La moda sostenible no es una tendencia, sino el futuro. Al ser considerada como la segunda industria más contaminante, después del petróleo, en la actualidad cada vez son más los diseñadores que son capaces de unificar su compromiso con el medio ambiente.
Esta iniciativa no solo busca concientizar al mundo entero sobre las terribles consecuencias en nuestro planeta, sino tomar las riendas del problema y verdaderamente hacer algo al respecto. Esta parte bajo la premisa de ciertos criterios fundamentales como la conservación de los recursos naturales, el bajo impacto ecológico de los materiales empleados, los cuales deben ser susceptibles de unirse posteriormente a la cadena de reciclaje-, la reducción de la huella de carbono y el respeto por las condiciones económicas y laborales de los trabajadores que han participado desde la materia prima hasta el punto de venta.
A nivel internacional, Stella McCartney, ha sido una de las diseñadoras que han revolucionado a la industria en este aspecto, como defensora de los animales y vegana, ella utiliza sustitutos de cuero para fabricar ropa y accesorios.
Otro gran ejemplo es el conglomerado francés de empresas “de lujo” Kering, el cual ha sido nombrado como la compañía más sostenible de la esta industria y la segunda más sostenible indistintamente de su sector según el Índice Global de 2019 organizado por la compañía financiera Corporate Knights.
UN GUIÑO A LA ECOLOGÍA
La semana de la Moda en Lima no es la excepción, ya que para esta temporada la organización y los diseñadores se alinean a una propuesta de moda sostenible, para transmitir un mensaje de consumo responsable. “El planeta no puede seguir soportando esta compra indiscriminada recurrente de ropa que simplemente se usa dos o tres veces y se desecha. En ese sentido creo que nuestros diseñadores tienen la tarea de crear piezas que se conviertan en inolvidables y que puedan durar en el closet más de una temporada. La industria de la moda genera una acumulación de basura y de textiles que terminan en el océano”, explica Efraín Salas, director de LIF Week.
Cada uno de los diseñadores ha optado por contribuir a esta causa de distinta manera. En el caso de la diseñadora María Ximena Ramírez, ella ha empleado en su próxima colección plumas artificiales. También empezó a pedirle a sus clientas la pedrería de los vestidos que ya no utilizaban, con la finalidad de reciclar los materiales.
Por su parte, Edward Venero, quien asegura que uno de los valores principales de su marca es la sostenibilidad, para confeccionar su más reciente colección, ha empleado saldos de una empresa con la cual lleva trabajando durante mucho tiempo.
Asimismo, Noe Bernacelli ha fusionado moda y medio ambiente para su próxima colección, con la cual busca concientizar al público sobre las especies en peligro de extinción en la Amazonía peruana.