El fondo tiene diferentes tonos de azul. Un séquito de seres, que parecen debatir su existencia entre la apariencia de un animal y la de una una persona, tocan instrumentos mientras flotan. Como flota ella. Ella con vestido blanco y un ramo de flores blancas en su mano derecha. Ella, con velo también blanco y cabello oscuro. Ella, la novia que dibujó el pintor Marc Chagall en 1950, fue la inspiración de la colección 2020 que creó Hervé Moreau para Pronovias. El director creativo de la compañía española que redefinió el estilo en los vestidos de matrimonio, ha asegurado que esa pintura le ayudó a conceptualizar su último trabajo. Moreau quería que sus vestidos floten como la novia de la pintura de Chagall.
“Lo más importante en un vestido de novia es que esta se sienta especial y única en el día más bonito de su vida. Y ese será siempre nuestro objetivo”, le dijo al portal Wedandtrends.com cuando comenzó a trabajar en Pronovias. Y aunque en el mes de julio de este año diversos medios españoles anunciaron que Moreau dejó la compañía, su visión todavía puede apreciarse en la nueva colección.
—La revolución de Pronovias—
Lo mejor de la innovación es que nadie se lo espera. Eso fue lo que pasó con Pronovias, que surgió en una tienda de Barcelona, en España, llamada “El Suizo” que se especializaba en encajes, bordados y tejidos de seda de alta calidad fundada por Alberto Palatchi Bienveniste en 1922.
En 1964 la compañía se convirtió en la pionera en aplicar el principio prêt-à-porter (listo para llevar) a los vestidos nupciales. Hasta ese entonces, lo común era mandar a hacer los vestidos. El 1977 comenzó la internacionalización. Las mujeres del mundo encontraron irresistibles los diseños y la idea de no tener que esperar tanto para conseguir el vestido con el que se casarían.
Hoy Pronovias cuenta con cifras que revelan el imperio en que se convirtió: 4.000 puntos de venta en 105 países, incluyendo el buque insignia de la marca que se ubica en Nueva York y que cuenta con nada menos que siete pisos.