Para algunos niños, según la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, hacer amigos no es sencillo, sobre todo después de la pandemia del COVID-19. Esto se debe al estudio remoto y al aislamiento que vivieron, pues el contexto no permitió que los más pequeños desarrollen sus habilidades sociales.
De acuerdo con Raquel Bacigalupe, psicoterapeuta de niños y adolescentes de la Clínica SANNA San Borja, el primer núcleo donde el niño genera vínculos con otros es en su familia nuclear. “Para los bebés nacidos en pandemia, el aislamiento ha impedido que esas conexiones se den con naturalidad. A pesar de no haber tenido conciencia de ese proceso, es posible que, a nivel no verbal, el entorno le haya devuelto esa sensación de incertidumbre y angustia”, añadió.
¿Cómo afectó la pandemia en las habilidades sociales de los niños?
En primer lugar, es preciso indicar que los bebés nacidos en pandemia actualmente tienen entre dos a tres años. En ese sentido, este grupo de niños puede padecer ciertos efectos debido a la salud emocional del núcleo familiar. “Durante el confinamiento, en los hogares se vivieron momentos de incertidumbre, inestabilidad, angustia y tristeza. Por ello, se tiene que analizar si los padres fueron capaces de procesar todas las emociones atravesadas”, aclaró Bacigalupe.
En estos casos, debido a que el niño no fue consciente de lo sucedido durante sus primeros años de vida, los estragos dependen de la salud mental de los padres. “Asimismo, puede haber sucedido que, a causa del trabajo remoto, los padres no hayan priorizado el vínculo con su pequeño. De esta manera, también se pueden generar problemas de retraso en el habla en más chicos”, agregó la psicóloga.
Por otro lado, la experta también hizo hincapié en que el aislamiento en una época formativa, entre los 5 y 7 años, ha generado un daño realmente importante. “En ese rango de edades, para ellos, la cuarentena significó alejarse de las amistades que acababan de formar”, enfatizó.
¿Qué pueden hacer los padres para revertir esta situación?
En palabras de la psicoterapeuta Bacigalupe, el apoyo por parte de los padres es imprescindible. “Los papás pueden conversar con la profesora o el psicólogo del colegio para realizar un seguimiento de las actitudes de su hijo”, resaltó. Del mismo modo, es vital que sean conscientes de cuándo se puede necesitar la ayuda de un profesional y asistir a un centro especializado para recibir un asesoramiento adecuado.
En esa línea, la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard brindó 6 recomendaciones para que los padres puedan fomentar las habilidades sociales y empáticas en los más pequeños. De esta manera, podrán ayudarlos a crear nuevas relaciones amicales.
- Empatía: Desde casa, procuren que todos los miembros del hogar se traten con respeto y amabilidad. A veces, hay peleas y discusiones con las que tenemos que tener cuidado, pues los pequeños prestan atención a todo lo que observan.
- Curiosidad sobre los demás: Es importante generar hábitos que demuestren interés por los demás. Por ejemplo, pueden dedicar un momento del día a preguntarse cómo les fue o qué importante les sucedió.
- Habilidades comunicativas: Hoy en día, los dispositivos tecnológicos impiden el desarrollo de estas habilidades. Es mejor que, en momentos como las cenas y las reuniones, apaguen los teléfonos y hablen entre ustedes mismos.
- Cooperación grupal: Hagan proyectos en casa, jueguen y hagan las tareas en familia. De esta manera, tus hijos aprenderán sobre el valor del apoyo mutuo.
- Regular emociones: Es normal tener sentimientos fuertes. Si un niño pasa por un momento así, se le debe brindar un apoyo para que aprenda a manejar emociones intensas.
- Aprender a pedir perdón y perdonar: De esta forma, los niños aprenden a asumir sus errores y enmendarlos.