En verano, una de las actividades que más disfrutamos es pasar largas horas en la piscina, ya que a diferencia de la playa es más fácil y cómodo poder chapotear, sobre todo para quienes aún no saben nadar del todo bien. De hecho este plan encabeza la lista de favoritos de los niños, y con las nuevas apuestas que hoy tenemos, como parques acuáticos y simuladores de olas, el deleite y la diversión están más aseguradas.
Pero, así como resulta entretenido, también el retorno de la piscina puede convertirse en un dolor de cabeza, dado que en muchas oportunidades, ya sea por la falta o exceso de cloro en sus aguas, sumado a otros factores externos, nuestros hijos desarrollen algún tipo de enfermedad que nos tomará una buena jornada en el médico y por ende, la prohibición de volver al agua por un determinado periodo. Para que esto no le ocurra a tus hijos, y tampoco a ti, te compartimos algunos tips utilitarios.
El motivo de las enfermedades
Según los expertos de Cleveland Clinic detallan que se da como consecuencia de la fusión entre la orina y el sudor con el cloro y otros productos químicos. “Este brebaje químico puede quemarle los ojos o, en una piscina cubierta, irritarle los pulmones y hacerle toser. Si bien es desagradable, el hecho es que el cloro está haciendo su trabajo, combatiendo el crecimiento bacteriano.
Cuando las bacterias no se controlan, ya sea en piscinas o parques acuáticos, pueden causar enfermedades en el agua recreativa como diarrea e infecciones de la piel”, detalla.
Evitar tomar el agua
La experta en enfermedades infecciosas, la Dra. Susan Rehm señala que es posible que donde estemos nadando esté contaminado, por lo que es recomendable que al nadar o jugar en el agua mantener la boca cerrada a fin de evitar tomar agua de casualidad. Ingerirla podría ocasionar daños severos, como la infección estomacal.
Asearse antes y después de ingresar a la piscina
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades revela que el problema de diarrea es una de las enfermedades acuáticas más comunes. Por tal motivo es ideal ingresar limpios a la piscina y posterior a ello, darse una ducha. Asimismo, llevar a los niños al baño cada treinta minutos, de este modo evitarás que les gane la necesidad de hacer pis en el interior de la piscina.
Toma en cuenta los días de lluvia
Las gotas de lluvia poseen una mezcla de diversas partículas bacterianas que caen en la piscina, por lo que no es recomendable que los niños acudan posterior o durante las jornadas de llovizna.