No existe una guía definitiva para aprender a ser padre o madre. Cada persona ingresa a esta etapa con múltiples dudas y miedos, los cuales pueden llegar a convertirse en sobreprotección. Por lo tanto, es fundamental entender la diferencia entre la responsabilidad de un padre y la capacidad de sobreproteger a sus hijos. “Es normal que un padre o madre se preocupe por el bienestar de sus hijos. Sin embargo, el problema empieza cuando no les permiten tomar sus propias decisiones ni cometer sus propios errores”, estableció Antonella Galli, psicoterapeuta de la Clínica Ricardo Palma.
“Un padre responsable es aquel que genera confianza en sus hijos y sabe orientarlos según su edad, sin juzgarlos ni castigarlos. El padre sobreprotector, en lugar de guiar a sus hijos, suele solucionar todos sus problemas sin incentivarlos a identificar, resolver y atravesar los obstáculos que se les presenten”, enfatizó el Mag. Héctor Lazo, psicólogo de SANNA Clínica El Golf.
En ese sentido, Galli resaltó que, aunque muchos padres sobreprotectores tienden a actuar con buenas intenciones, la sobreprotección puede tener consecuencias negativas en la vida del niño o niña, pues crecen sin tenerse confianza a sí mismos. “Un joven sobreprotegido siempre será dependiente de las decisiones de los demás, por lo que puede llegar a presentar síntomas de depresión y ansiedad”, añadió.
¿Cómo sé si soy un padre responsable?
En palabras del Mag. Lazo, los padres tienen la labor de contribuir al desarrollo de sus hijos, impulsándolos a analizar sus actos y descubrir nuevas maneras de mejorar. “Un padre responsable no justifica los errores del hijo. Al contrario, si es que tiene que pedir disculpa ante una falta, alienta que la persona sea consciente de qué errores cometió y de las formas en las que puede enmendarlos”, sostuvo.
En esa línea, Galli hizo hincapié en que ser un padre responsable también incluye atender las necesidades de los hijos, tanto físicas como económicas, emocionales y sociales. “Un padre cuidadoso se preocupa por lo que hace su hijo con sus amigos y por no ponerlo en peligro, por ejemplo, recogiéndolo de las fiestas y reuniones para segurarse que llegue seguro a casa”, especificó.
“Es importante que los chicos tengan su privacidad, pero también es importante que los padres sean cosncientes de los peligros de la sociedad y estén atentos a que su hijo no caiga en ellos. Un padre cuidadoso lo instruye al inicio del camino para que luego el adolescente o joven pueda ir solo. Lo mismo sucede con las amistades y las redes sociales, pues está bien que frecuenten a sus amigos e interactúen con ellos, pero también es necesario guiarlos en la toma de decisiones para que sepan diferenciar el bien y el mal”, indicó la experta de la Clínica Ricardo Palma.
¿Cómo sé si soy un padre sobreprotector?
Por el otro lado, los padres sobreprotectores suelen llegar a los extremos. “Por ejemplo, en el caso de las amistades, un padre sobreprotector establece directamente que su hijo o hija no puede tener amigos a menos que él los apruebe. Lo mismo sucede con las redes sociales. Simplemente prohibe, en lugar de guiar en el camino”, aseveró Galli.
En relación a ello, Lazo destacó que un padre sobreprotector resuelve todos los problemas del hijo, sin darles la oportunidad de cometer errores y aprender de ellos. “Además, suelen justificar cualquier conducta extremista con el simple hecho de que ‘tienen la razón’, lo cual no representa un buen ejemplo para el menor”, manifestó.
De acuerdo con el psicólogo, estas son algunas de las actitudes que muestra un padre sobreprotector:
- Limita a su hijo y no le permite conocer el mundo.
- No permite que nadie intercatúe con él o no lo deja salir a jugar con otros niños, ya sea con o sin supervisión.
- Le da todo lo que pide a su hijo sin poner límites a sus exigencias.
- Pone demasiados límites a la autonomía del menor. Por ejemplo, suele escoger qué ropa debe utilizar o con qué amigos se puede relacionar.
- Sigue haciendo cosas por su hijo que ellos ya son capaces de hacer por sí mismo, como cuando le sigue dando de comer a pesar de que el niño ya haya crecido.
¿Qué consecuencias puede tener la sobreprotección en los hijos?
Primero, es vital tener en claro que la sobreprotección no es recomendable en ningún caso, según lo establecido por el Mag. Lazo. “No hay que olvidar que algún día los chicos crecerán y se irán. Si los padres son sobreprotectores durante la convivencia, es posible que luego sean proclives a padecer del trastorno del nido vacío, lo cual no tendrá ningún efecto positivo en la futura relación con su hijo o hija”, aclaró.
Luego, es preciso recordar que la sobreprotección parental genera que el hijo o hijo desarrolle una personalidad insegura, siempre dependa de los demás para solucionar sus problemas, no tolere la frustración y carezca de confianza en sí mismo. “En el futuro, es posible que se convierta en una persona con dependencia emocional, ya sea a los padres o a la pareja”, afirmó.
Antonella Galli recalcó que aquella dependencia generará muchas inseguridades en el joven, además de baja autoestima. “Va a postergar oportunidades, dudar de sí mismo, generar ansiedad y tenerle miedo a nuevos retos”, resaltó. Por lo tanto, la especialista concluyó con la importancia de reconocer los límites entre la responsabilidad de un padre y la sobreprotección hacia los hijos.
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