Las mujeres con riesgo a sufrir depresión perinatal son las que tienen antecedentes genéticos de parientes que han sufrido alguna enfermedad mental. (Foto: Freepik)
Las mujeres con riesgo a sufrir depresión perinatal son las que tienen antecedentes genéticos de parientes que han sufrido alguna enfermedad mental. (Foto: Freepik)
Redacción EC

La etapa perinatal se extiende desde el comienzo de la hasta el primer año posterior al nacimiento del . Durante este compendio de tiempo, las mujeres se encuentran propensas a desarrollar trastornos en su estado de ánimo, como la depresión. Esta enemiga silenciosa se ve apoderando de la mente de la nueva madre mediante pensamientos intrusivos, y de no ser detectada a tiempo trae consigo severas consecuencias.

¿Por qué ocurre la depresión perinatal?

El National Institute of Mental Health señala que no existe una causa específica por la que aparece la depresión perinatal. No obstante, algunas investigaciones sugieren que existen factores que contribuyen a su desarrollo, como el shock emocional que desencadena la maternidad y la crianza, el estrés originado por el día a día y los cambios hormonales.

El factor genético también tiene un grado de influencia pues se contempla que las que tienen familiares con antecedentes de trastornos mentales son mucho más propensas a desarrollar la enfermedad.

Signos de alerta ante la depresión perinatal

Para aprender a identificar los síntomas con objetividad, es necesario erradicar pensamientos como “solo es una mala racha” o “está nerviosa por la maternidad”. La depresión es una enfermedad que va más allá de solo “no tener ánimos”, y mientras más se ignora su presencia, es mayor el daño que ocasiona en la paciente y, por consecuencia, en su hijo.

Es posible identificar el problema cuando la madre muestra con mucha frecuencia un estado de tristeza, fatiga, irritabilidad y desgano. Asimismo, se siente ansiosa, decepcionada de cómo está llevando su proceso, angustiada por el futuro de su familia, pierde la concentración con facilidad y presenta dolores de cabeza y en los músculos, y también malestares digestivos que no tienen cura.

El aumento de apetito, la hipersensibilidad, la falta de sueño y disminución del lívido son síntomas que se pueden confundir con los que ocurren en el primer trimestre. Para descartar una posible enfermedad mental, es necesario conocer el pensamiento y la expectativa con respecto a la maternidad y crianza, de ser negativo estaríamos hablando de signos a tomar en cuenta.

La depresión estaría tomando mayor influencia en la madre cuando rechaza a su hijo y se niega a crear un vínculo con él o cuando comienza a tener pensamientos autodestructivos y/o hacer daño al recién llegado.

¿Qué hacer?

Una vez se haya identificado el problema, es momento de actuar. Lo adecuado es acudir a un psicoterapeuta, quien determinará el nivel de intensidad y prescribirá si la paciente debe llevar solo terapia o acompañarla de una medicación adicional.

Existen dos caminos que ofrece la psicoterapia: la terapia cognitivo- conductual, que ayudan a identificar y desterrar patrones y pensamientos que obstaculizan su bienestar personal; o la terapia interpersonal, que se enfoca en brindar herramientas utilitarias para lidiar y derribar los factores que influyen en la depresión perinatal. El especialista será el encargado de elegir el tipo de asesoría. La constancia y responsabilidad serán esenciales para no desistir a las terapias y culminar el proceso cuando el doctor haya dado el visto bueno al alta.

En caso se recete medicación, ésta debe estar validada por el médico tratante tanto para embarazadas como para madres que están en periodo de lactancia, ya que podría tener efectos negativos en el bebé. Por otro lado, ten en cuenta que para que un antidepresivo haga efecto, su ingesta debe ser constante y acorde a lo recetado, existen casos en los que después de sentirse bien una vez suspenden la medicación, siendo totalmente contraproducente para el tratamiento.

No estás sola

El apoyo de la pareja, la familia y amigos cercanos también es fundamental. Respetar sus espacios y establecer redes de soporte emocional serán de mucha ayuda para la recuperación de la mujer.


Contenido sugerido

Contenido GEC