La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que la ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones percibidas como amenazantes o estresantes. En niveles moderados, puede ser útil ya que estimula la atención, la concentración y la motivación, lo que puede ayudar a una persona a enfrentar desafíos y desempeñarse mejor en ciertas situaciones.
Sin embargo, la OMS también reconoce que cuando la ansiedad se vuelve crónica o excesiva, es causante de efectos negativos para la salud y el bienestar de una persona. Puede interferir con el funcionamiento diario, afectar el rendimiento en el trabajo o en los estudios, perturbar el sueño y las relaciones interpersonales, e incluso dar lugar a problemas de salud física.
Por tal motivo, esta organización recomienda que las personas que experimenten ansiedad crónica o que afecte negativamente su vida cotidiana busquen ayuda profesional. Existen tratamientos eficaces para los trastornos de ansiedad, y los profesionales de la salud pueden proporcionar un diagnóstico adecuado y recomendar intervenciones terapéuticas basadas en la evidencia.
Ansiedad infantil
Estos lineamientos y criterios van orientados a la población adulta, pero es perfectamente aplicable a pacientes de menor edad, como niños o adolescentes. Justo en ellos, se importante reconocer que cierta cantidad de ansiedad esporádica en los niños no necesariamente es negativa.
Se entiende que, para un menor, todo es nuevo y cada momento representa un desafío, ya sea su primer día de colegio, aprender a usar el baño o probar alimentos nuevos. Por lo tanto, experimentar cierta hiperestimulación y percepciones ansiosas en esta etapa es, en cierta medida, algo común y esperado
A continuación, te contamos los principales desencadenantes de la ansiedad infantil:
Factores genéticos
Numerosos estudios han comprobado que un cuadro de ansiedad crónica o excesiva puede estar relacionada a nuestra ascendía, es decir, se encuentra en la base genética. Esto significa que los niños pueden tener mayor probabilidad de desarrollar ansiedad si tienen antecedentes familiares de trastornos de ansiedad.
Experiencias traumaticas
Eventos traumáticos, como la pérdida de un ser querido, divorcio, mudanzas, abuso o negligencia, pueden desencadenar ansiedad en los niños.
Ambiente familiar
Un entorno familiar inestable, conflictivo o sobreprotector puede contribuir al desarrollo de la ansiedad en los niños. Asimismo, los estilos parentales que enfatizan la sobreprotección o tienen altas expectativas también pueden contribuir.
Problemas en la escuela
Acoso, dificultades académicas, presión excesiva por parte de los padres o problemas de adaptación en la escuela pueden desencadenar este tipo de trastornos.
Cambios bruscos
Eventos como dejar tu país de nacimiento, cambiar de barrio, iniciar una nueva actividad extracurricular o enfrentar una transición importante, como la llegada de un nuevo hermano o una mudanza, pueden generar ansiedad en los niños.