Tener una buena relación con los hijos no siempre resulta fácil. Ya sea por las actitudes y comportamientos del menor o por la forma de pensar y reglas que trata de imponer el padre, ambas partes pueden chocar en cualquier situación o por la mínima discrepancia. Incluso, porque las personalidades de ambos son similares y no quieren dar su brazo a torcer.
Sin embargo, si se desea mejorar la convivencia en el hogar, hay que saber adaptarse a los imprevistos y a las particularidades de las dinámicas de nuestras familias. Asimismo, se debe analizar los escenarios y saber cuándo ceder por el bienestar de todas las partes involucradas.
A continuación, te mostramos una serie de consejos para mejorar la relación que tienen con los más jóvenes de la casa. Cabe destacar que cada caso y persona es única, por lo que estás recomendaciones no podrían funcionar en todas las familias, asimismo, es importante recalcar que, en casos extremos, lo más acertado es acudir al psicólogo para recibir ayuda e indicaciones de un profesional.
Cómo mejorar la relación con tu hijo o hija
Saber escuchar
Practicar la escucha activa con nuestros hijos es fundamental para mejorar nuestra relación con ellos. No debemos ofrecer un trato condescendiente o paternalista, sino escuchar y comprender sus emociones, incluso en momentos difíciles. Realizar esta práctica en la infancia y adolescencia contribuirá de gran manera en su autoestima y desarrollo como adultos. También debes tener presente que mostrar interés por sus aficiones e intereses fortalece el vínculo emocional y fomenta una relación positiva. Es importante prestar atención a los detalles y demostrar que valoramos lo que nos dicen.
Fomenta la democracia
Aplicar un estilo educativo democrático implica establecer normas de comportamiento y convivencia consensuadas y aceptadas por toda la familia, en lugar de imponerlas de manera autoritaria. Aunque los padres tienen la última palabra, es importante que los niños o adolescentes comprendan el propósito y el significado detrás de estas normas. Por ello, establecer límites claros en la crianza es crucial, pero también es fundamental que los niños entiendan que estas normas existen para el bienestar de todos.
Tiempo de calidad
La falta de tiempo compartido es a menudo la causa más común de malas relaciones entre padres e hijos. Es fundamental que los chicos sepan que son valorados por sus progenitores y que desean pasar tiempo con ellos. Para asegurar momentos de calidad juntos, se recomienda planificar y reservar con antelación algunas horas para estar en familia y desconectar de las obligaciones laborales. De esta manera, se fortalece el vínculo familiar y se fomenta una relación más positiva entre todas las partes.
Muestras de efecto
Las muestras de afecto desempeñan un papel crucial en el desarrollo de los niños, tanto en la infancia como en la adolescencia. A lo largo de cada etapa de crecimiento, las expresiones de afecto pueden variar. Sin embargo, lo más importante no es solo mostrar afecto en todo momento, sino hacer que los hijos se sientan amados en general y dejarles claro que estaremos siempre disponibles cuando nos necesiten. El mensaje fundamental es brindarles seguridad emocional y la certeza de que cuentan con nuestro apoyo incondicional.
Ser conscientes de su independencia
No hay que olvidar que los adolescentes tienen sus propios pensamientos y sentimientos, además de presentar una perspectiva única incluso sobre temas que apenas conocen. Al igual que cualquier otra persona, nuestros hijos necesitan tener su propio espacio y tiempo sin estar constantemente expuestos al control de sus padres o a interrogatorios sobre sus actividades. A medida que crecen, demandan más espacios físicos y emocionales que debemos respetar para mantener una relación saludable con ellos.