LUIS GARCÍA BENDEZÚ / @condedemaldoror
A pesar de que hay una norma que regula el funcionamiento de los centros de rehabilitación en el país y ordena su empadronamiento en el Ministerio de Salud (Minsa), a la fecha solo hay un local autorizado en Lima y tres en provincias.
El Minsa estima que hay 400 centros de rehabilitación en el Perú. De ellos, 300 están en Lima. En diálogo con El Comercio, el especialista de Cedro, Milton Rojas, señala que la rehabilitación de las personas con drogodependencia es uno de los puntos más débiles en la política sanitaria peruana.
“Para empezar, a diferencia de otros países, tenemos información muy contradictoria respecto a la cantidad de adictos que hay en el país. Según datos de Devida, hay unos 60 mil adictos a drogas cocaínicas (PBC, clorhidrato de cocaína y crack). En cuanto a la marihuana, se calcula unos 100 mil. También debe haber una población de 30 mil adictos a drogas sintéticas. En resumen, casi 200 mil personas”, sostiene.
Por ello, Rojas refiere que “es muy probable que apenas el 15% de adictos a drogas ilícitas reciba un tratamiento efectivo”.
Y agrega: “En los últimos años, Cedro ha detectado el esfuerzo del Minsa y de Devida para ensanchar la oferta terapéutica, pero todavía hay un gran déficit. Los huecos más importantes son los que se refieren a la atención de mujeres y adolescentes”.
Lo preocupante es que, según Cedro, el Estado solo tiene 10 camas para hospitalizar a mujeres drogodependientes.
Sobre las comunidades terapéuticas, Rojas opina que “es necesario que el Estado imponga vallas altas para el ejercicio de esta actividad. Es algo que pasa en todo el mundo. Antes, estos centros eran dirigidos por ex consumidores. No obstante, hoy se requiere la evaluación clínica de las intervenciones”.
“Las mejores comunidades son las que abren sus puertas a psicólogos y sociólogos. Hay pocos centros en Lima que cumplan estos requisitos. Ahora bien, la proliferación de estas comunidades es la respuesta a la poca atención que pone el Estado en este tema”, concluye.