La mañana del viernes, la zona de Cantagallo amaneció devastada. Miles de personas se quedaron sin techo y la escasez de agua agudizaba el problema. Un grupo de personas, encabezadas por Jorge Luis Baca, decidieron atender este tema y consiguieron una cisterna de 20 metros cúbicos.
Desde el viernes hasta la fecha la cisterna ha seguido suministrando agua a los cientos de damnificados que aún permanecen en esta zona. Sin embargo, el alto costo de alquiler de la cisterna pone en serio riesgo de desabastecimiento a estas personas.
“Nosotros hemos estado ayudando a las personas que lo han perdido todo y que no tenían agua para tomar o cocinar. Alquilamos la cisterna y compramos baldes y reservorios porque todo se perdió. Pero esto se va a acabar”, señaló Jorge Luis Baca.
Baca propone que sea Sedapal o alguna entidad del Gobierno quien le tome la posta para evitar que las personas afectadas se queden sin agua o contraigan alguna enfermedad. No obstante, pese a los pedidos que hicieron ninguna institución se ha manifestado.
Narró que Sedapal está abasteciendo de agua la zona de Martinete, en donde la Municipalidad de Lima ha dispuesto un campamento para los damnificados, pero en la zona de Cantagallo aún hay mucha gente que se resiste a retirarse de esta zona, según dicen, por temor a perder el terreno.