La placenta es un órgano que cumple funciones vitales durante el periodo de gestación, ya que no sólo protege al feto de las amenazas del exterior, sino que también posee una serie de hormonas que favorecen el crecimiento del embrión y es un conducto transmisor por donde el pequeño recibe los nutrientes que le proporciona la madre.
¿En qué momento se origina la placenta?
Su formación empieza ni bien el óvulo que ha sido fecundado se implanta en la pared del útero. Se une a la parte delantera, trasera, superior o lateral de dicho órgano femenino aunque en algunos casos se ubica en la zona inferior, lo cual es conocido como placenta baja. La placenta va incrementando su tamaño conforme el feto se va desarrollando. En semanas previas a dar a luz logra pesar en promedio 500 gramos y medir entre 20 a 25 cm de diámetro y 2 a 3 centímetros de grosor.
Este órgano de tipo glándula se constituye de una manera bastante curiosa, en la que contribuyen tanto la mamá como el embrión. La parte posterior de la mucosa del útero de la mujer, mientras que su interior – conocida como trofoblasto– está compuesta por blastocitos del feto. En el trofoblasto también se encuentran las vellosidades crónicas, que permiten que el embrión fije su posición en las paredes del útero.
Funciones de la placenta
- Oxigena al embrión: éste órgano absorbe el oxígeno de la gestante, automáticamente lo traslada a la sangre y por medio del cordón umbilical llega al bebé. Asimismo, permite que el bebé elimine el dióxido de carbono. Este recubrimiento evita uno de los riesgos más perjudiciales para el futuro niño, que es la inhalación del líquido amniótico.
- Barrera protectora de agentes externos: la placenta actúa como barrera inmunológica y evita que éstos ataquen directamente al bebé. Igualmente, previene y cuida que el sistema inmunológico de la madre lo sienta como una amenaza.
- Acción endocrina: posee una serie de hormonas que favorecen el buen desempeño de la gestación, como la gonadotrofina coriónica, que es vital para un correcto desarrollo del embarazo y otras hormonas que ayudan al crecimiento del embrión y a que el cuerpo de la madre se adapte a los cambios propios del embarazo.
Cómo prevenir problemas de placenta
Mantenerla saludable permitirá que la gestación se lleve de manera adecuada y sin complicaciones. Para ello es importante cuidar la presión arterial, abstenerse del consumo de tabaco u otras sustancias que ponen en peligro el organismo. Los trastornos de coagulación también podrían ponerla en riesgo. Para prevenir alguna anomalía, es importante que acuda a un médico y a sus chequeos de rutina.
La placenta se expulsa una vez culminada la labor de parto. De hecho algunas mujeres optan por consumirla, puesto que existen algunas opiniones médicas que recomiendan su ingesta para aumentar la producción de leche materna, reducir el dolor post parto y fortalecer el vínculo entre una madre y su hijo.