Pasan los años, los hijos crecen y cada vez están más atraídos por la tecnología y la modernidad, sobre todo por las redes sociales, las protagonistas en la vida de cualquier púber o adolescente. Si tu pequeño -ya no tan pequeño- te ha comentado que desea crear su primera cuenta de Facebook y/o Instagram y no sabes cómo reaccionar, en Hogar&Familia de El Comercio, conversamos con dos psicólogos especialistas para compartir las recomendaciones necesarias y manejar la situación de la mejor manera.
“El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (MINJUSDH), en el Perú, a través de la Autoridad Nacional de Protección de Datos Personales, recomienda a la ciudadanía tomar precauciones antes de publicar información en redes sociales para evitar ser víctimas de inescrupulosos e incluso de organizaciones criminales. Asimismo, recomienda los adolescentes deben ser precavidos para evitar el acoso sexual, la pornografía infantil, trata de personas, actos contra el pudor y la intimidad, así como el ciberbullying, pues este segmento poblacional constituye un grupo especialmente vulnerable. Se recuerda que la edad mínima para pertenecer a una red social es de 14 años”, estableció el Mag. Héctor Enrique Lazo Huaylinos, psicólogo de SANNA Clínica San Borja.
¿Cómo explicarle a mi hijo la importancia de la privacidad en las redes sociales?
De acuerdo con la Dra. María Elena Escuza Pasco, Directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Norbert Wiener, al hablar de redes sociales, lo principal es enseñarle a los jóvenes a conservar su privacidad. “Tienen que saber que no deben subir fotos ni videos con imágenes comprometedoras, entablar contacto con desconocidos, ni utilizar contraseñas que puedan relacionarse con algún aspecto de su vida”, aclaró la especialista.
“Las redes sociales forman parte del entorno de los menores y no se pueden obviar. Aunque un niño de 13 o 14 años aún no posee la suficiente madurez para el uso responsable de las redes sociales, sabemos que las van a utilizar de todos modos. Por lo tanto, lo mejor es instruir a los chicos en los colegios y en la familia para reducir la brecha familiar entre padres e hijos. Se recomienda enseñar a los niños a proteger su identidad”, destacó la Dra. Escuza Pasco.
Para lograrlo, el Mag. Lazo hizo énfasis en que los padres son los primeros que tienen que informarse para poder instruir correctamente a sus hijos. “Por ejemplo, como padre o madre debo aprender a descargar un app primero para, ya después, poder enseñarle a mi hijo cómo saber si es confiable o no. Al investigar, podremos enseñarles muchísimas cosas importantes, como que a veces las aplicaciones nos preguntan muchas cosas y consentimos el acceso a nuestros datos personales sin siquiera darnos cuenta”, indicó el experto de SANNA Clínica San Borja.
“Los padres debemos tener la información necesaria para enseñarles que, si no se configura bien una cuenta, pueden tener acceso a nuestros datos personales, imágenes, comentarios y demás. Tenemos que ser capaces de explicarles a los niños la importancia de no compartir ningún tipo de información con nadie que no sea de confianza y -menos aún- que no conozcamos en persona”, recalcó Lazo Huaylinos.
¿Cuenta privada o cuenta pública?
Conforme a Héctor Lazo, en el caso de los menores de edad, se aconseja que la cuenta sea creada en modo privado. No obstante, debemos tener en cuenta que lo más importante, aparte del estado del perfil, es enseñarles a los chicos qué pueden y qué no deben publicar en las redes sociales.
“Una de las reglas de seguridad en internet es recordarle al adolescente que nunca debe compartir ningún dato personal sin consultarle previamente a mamá o papá. Sin embargo, es igualmente importante que conversen sobre lo que se considera información personal y por qué no debería ser compartida”, aseveró la Directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Norbert Wiener.
Según la Dra. Escuza, la información personal abarca los siguientes puntos:
- Nombre completo: Con tu nombre completo, los acechadores pueden hablarte como si fueran tus amigos.
- Fecha de nacimiento: La fecha de nacimiento es usada muy a menudo junto con otra información para ingresar a sitios personales.
- Número de teléfono: Tu número de teléfono no solo permitirá que los acechadores se comuniquen contigo, sino que también se suele utilizar para ingresar a sitios web o redes sociales.
- Ubicación: Compartir tu dirección o ubicación les permite a las personas saber dónde vives.
- Información financiera: Combinada con la información mencionada anteriormente, puede permitir que ciertos individuos tengan acceso a tus cuentas. En la actualidad, los padres suelen hacer transferencias a sus hijos adolescentes a través de aplicativos bancarios como Yape o Plin para que puedan pagar lo que necesiten, lo que puede representar un gran riesgo si no se maneja con responsabilidad.
