre, quien como dice ella: vivió el ciclo completo, desde luchar por un diagnóstico temprano, hasta tener el diagnóstico. Cuando la enfermedad tocó a su puerta no fue sencillo, pero si algo aprendió de todos los episodios que vivió de manera tan cercana es que hay que neutralizar el miedo para enfrentar la enfermedad con serenidad. Pero también, como en todo reto, necesitas aliados que te den la contención necesaria para no derrumbarte cuando las cosas se ponen difíciles.
Es por eso que, cuando volvió a tener en sus manos aquel “positivo” que deseamos no escuchar, se propuso a si misma apoyar en simultáneo a personas que se encuentran atravesando la lucha contra el cáncer. Durante este proceso, se encontró con un sin fin de historias que atentamente recopiló en las muchas idas y vueltas a la sala de quimioterapia que decidió plasmar en su columna “Bomba de Cobalto”, en la revista Viú! Desde donde plasmaba los testimonios de diversos pacientes que, al igual que ella, se encontraban lidiando con la enfermedad en todas sus formas y niveles.
“Unos días con Bobby”
Fue en ese momento que después de culminar los testimonios sintió la corazonada de que era momento de ir más allá. “Cuando terminé de escribir mis testimonios en Viú!, me siento un día y siento un perrito que ladraba dentro de mí y me decía ¡sácame de acá!”, cuenta Silvia. Ese perrito tiene nombre “Bobby”, un personaje que nació durante su primera batalla contra el cáncer gracias a uno de sus sobrinos que en ese entonces tenía siete años y al verla con el porta suero sintió mucho temor. “¡¿Qué es eso?! Me dijo señalando el porta suero donde se encontraba mi medicación, y yo le dije: ¿no te das cuenta? Es un lindo perrito… Mi sobrino me miró extrañado… Entonces le dije, mira sus orejitas [por los ganchos que sostiene el suero] son lindas, son robóticas. Y mira su rabo [la sonda por donde transita el suero], mira su caja mágica [el suero], él me da de comer a través de su rabo. Desde ese momento, siempre le chocó los cinco a Bobby”, nos cuenta Silvia.
Para cuando ella atraviesa su segunda quimio, su querido sobrino había trascendido a otro plano a causa de un problema en el cerebro. Aquel perrito, que le decía “sácame de acá”, era él, y con ello su manera de decirle a su tía que era momento de hacer algo más que dejarlo en una emotiva anécdota familiar. Fue así como en el 2017, Silvia Miró Quesada publicó su libro “Unos días con Bobby”, el cual también es el nombre de su ONG. A través de sus páginas, cuenta la historia de Bobby un perrito mágico, que en realidad es un portasuero, que acompaña a la mamá de Rómulo, quien está afrontando la enfermedad. La historia logró ser un éxito por la calidez y sencillez con la que explica a los niños el origen del cáncer y sobre cómo saber llevarlo.
Bobby ha regresado
En nuestro país se han detectado aproximadamente 1800 casos de cáncer infantil, de los cuales 400 de ellos no logran ganar la batalla. Así es esta enfermedad, injusta, difícil, pero para los ojos inocentes de un niño, la situación se convierte en tan solo una jornada tediosa por la que deben afrontar de manera mensual, semanal o diariamente. He aquí la importancia de encontrar maneras de hacer que su proceso sea más llevadero y no le robe, de cierta forma, la capacidad de seguir creyendo.
Para cumplir la tarea, Bobby ha regresado. Esta vez no está solo, ahora es “Bobby y sus amigos en el hospi”. Tal como el título del nuevo libro lo dice, hoy vuelve con nuevos aliados que ayudarán a un nuevo amigo que viene de Ayacucho a la ciudad para empezar su tratamiento oncológico. Con el apoyo de sus nuevos compañeros, Bobby ayudará al paciente a lidiar con los obstáculos que puede encontrar durante todo el proceso.
En esta oportunidad, el paciente podrá interactuar con el libro de una manera mucho más lúdica, pues permite que pueda colorear, llenar una suerte de “slam”, hacer pupiletras y crucigramas. “Aparte de cuentos estamos incluyendo retos y divertimentos diseñados para reforzar la parte lúdica e imaginativa, con la finalidad de desarrollar dinámicas emocionales y recreativas”, explica.
A través de esta historia, que Silvia Miró Quesada ha trabajado con el acompañamiento de Claudia Bernáles y Jose Donayre, y que saldrá a la venta a fines del mes de febrero, podemos tener un panorama de la importancia de una red oncológica de salud, por su falta de implementación cientos de peruanos de las diferentes regiones del país son obligados a dejar sus tierras, sus tradiciones y a su familia, para iniciar su tratamiento contra el cáncer en la capital. Desde su ONG, en alianza con otras organizaciones, como Lazos Rosados, Silvia viene impulsando y dando seguimiento a diversas iniciativas públicas que cumplan con la cobertura oportuna y de calidad para los pacientes.