Hablar de sexualidad con los hijos puede resultar incómodo si no se usan las palabras correctas. A menudo, los padres se sienten avergonzados o creen que no tienen las habilidades o el conocimiento necesario para hablar del tema con su adolescente, según un estudio realizado en el Reino Unido.
Sin embargo, una correcta charla sexual a tiempo puede prevenir embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual (ETS). En esa línea, dicha investigación notó que, en lugares como Países Bajos y Suecia, los embarazos en adolescentes y las enfermedades de transmisión sexual eran mucho menos comunes que en Inglaterra y Gales, lugares donde los padres no suelen hablar abiertamente sobre sexo con sus hijos a temprana edad.
Por tal motivo, Eva Goldfarb, profesora de salud pública en la Universidad Estatal de Montclair, aconsejó a los progenitores a no saltarse ni retrasar por mucho tiempo esta clase de conversación.
De esta manera, la educación sexual tendrá un impacto positivo a largo plazo, como ayudar a los jóvenes a formar relaciones saludables. “Comienza antes de lo que piensas”, comentó al portal BBC. “Incluso con niños muy pequeños se puede hablar sobre los nombres de las partes y funciones del cuerpo, la integridad y el control del cuerpo”, continuó.
Cómo hablar sobre salud sexual con niños y adolescentes
De acuerdo a un estudio realizado en Reino Unido en el 2006, se comprobó que los progenitores tienen muchas dudas de cómo y cuándo iniciar conversaciones sobre educación sexual con sus hijos.
Ante ello, determinaron que aquellos padres que se basaban en materiales bibliográficos de escuela se sintieron más seguros hablando del tema y que sus hijos entendían mejor el asunto gracias a los textos escolares.
Para la profesora de salud pública, los apoderados pueden ser instruidos por maestros de educación sexual antes de tener la tan importante charla con sus hijos, así recibirán información actualizada o descubrirán los términos adecuados para sostener una comunicación abierta con menores.
Asimismo, existen pautas internacionales para la educación sexual, como una guía integral basada en evidencia publicada por la Unesco, que puede ser de mucha utilidad para los adultos.
Con dicha guía, se tendrá una mejor comunicación ya que podrás saber cómo organizar tus ideas en bloques, en lugar de intentar transmitir todos los conocimientos en una sola “gran conversación”.
Si se trata de un niño de 5 a 8 años, por ejemplo, se puede iniciar diciendo que “una idea clave es que toda persona tiene derecho a decidir quién puede tocar su cuerpo, dónde y de qué manera”.
En cambio, se la charla está orientada para adolescentes, es válido fomentar debates sobre la salud emocional o acerca de las formas de contrarrestar la presión de los compañeros. De esta manera se podrá tener una mejor idea de cómo piensa o percibe el mundo tu hijo.
Un buen punto de partida también es brindar información específica sobre condones y otros anticonceptivos, según la guía. “También vale la pena hablar sobre los aspectos positivos más allá de la protección, como por ejemplo, cómo usar un condón puede ser divertido y puede ayudarlo a conectarse con una pareja”, dice Mirela Zaneva, una de las autoras del estudio y candidata a doctorado en psicología experimental en la Universidad de Oxford.
“Es probable que muchos jóvenes se pierdan conversaciones positivas y empoderadoras sobre el sexo en su educación sexual actual en la escuela”, agregó.
Por último, Zaneva precisó que se debe incorporar el “placer” en las conversaciones con los jóvenes sobre el sexo. “Hasta ahora, la evidencia es que hablar sobre el placer puede ayudar a los jóvenes a practicar sexo más seguro, a tener más conocimiento y actitudes positivas sobre el sexo, así como a tener más confianza y autoeficacia”, aseveró.