Los investigadores y médicos de Pittsburgh planean revolucionar las intervenciones médicas de emergencia. En el Centro Médico Universitario de la ciudad los estudios han planteado un extraño tratamiento: drenar la sangre de un herido y reemplazarla con agua salada congelada.
La intención es lograr que los cuerpos heridos entren en un estado de hipotermia, solo se aplicará en aquellos que tengan un grave riesgo de muerte y busca ganar tiempo mientras los médicos idean un tratamiento.
El estado de hipotermia en el que entraría el cuerpo del herido generaría una reacción en el metabolismo que alarguen su vida.
Sin embargo, la ética profesional está en juego en esta práctica. Dado que esta técnica se aplicaría en pacientes al borde de la muerte, por lo que no se podría obtener su consentimiento o el de algún familia por lo veloz que se debe actuar en estas situaciones.
La solución que han planteado los médicos ha sido repartir pulseras gratuitas para que las lleven puestas aquellos que no quieran recibir el tratamiento.
Pese a lo descabellada que pueda sonar la propuesta, otras técnicas similares se aplican en otras localidades. Por ejemplo, en Siberia muchos bebés permanecen en cámaras de nieve antes de ser sometidos a operaciones al corazón, de esa manera las probabilidades de sobrevivir aumentan, según los cirujanos.