A pesar de las dificultades de las parejas cuando terminan un matrimonio, un alto porcentaje opta por la reconciliación
A pesar de las dificultades de las parejas cuando terminan un matrimonio, un alto porcentaje opta por la reconciliación
Isabella Jugo Escate

A pesar de las dificultades que las parejas enfrentan un alto porcentaje de ellas deciden optar por la reconciliación. En muchos casos, puede deberse al resurgimiento del amor por el otro, mientras en otros puede ser por el miedo a la soledad o la añoranza a los hábitos de pareja. Sin embargo, en todos los casos hay algo en común: la pareja debe luchar para no cometer los errores del pasado y no afectar nuevamente al resto de la familia.

En esta ocasión, conversamos con el Mag. Héctor Lazo, psicólogo de SANNA Clínica San Borja, y Edgar Joel Flores, psicoterapeuta y Presidente de la Asociación Peruana de Investigación y Asesoría Psicológica (ASPIAP), quienes nos explicaron las posibles consecuencias de una reconciliación después del divorcio y cómo manejar la situación de la mejor manera.

De acuerdo con el Mag. Héctor Lazo, lo ideal es que la reconciliación y que ambas personas reconozcan sus errores en el fracaso anterior, comprometiéndose a evitar cometerlos nuevamente. En algunos casos, los hijos son un factor motivante para la reunión, por ello será fundamental guiarlos en este ajuste psicológico con la ayuda de un profesional.

“A los padres que aún se guardan respeto entre ambos y que muestran un deseo de reconciliarse, se recomienda que, a través de un terapeuta, puedan trabajar las emociones y que la pareja comprenda el deseo de volver a estar unidos y vivir una vida sin diferencias irreconciliables”, señaló Lazo.

A los padres que aún se guardan respeto entre ambos y que muestran un deseo de reconciliarse, se recomienda que, a través de un terapeuta, puedan trabajar estas emociones
A los padres que aún se guardan respeto entre ambos y que muestran un deseo de reconciliarse, se recomienda que, a través de un terapeuta, puedan trabajar estas emociones

¿Cuáles son los efectos más comunes que el divorcio puede generar en los hijos?

En ese sentido, el magister resaltó algunos de los efectos más comunes que el divorcio puede haber generado previamente en los hijos:

  • Cuando existe el divorcio de los padres se puede tener que cambiar de colegio o de residencia. El impacto que tiene este factor en el desarrollo y ajuste social del niño es muy importante.
  • Convivencia forzada con uno de los padres. Además, no siempre la elección del padre con el que se convive es la que el niño quiere.
  • Un divorcio, por su propia naturaleza, denota cierta hostilidad entre los padres. Cuando esa hostilidad se traslada a los hijos, intentando que tomen partido o que vean a la otra persona como un ser con muchos defectos, se está dando el fenómeno de alienación parental, porque tendrá muchos defectos; pero nunca dejará de ser su padre o madre.

¿Cómo deben manejar los padres una reconciliación?

“Cuando los padres se enfrentan a una reconciliación, es importantísimo que la aborden con altos niveles de empatía, comunicación abierta y una perspectiva positiva del futuro, sin olvidar que cada situación de reconciliación es única, y no siempre es posible o recomendable volver a estar juntos. En algunos casos, una separación o divorcio puede ser lo mejor para todas las partes involucradas. Lo principal es priorizar la salud emocional y el bienestar de todos los miembros de la familia”, especificó Edgar Joel Flores.

Herramientas fundamentales para una reconciliación, según Edgar Joel Flores
Comunicación asertiva
Escucha activa
Aceptación de responsabilidades
Establecer nuevos acuerdos a través de la negociación “ganar-ganar”
Confianza mutua
Apoyarse en ayuda profesional
Perdonar, pasando la página del pasado
Evitar juzgamiento hacia la pareja
Autocuidado emocional

En esa línea, el especialista señaló que la decisión de cuándo y cómo informar a los niños sobre una reconciliación de los padres luego de un tiempo de separación es un asunto delicado y debe manejarse con cuidado.

“No hay una respuesta única para todos los casos, ya que cada situación es única y depende de muchos factores, como la edad de los niños, su nivel de madurez emocional, la naturaleza del conflicto previo entre los padres y cómo se ha manejado la situación en el pasado”, aclaró Flores.

No obstante, resaltó que, antes de volver a convivir, los padres deben realizar un análisis de la situación con la responsabilidad correspondiente, en el cual se priorice la estabilidad de la relación y la capacidad de resolución de conflictos.

¿Qué consecuencias pueden haber si la reconciliación no se maneja correctamente?

En palabras del presidente de la ASPIAP, una reconciliación es un proceso sumamente serio y requiere de mucho empeño De caso contrario, la familia será proclive a vivir las siguientes consecuencias:

  • Mayor conflicto y tensión: Si los padres no logran resolver los problemas subyacentes de su relación y no se comunican de manera efectiva, es probable que el conflicto y la tensión persistan o aumenten. Esto puede tener un impacto negativo en su bienestar emocional y mental.
  • Rechazo o desconfianza: Si la reconciliación se produce sin una reflexión adecuada o si hay falta de transparencia y sinceridad entre los padres, es posible que uno o ambos se sientan rechazados o que la confianza se deteriore aún más.
  • Efecto negativo en los hijos: Los hijos pueden verse afectados negativamente por una reconciliación mal manejada. La inestabilidad emocional y la exposición a un ambiente conflictivo pueden generar ansiedad, estrés y dificultades emocionales en los niños.
  • Daño a la autoestima: Una reconciliación mal manejada, especialmente si implica patrones de comportamiento dañino o abusivo, puede dañar la autoestima de uno o ambos padres.
  • Pérdida de tiempo y energía: Si la reconciliación no es sostenible o no mejora la situación, puede resultar en una pérdida de tiempo y energía para ambos padres.
  • Afectación de relaciones sociales: Las relaciones sociales con amigos y familiares pueden verse afectadas negativamente si la reconciliación causa tensiones adicionales o si los demás perciben que la relación no es saludable.

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