“Chapa tu choro”: instrucciones básicas, Por Raúl Castro
“Chapa tu choro”: instrucciones básicas, Por Raúl Castro

No es un consuelo saber que la ruina de la seguridad ciudadana en el Perú, y su consecuencia directa: el surgimiento de grupos de vecinos que buscan hacer justicia por sus propias manos, es un grave problema que nuestro país comparte con otros en América Latina. Es una alerta severa.

También –y sobre todo– es una importante referencia para el trazo de soluciones pacíficas y democráticas a las explosiones de violencia popular que, con linchamientos y torturas, buscan castigar a los criminales hallados in fraganti. Ello se advierte en cuentas de Facebook como , que se están viralizando y cuentan ya con miles de seguidores.

Este año la Universidad de Vanderbilt, con base en el Barómetro de las Américas, publicó el reporte “Delincuencia, corrupción y apoyo social a la justicia por propia mano: diez años de evidencia en revisión”. En él se muestra cómo el problema se ha generalizado en 27 países, cuáles son sus causas y por qué cuentan con grados de apoyo similares.

¿Qué está pasando en el continente? Principalmente, que su gente afronta los mismos profundos niveles de miedo ante la delincuencia, y similar desconfianza generalizada ante las instituciones llamadas a protegernos, como la policía, y en nuestro caso, el Poder Judicial.

Es decir: miedo por la alta victimización ante el crimen, sin posibilidad de defensa alguna, y desconfianza como resultado de la corrupción descarada que se hace patente a diario en todos los niveles de la administración de seguridad ciudadana. 

Pese a este grave cuadro, el apoyo ciudadano a la justicia por mano propia es aun bajo.  El promedio en América Latina es de 30,1%. Pero va subiendo, lento, y seguro. Es pues el 2014 el año en el que se encuentra el mayor número de sus partidarios en la última década. Y el Perú se ubica cuarto, tras Surinam, Ecuador y El Salvador, con niveles de aceptación por encima del 35%.

En Lima, la Policía ha hecho bien en desmarcarse del problema anunciando, por medio del Ministro del Interior, que sus efectivos sí están “chapando a los choros”: han dejado más de 70 mil criminales hallados en flagrancia en manos del . Sin embargo, apenas el 9% de estos son efectivamente procesados y encarcelados por los jueces, según la Policía.

El pronunciado desfase entre los capturados, y los que reciben castigo efectivo, está haciendo ahora que la indignación se dirija a los jueces en ejercicio. De hecho, los gritos de furia que se aprecian en las redes sociales, y que han escalado a la televisión, ponen la mira en ellos.

La situación es pues, crítica. La gente está desesperada, frustrada, y muy molesta, con justa razón dada la impunidad imperante.

Si las autoridades no salen a dar la cara para establecer medidas concretas que reduzcan los dos factores mencionados: el miedo y la desconfianza, la situación se puede desbordar. El Ministro del Interior ha dado un buen primer paso. Queda a la Fiscalía y a los jueces dar los siguientes.

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