Sebastián Ramírez Mendoza

En la noche del 31 de octubre, los ciudadanos salieron a divertirse para celebrar y el , razón por la cual las calles de Lima se convirtieron en un desfile de disfraces llamativos. Después de una noche llena de diversión, el amanecer trajo consigo la presencia de personajes, algunos aparentemente cansados o en estado de ebriedad, por toda la ciudad.

Es importante destacar que, durante una conversación con El Comercio, la Dirección General de Gobierno Interior del Ministerio del Interior (Mininter) había advertido sobre anuncios de fiestas que no contaban con las autorizaciones correspondientes para garantizar la seguridad de los asistentes. El director general del Gobierno Interior del Mininter, Jorge Luis Ortiz Marreros, afirmó: “Las autoridades competentes están llevando a cabo acciones con el propósito de salvaguardar la integridad y seguridad de los asistentes a dichos eventos”.

En total, solamente hubo nueve eventos debidamente autorizados en Lima y siete en el Callao, donde se permitía celebrar el 31 de octubre. Un día después, se observó a ciudadanos abandonar las fiestas durante la madrugada para regresar a sus hogares. Por ejemplo, este Diario pudo capturar que en Villa El Salvador, grupos de personas disfrazadas salían de los eventos a plena luz del día para tomar taxis.

Además, el Centro Histórico de Lima también fue testigo de la salida de personas de sus respectivos eventos.

Cabe resaltar que el pasado 19 de setiembre, el Gobierno publicó el decreto supremo que establece el estado de emergencia por 60 días en San Juan de Lurigancho (SJL) y San Martín de Porres (SMP), en Lima, ante el alto índice de delincuencia y criminalidad que azota el país. Ello suspendía desde las 00:00 horas hasta las 4:00 horas, los eventos sociales y espectáculos en estas jurisdicciones. No obstante, el estado de emergencia no fue impedimento para que decenas de jóvenes infringieran la medida.

Policía intervino local en San Juan de Lurigancho.
Policía intervino local en San Juan de Lurigancho.

Con disfraces de todo tipo, jóvenes salieron de las discotecas acompañados de policías, quienes los escoltaron para retirarse del lugar. Pese a la gran presencia de alcohol, no se registraron hechos violentos.

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