Desde que nacen, tanto niños como niñas presentan gran curiosidad por el mundo que los rodea. Algunos no solo quedan sorprendidos con las innumerables cosas, objetos o acciones que ven en el día a día, sino que buscan descubrir su porqué, entre otras inquietudes que se presentan.
Esta necesidad de saber más sobre su entorno se va fortaleciendo a medida que crecen. Por lo que necesitan comprender y fortalecer sus opiniones, a fin de poder distinguir entre los hechos y las creencias, de ahí la importancia de aprender filosofía.
Según entendidos del tema, que los niños y niñas aprendan filosofía desde edades tempranas (por ejemplo, desde que atraviesan la educación primaria) puede contribuir al desarrollo de habilidades de pensamiento crítico y creativo, así como a una mayor capacidad para resolver problemas complejos.
Estrategias para acercar la filosofía a los más pequeños
El aprendizaje de la filosofía puede ayudar a los niños de varias maneras. Les enseña a pensar de manera crítica, a formular y plantear preguntas profundas, a razonar lógicamente y a considerar diferentes perspectivas.
También promueve habilidades de resolución de problemas, fomenta el pensamiento creativo y estimula el desarrollo ético y moral. Además, les permite explorar conceptos abstractos y desarrollar habilidades de argumentación y debate.
En general, el estudio de la filosofía puede cultivar habilidades de pensamiento y proporcionar una base sólida para el desarrollo intelectual y emocional de los niños. Por tal motivo, desde Hogar&Familia te presentamos un listado de estrategias para que los más pequeños del hogar tengan su primer contacto con esta materia:
Cuentos y fábulas filosóficas
La lectura de cuentos y fábulas filosóficas puede ser una excelente manera de introducir a los niños en el mundo de la filosofía. Estas historias presentan situaciones y personajes que plantean preguntas y dilemas éticos, fomentando así la reflexión y el pensamiento crítico en los niños.
A través de estas narrativas, los niños pueden explorar temas como la justicia, la libertad, la igualdad y la amistad, y comenzar a desarrollar su propia comprensión y perspectiva sobre estos asuntos fundamentales.
Juegos de pensamiento crítico
Los juegos de pensamiento crítico, como los juegos de roles o de mesa, son una excelente herramienta para fomentar habilidades filosóficas en los niños de manera divertida. Estas actividades permiten a los niños ejercitar su capacidad de razonamiento lógico, análisis y argumentación.
Al participar en juegos de roles, los niños asumen diferentes perspectivas y se enfrentan a situaciones que requieren tomar decisiones éticas y morales. Esto les ayuda a desarrollar habilidades de empatía, comprensión y resolución de conflictos. Por otro lado, los juegos de mesa que implican estrategia y toma de decisiones desafían a los niños a pensar críticamente, evaluar opciones y anticipar consecuencias.
Conversaciones y debates
Las conversaciones y debates sobre temas relevantes para los niños son una poderosa herramienta para estimular su reflexión, explorar sus valores y creencias, y desarrollar habilidades filosóficas.
Al discutir temas como la convivencia, el medio ambiente o la tecnología, los niños tienen la oportunidad de expresar sus opiniones, escuchar diferentes perspectivas y aprender a argumentar de manera fundamentada.
Filosofía para niños
El programa “Filosofía para niños”, creado por el filósofo Matthew Lipman, es una metodología que tiene como objetivo promover el pensamiento crítico y creativo en los niños. Esta metodología se basa en la lectura de cuentos y en la realización de diálogos filosóficos.
A través de la lectura de cuentos, los niños se sumergen en historias que plantean preguntas y dilemas filosóficos, estimulando así su capacidad de reflexión y análisis. Posteriormente, participan en diálogos filosóficos, donde discuten y exploran ideas, argumentos y conceptos fundamentales.
Reflexión ética
Fomentar la reflexión ética desde la infancia a través de la filosofía puede tener una serie de beneficios significativos en el desarrollo de los niños, tanto a nivel cognitivo como emocional y social. Al utilizar situaciones cotidianas para reflexionar sobre dilemas éticos, se les proporciona a los niños la oportunidad de analizar y comprender las implicaciones éticas de sus acciones y decisiones. Esto les ayuda a desarrollar habilidades de pensamiento crítico y a fortalecer su capacidad para tomar decisiones informadas y responsables en su vida diaria.
La reflexión ética también promueve el diálogo y la argumentación, permitiendo a los niños expresar sus ideas y opiniones de manera efectiva, así como escuchar y considerar diferentes perspectivas. Esto fomenta la comunicación abierta y el respeto mutuo, y les enseña a trabajar colaborativamente en la resolución de problemas complejos.