- Nombre del colegio donde asistes: Proporcionar el nombre del colegio no solo les permite a las personas saber dónde estás, también puede ser utilizado por los criminales para hacerse pasar por tu amigo.
- Contraseñas: Compartir contraseñas o inicios de sesión permite el acceso a toda tu información personal y financiera. Si la persona en la que estás pensando es un amigo, sigue sin ser buena idea compartir contraseñas porque le permite fingir que eres tú.
¿Cómo estar pendiente de la seguridad de mi hijo sin invadir su privacidad?
En muchas ocasiones, el interés de los padres por los más jóvenes de la casa puede convertirse en sobreprotección o invasión a la privacidad, lo cual termina deteriorando la relación padre-hijo. Por evitar aquella consecuencia, se deben tener en cuenta ciertos puntos, como la comunicación abierta, incluso en las conversaciones más incómodas. “Nuestros hijos tienen que saber que pueden confiar en nosotros en cualquier momento y acudir a pedirnos ayuda siempre que la necesiten”, resaltó el Mag. Lazo.
En adición a lo mencionado, Lazo Huaylinos compartió las cinco claves para estar pendiente de la seguridad de los adolescentes del hogar sin invadir su privacidad:
- Establecer una comunicación abierta y sincera
Una comunicación abierta es la base de cualquier relación saludable entre padres e hijos. Es una pieza fundamental si no queremos que se sientan invadidos o espiados. “Haz que tu hijo se sienta cómodo hablando contigo sobre sus preocupaciones, alegrías y problemas. Escúchalo con atención, ofrécele tu tiempo y/o un espacio de calidad para hablar y muestra empatía hacia sus experiencias y emociones”, asintió el Mag. Lazo.
- Tocar la puerta de la habitación antes de entrar
Aunque sigan siendo ‘pequeños’ para los ojos de papá y mamá, los adolescentes ya no son niños,, por lo que lógico que sean más recelosos con su privacidad. Tienen derecho a que su intimidad sea respetada, al igual que sus espacios. Tocar la puerta antes de ingresar es una forma de decirle ‘me gustaría hablar contigo, pero ¿es un momento bueno para ti?’.
- Evitar los interrogatorios
La clave está en preguntar sin interrogar, tanto en como cuidar la forma en la que se hacen las preguntas y buscar el momento adecuado para realizarlas. Ahora, ¿cuál es la diferencia entre interrogar y preguntar? En palabras de Héctor Lazo, preguntamos cuando hacemos preguntas abiertas desde la calma y la curiosidad, más no desde el juicio y la invasión.
“Por otro lado, interrogamos cuando preguntamos muchas cosas seguidas sin dar tiempo a la respuesta, con la actitud de “cuéntamelo todo” y además, desprendemos preocupación, nerviosismo y desconfianza. Usamos preguntas más directas, ‘sin filtro’ sin darle tiempo a pensar la respuesta, sin aceptar un silencio”, explicó el psicólogo.
- Evitar mirar su teléfono móvil
“No debemos mirar nunca su teléfono móvil sin su consentimiento. Es mejor que, si tenemos dudas de algún tema (por ejemplo, querer saber con quién sale, si ha probado el alcohol, o si ha empezado a fumar, etc.), observemos sus comportamientos, cultivemos la confianza mutua y le preguntemos directamente, en lugar de mirar su móvil”, subrayó el experto de SANNA.
De todos modos, Lazo hizo hincapié en que, cuando el adolescente se cree su primera red social y empiece a añadir contactos, sí es adecuado que sus padres puedan revisar quiénes son sus primeros amigos virtuales. “De esta forma, se pueden prevenir futuros contactos con posibles pederastas y/o gente maliciosa que busca obtener información personal del joven y su familia”, declaró Lazo.
- Acompañar sin controlar
Para evitar que un adolescente se sienta espiado y lograr cultivar la confianza mutua, en lugar de controlarlo con múltiples interrogatorios y actitudes sobreprotectoras, lo mejor será validar sus emociones y acompañarlo en su camino hacia la independencia. Ofrecer apoyo emocional y orientación cuando sea necesario es crucial, al igual que permitirle tomar decisiones y aprender de las consecuencias, lo cual estimulará notoriamente su autonomía.
Para finalizar, la Dra. Escuza afirmó que el pilar principal dentro de las recomendaciones es pasar tiempo con los hijos y tener un espacio para conversar con ellos. “Si los papás no pasan tiempo con sus hijos y/o también priorizan estar en las redes, se vuelve muy complicado pedirles a los chicos que no pasen tanto tiempo frente a la pantalla. Por ese motivo, más que controlarlos, hay que brindarles confianza y esta se construye a través de la comunicación asertiva y el buen ejemplo. No es algo que surja mágicamente de un momento a otro”, finalizó la
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