En los niños, las convulsiones febriles, las cuales pueden ser ocasionadas por un aumento de temperatura corporal, son bastante comunes y no suelen ser síntoma de ninguna enfermedad grave. No obstante, pueden asustar mucho a los padres. Por ello, es fundamental que sepan cómo actuar en caso de que un menor presente este cuadro.
En esa línea, Pamela Muñoz, neuróloga pediatra de la Clínica Ricardo Palma, brinda algunas recomendaciones al respecto. “Todo menor que ha sufrido una convulsión febril debe ser evaluado por su médico. Estas crisis ocurren cuando un niño tiene fiebre, es decir, con temperatura mayor a 38 grados. Por lo general, dura pocos minutos, remite espontáneamente y son más frecuentes entre los 12 a 18 meses de edad. No obstante, pueden afectar a pequeños de 6 meses a 5 años”, establece la especialista.
¿Qué debo hacer si mi hijo pasa por un cuadro de convulsión febril?
En primer lugar, la neuróloga pediatra recomienda mantener la calma durante el evento. “Desabrigue al niño y retire la ropa ajustada, en especial aquella que esté alrededor de la cabeza y el cuello”, añade. Asimismo, precisó que no se le debe dar ningún medicamento por la boca durante la crisis, pues no puede ser abierta por ningún motivo. También, agrega que no se debe emplear la fuerza para contener mecánicamente el episodio. Por otro lado, se recomienda utilizar paños o baños tibios para bajar la fiebre.
La experta señala que, si el pequeño está consciente, hay que colocarlo de lado (decúbito lateral) para evitar aspiración de saliva y vómito. De la misma manera, se necesita limpiar el exceso de secreciones. “No realice maniobras de reanimación y contabilice el tiempo de duración del evento. Si excede los 5 minutos, busque atención médica inmediata”, especifica.
¿Cómo saber si mi hijo es proclive a pasar por esta situación?
Existen factores de riesgo que pueden predisponer estas crisis. Entre ellas, se encuentran los antecedentes familiares de convulsiones o de epilepsia, cuadros de fiebre recurrente, niños prematuros o con historia de hospitalización prolongada en la unidad de recién nacidos, convulsiones focalizadas, inicio de estos episodios antes del primer año de vida y sexo masculino.
La pérdida de conciencia asociado a un movimiento generalizado (postura tónica) o localizado en el contexto de fiebre son sus síntomas más comunes. Si su hijo tiene una convulsión febril, mantenga la calma y no desespere. Sin embargo, si presenta cualquiera de estos síntomas, llame a emergencias o vaya al centro de salud más próximo:
- Si el cuadro dura más de 5 minutos
- Si el niño permanece inconsciente y no reacciona dentro de los primeros 3 minutos
- Si sufre convulsiones localizadas (solo la mitad del cuerpo)
- Mal estado en general
- Vómitos frecuentes
- Tiene más de 2 episodios dentro de 24 horas
Los controles pediátricos son claves para que el especialista evalúe el desarrollo físico y cognitivo del menor. En esa misma línea, sirven para que los padres despejen las dudas que puedan tener sobre cómo actuar en diversas situaciones.